(Arte y Cultura) JAMAICA: Procesión tradicional en vías de extinción

Pequeños grupos de artistas de Jamaica intentan con gran esfuerzo mantener vivo el ”jonkunnu”, una tradicional danza afroamericana con máscaras y trajes coloridos, cada vez menos practicada.

Neville Gordon todavía se sonríe cuando recuerda la primera vez que presenció una marcha de jonkunnu, hace 40 años en su comunidad de Grange Hill, en el occidente de la isla.

Mucho después, como conductor del ómnibus que trasladaba al grupo local de jonkunnu, comprendió que los artistas tenían grandes carencias en organización y sostén financiero, por lo que decidió ayudarlos.

El grupo de Grange Hill cuenta con 32 integrantes, pero actúa por ahora sólo con 18 artistas, cuyas edades van de 14 a 77 años.

Hasta hace pocos años cada comunidad jamaiquina tenía su propio grupo de jonkunnu, pero el de Grange Hill pertenece al puñado de los que todavía respetan las características tradicionales, algo que llena de orgullo a Gordon.

”Mi grupo es lo que se podría llamar jonkunnu al viejo estilo. No es como los que vienen a Kingston e improvisan”, afirmó.

Uno de los principales problemas del grupo de Gordon era obtener dinero para adquirir los vestidos adecuados, pero ahora sobrevive principalmente actuando en hoteles para turistas.

El jonkunnu, a veces también llamado ”John Canoe” o ”Junkanoo”, es un colorido festival callejero con siglos de antigüedad, que comenzó siendo interpretado por esclavos.

Acompañado con danza, música y mímica, el festival se llevaba a cabo cuando a los esclavos se les concedían unos días de libertad en el marco de las festividades de Navidad.

El festival se celebra con variantes en los demás países caribeños, en especial en Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice y Guyana.

”Lo del pasado se acabó. Ahora es diferente. Se ve claramente que tiene las mismas raíces, pero a lo largo de los años recibió el sabor de cada localidad”, señaló Amina Blackwood-Meeks, experta en cultura jamaiquina.

La procesión es efectuada con frecuencia por hombres enmascarados. Expertos señalan que la costumbre tiene que ver con las antiguas ceremonias religiosas africanas, en las que la máscara representaba la incorporación del espíritu de un ancestro.

Los principales personajes son el marinero, el policía, la mujer embarazada, el diablo y el muchacho actor, una mezcla de cultura africana con influencias occidentales.

Pero los más temidos son la cabeza de vaca y la cabeza de caballo, que persiguen y asustan a los espectadores.

Investigadores señalan que estos dos personajes representan el poder de los animales con cuernos, siempre presentes en la cultura africana, donde son asociados a rituales secretos y funerales.

Otros personajes son Jack, vestido de verde y que originalmente representaba a los jardineros, las jóvenes rojas y las jóvenes azules, que representarían al ejército y a la marina respectivamente.

Pero los expertos aún debaten sobre el nacimiento y el significado histórico de esta procesión, e incluso sobre el origen de su nombre.

Frederick Cassidy, autor de un diccionario de expresiones jamaiquinas, sostiene que el nombre del festival procede de las palabras africanas ”dzono” (hechicero), ”kunu” (mortífero) y ”nu” (hombre).

Otra teoría señala que el festival se originó en una celebración en honor a John Conny, un influyente líder político del siglo XIX en Ghana.

El origen africano de los personajes es claro, pero su introducción en Jamaica, por parte de los esclavos, se llevó a cabo bajo formas occidentales, para facilitar su aceptación.

”Nuestros ancestros dependían del jonkunnu. Era la única libertad que tenían en Navidad”, dijo el presidente del Comité de Jonkunnu en la Comisión para el Desarrollo Cultural de Jamaica, Andrew Brodber.

En un esfuerzo por preservar y estimular esta tradición, la Comisión organizó competencias y clases destinadas a jóvenes para aprender el intrincado diseño de las ropas, la danza y la música.

Después de la emancipación en 1841, varios levantamientos populares ocurrieron durante la celebración del jonkunnu, lo que llevó a las autoridades a prohibir temporalmente el festival.

”Algunos grupos contaban al principio con mucho apoyo porque, a la vez de celebrar las tradiciones africanas, también celebraban las inglesas. Pero, luego de un tiempo, se convirtieron en una amenaza”, explicó Brodber.

A lo largo de los años se registraron varios enfrentamientos entre la policía y los participantes del festival, lo que provocó que éste se abandonara en la mayoría de las comunidades.

Pero ”muchas veces olvidamos que las cosas que para nosotros murieron, no necesariamente murieron para el pueblo. Sólo fueron prohibidas por aquellos que las temían”, concluyó la experta Blackwood-Meeks. (FIN/IPS/tra-eng/djm/ml/rp/cr/02

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