Las comunidades urbanas, campesinas e indígenas de Colombia tienen hasta el 18 de este mes en Expoartesanías la oportunidad de mostrar sus mejores expresiones culturales en objetos decorativos y utilitarios.
Esta muestra de dos semanas de las más variadas artesanías, que se realiza cada año en Bogotá, se ha convertido en una cita obligada para muchos colombianos y visitantes extranjeros.
Unos 800 expositores están presentes desde el 5 de este mes en la sede de la Corporación de Ferias de la capital colombiana (Corferias) para presentar una singular muestra de objetos en cerámica, madera, metales, cestería y telares, informaron a IPS los coordinadores del encuentro.
La directora de Expoartesanías, Lucy Cajiao, señaló que uno de los principales atractivos de este año es el proyecto Casa colombiana, que tiene como motivo central el café.
Casa colombiana parte de una propuesta basada en estudios de innovación y diseño, que busca promover en especial en el mercado internacional productos decorativos con materiales propios de alta calidad.
Este proyecto es el resultado de una investigación de más de 40 artesanos de la central región caficultora que utilizaron texturas y formas asociadas con el cultivo del grano o de materiales empleados en la región.
Entre esos materiales de la zona se cuenta el fique (fibra vegetal para confeccionar cuerdas), la guadua (caña semejante al bambú), semillas, lana y mimbre, con los cuales se elaboran objetos decorativos o utilitarios.
Cajiao explicó que esta vez se realizó una cuidadosa selección de las piezas artesanales a exponer, teniendo en cuenta aspectos como el valor cultural, la calidad de la producción y la responsabilidad ecológica.
La artesanía se caracteriza por mantener en su esencia los elementos culturales ancestrales y la identidad de las comunidades que los elaboran, dijo a IPS Carlos García, arquitecto especializado en diseño de ambientes para el hogar.
García comentó que visitará Expoartesanías como lo hace cada año, porque aprovecha que el evento se realiza semanas antes de Navidad y puede adquirir regalos, que además de ser decorativos tienen un valor cultural.
El artesano busca realizar una muestra de la vida cotidiana y así materializa ideas en objetos como, chivas (autobuses rurales típicos), paisajes, y esculturas o tallas en madera, con los que transmite de generación en generación sus raíces culturales, destacó.
Por su parte, Justiniano Alfonso, responsable de una industria familiar de productos en cuero, apuntó que la feria no sólo es un buen espacio para mostrar su trabajo sino también para explorar las posibilidades de contactos con el mercado externo.
El grupo liderado por Alfonso trabaja artículos decorativos y utilitarios de los cuales nunca produce más de 10 o 20 piezas por modelo, con precios que oscilan entre 12 dólares para una pequeña bandeja portallaves y 550 para una mesa de centro.
Revisteros, cajas para discos compactos, accesorios de escritorio, portarretratos y otros artículos de impecable acabado y diseño serán su carta de presentación en Expoartesanías.
Alfonso no duda en afirmar que la muestra de Bogotá le sirve para confirmar la importancia del control de calidad en acabados y presentación y, sobre todo, del valor cultural agregado que tienen las artesanías.
Cecilia Duque, gerente de la empresa estatal Artesanías de Colombia, que en asociación con el Fondo de Promoción para las Exportaciones y Corferias son responsables de Expoartesanías, indicó que la feria es una buena oportunidad para mostrar que hay un avance notable en las artesanías colombianas.
Ese buen nivel se pudo apreciar en la Feria Andina de Artesanías, realizada en octubre en Bogotá, donde participaron 37 compradores de Alemania, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Francia, Grecia y Japón y fue visitada por 41.300 personas, informó Duque.
Los organizadores de Expoartesanías de 2002 esperan superar la cantidad de visitantes del año pasado, cuando atrajo a 103.000 personas.
Duque destacó el interés que despertaron internacionalmente en la Feria Andina los productos en seda natural ofertados por las artesanas de Quinchía, en el central departamento de Risaralda, y las velas decorativas producidas en una microindustria de Manizales, en el también central departamento de Caldas.
Los directivos de Artesanías de Colombia apuestan a este trabajo como materia de exportación porque los países industrializados han abandonado la elaboración masiva de objetos artesanales y se han dedicado a consumir artículos de producción en serie.
Esa situación amplía enormemente las posibilidades de una producción artesanal dispuesta a satisfacer esa demanda de millares de compradores interesados en productos diferenciados, que, a la vez que cumplan satisfactoriamente una función específica, contienen características y patrones culturales propios de Colombia, puntualizaron.
Expertos sostienen que, dada su tradición campesina, Colombia es uno de los países de América Latina con mayor diversidad de producción artesanal.
Si bien en los grandes centros urbanos el proceso de industrialización ha alcanzado altos porcentajes, hay una enorme cantidad de gente dedicada a producir obras artesanales en este país, explicaron.
En Colombia, con 44 millones de habitantes, viven de las artesanías más de un millón de personas, 70 por ciento de las cuales son mujeres. (FIN/IPS/yf/dm/ac/02