La catástrofe ecológica provocada por el hundimiento del barco petrolero Prestige se agravó este viernes, al comenzar a derramarse el fuel oil que quedó dentro del casco, hundido a casi 250 kilómetros de la costa atlántica española.
El Prestige se averió el 13 de noviembre en las cercanías de la costa de la comunidad autónoma de Galicia y al día siguiente fue remolcado a alta mar, donde se hundió el 19 de ese mismo frente al cabo de Finisterre, que marca el extremo occidental de la Península Ibérica.
Mariano Rajoy, vicepresidente del gobierno de España y coordinador del equipo creado para enfrentar la crisis, informó este viernes de que se han localizado dos grandes manchas de fuel oil procedentes del lugar del hundimiento. Ante ello, se dispuso el envío de un barco anticontaminación para recogerlas.
Pero esa información confirma la peor de las hipótesis. Hasta ahora se sabía que se habían derramado en los primeros días unas 20.000 toneladas de fuel oil y que otras 50.000 toneladas se había llevado el buque Prestige al fondo del mar.
Informes técnicos sostuvieron que, debido a los 3.500 metros de profundidad en que había quedado el casco del buque, el fuel oil se cristalizaría dentro de los contenedores y no se derramaría.
En cambio, otros expertos indicaron lo contrario, mientras el gobierno no se había pronunciado por ninguna de las dos hipótesis, manifestando su esperanza de que se confirmara la primera.
La aparición de esas dos grandes manchas y filmaciones realizadas con un batiscafo francés avalan la segunda alternativa.
Además de la contaminación de las costas gallegas, las más ricas en pesca y marisqueo, el fuel oil comenzó a llegar a las costas españolas de Asturias, Cantabria y el País Vasco, y siguiendo por esa costa a Francia.
En tanto hacia el sur, las manchas se despliegan en dirección a Portugal, que lleva varios días en estado de alerta.
Los barcos anticontaminación han recogido 10.770 toneladas de fuel oil en el mar y los pescadores otras 1.600 toneladas desde que estalló la crisis. En las playas y costas se recogieron otras 500 toneladas, según informaciones oficiales.
Entre los que trabajan en las playas se destacan los voluntarios, de los cuales más de 3.000 trabajan en La Coruña y medio millar en Pontevedra, las dos provincias gallegas que tienen costas y están afectadas por el derrame.
Esos voluntarios son conocidos como la marea blanca, por las vestimentas que utilizan y por su misión en defensa del medio ambiente.
Las organizaciones no gubernamentales y los partidos de oposición continúan con sus críticas al gobierno de José María Aznar, al que acusan de no haber reaccionado a tiempo y de haberlo hecho de manera ineficiente.
Unas 15.000 personas convocadas por artistas e intelectuales gallegos agrupados en la Plataforma contra la Burla Negra se manifestaron este viernes en Santiago de Compostela, la capital de Galicia, por considerar que el gobierno se está burlando de la población al no informar con claridad sobre lo que sucede.
Mientras, en Bruselas los ministros de Transportes de la Unión Europea resolvieron también este viernes por unanimidad prohibir la entrada en los puertos de los 15 países miembros de ese bloque de los buques de un solo casco que transporten fuel oil pesado, alquitrán, bitumen o crudos pesados.
El barco Prestige era de ese tipo de un solo casco y transportaba fuel oil pesado.
Los ministros también plantearon que la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, negocie que se sumen a este acuerdo los 10 países candidatos a ingresar en el bloque y las naciones vecinas, incluyendo a la mayor, Rusia.
Además respaldaron las medidas hispanofrancesas, dispuestas esta semana, por las cuales los buques-basura, o sea que transporten sustancias contaminantes y peligrosas, no puedan transitar a menos de 200 millas de las costas. (FIN/IPS/td/dm/en/02