AMBIENTE-FRANCIA: Kyoto está muy lejos

Francia realizó considerables progresos para la reducción de las emisiones de gases de invernadero, pero no llegará a cumplir los objetivos del Protocolo de Kyoto si no intensifica sus esfuerzos, advirtió un informe gubernamental.

Si continúa la tendencia actual, Francia excederá en 10 por ciento el límite de emisiones de dióxido de carbono y otros gases contaminantes fijado en ese acuerdo internacional, previno la Comisión Interministerial sobre Efectos Invernadero (MIES, por sus siglas en francés) en su informe.

El Protocolo de Kyoto sobre cambio climático obliga a 38 países industrializados a reducir entre 2008 y 2012 sus emisiones de gases de invernadero 5,2 por ciento respecto de las de 1990. Para Francia, esto representa una disminución de 552 millones de toneladas por año.

Los gases de invernadero son generados por la quema de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo. Los nombrados en el protocolo son el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, los hidrofluorocarbonos, los perfluorocarbonos y el hexafluoruro sulfúrico.

Numerosos expertos consideran que la emisión de esos gases es responsable del recalentamiento del planeta, que provoca graves trastornos en el clima mundial.

La campaña contra el cambio climático produjo resultados positivos en Francia, donde las emisiones de dióxido de carbono cayeron 15,5 por ciento entre 1990 y 2001.

Las industrias redujeron sus emisiones 25 por ciento en ese período, y las compañías generadoras de energía 22 por ciento, dice el informe del MIES.

En cambio, señala el documento, las emisiones de los medios de transporte aumentaron más de 26 por ciento y las de la calefacción doméstica subieron 12 por ciento desde 1990. Estos dos sectores produjeron 47 por ciento de los gases de invernadero emitidos en Francia en 2001.

”Pese a nuestros buenos resultados parciales, la tendencia documentada sugiere que Francia no cumplirá los objetivos fijados en el acuerdo de Kyoto si no mejora las medidas implementadas actualmente”, dice el informe.

Francia no cumplirá su objetivo pese a que genera casi toda su electricidad en centrales nucleares, que no emiten gases de invernadero, y a que no tiene generadores a carbón o petróleo.

”Podríamos hacerlo mejor”, declaró a IPS Dominique Dron, presidenta del MIES.

”Si seguimos emitiendo dióxido de carbono a los niveles actuales, no llegaremos a cumplir las metas de Kyoto”, agregó.

El MIES propuso prestar más atención a las fuentes renovables de energía como el viento y el sol.

El gobierno revisará el Plan Nacional contra el Calentamiento Global elaborado por la anterior administración en 2002, y en 2003 establecerá una nueva comisión formada por representantes de varias industrias para establecer pautas de reforma.

Pero grupos ambientalistas criticaron al gobierno por eliminar un impuesto a las industrias que emiten más dióxido de carbono y otros gases contaminantes que los tolerados.

Ese impuesto iba a reducir las emisiones en 40 por ciento, pero el gobierno arguyó que se precisa una regulación europea para implementarlo.

”Las políticas de energía y dióxido de carbono del gobierno francés, tanto el actual como el anterior, sólo ponen en práctica menos de 10 por ciento de todas las medidas que sus propios expertos concibieron y plasmaron en el Plan Nacional contra el Calentamiento Global”, señaló Philippe Quirion, de la Red de Acción Climática.

La red representa a 30 organizaciones no gubernamentales francesas, incluso a las filiales en este país de Amigos de la Tierra y Greenpeace.

”Realmente no precisamos una nueva comisión para que piense otro programa. Lo que necesitamos es sinceridad y poner en práctica el plan actual”, instó Quirion.

El Protocolo de Kyoto entrará en vigencia 90 días después de su ratificación por países que representen por lo menos 55 por ciento de las emisiones de gases de invernadero registradas en 1990.

Los países que lo han ratificado hasta ahora, entre ellos todos los miembros de la Unión Europea, concentran hasta ahora 37,4 por ciento de las emisiones.

La adhesión de Canadá y Rusia, que aún no se deciden, volvería obligatorio el protocolo, pero el retiro de Estados Unidos, que produce 25 por ciento del total de emisiones, pone en duda su eficacia. (FIN/IPS/tra-en/jg/ss/mlm/en/02

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