Grupos no gubernamentales acusaron a Estados Unidos de ser cada vez más insensible a los graves problemas de Africa, tras conocerse la decisión del presidente George W. Bush de postergar una gira por ese continente prevista para enero.
La Casa Blanca informó el fin de semana pasado que Bush postergó hasta fines del año próximo su primera visita oficial a Africa, programada originalmente del 10 al 17 de enero.
El anuncio fue un desaire para los africanos que luchan contra graves problemas como las guerras civiles, la pobreza y el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), en parte fomentados por las políticas de Estados Unidos, señaló a través de un comunicado la organización no gubernamental Africa Action.
La decisión es por completo injustificada e insensible ante aquellos que mueren al frente de la guerra contra el sida, una guerra más justa e importante que cualquier ofensiva contra Iraq y que el presidente Bush se niega a reconocer, dijo el director del grupo con sede en Washington, Salih Booker.
Por su parte, el presidente de la organización TransAfrica Forum, Bill Fletcher, dijo que de este modo Bush confirmó no estar interesado en ampliar la cooperación al continente africano.
La administración de Bush ha demostrado una y otra vez que Africa es su última prioridad, si es que es una prioridad. Desde el momento en que asumió, el mandatario estadounidense dejó en claro que Africa no está en su pantalla de radar, señaló Fletcher.
Bush arguyó consideraciones internas e internacionales para postergar la gira por Mauricio, Nigeria, Kenia, Senegal y Sudáfrica, que ahora prevé llevar a cabo a fines de 2003.
Portavoces de la Casa Blanca indicaron que el presidente necesita quedarse en Washington para seguir de cerca la posible guerra contra Iraq y reordenar su agenda tras la renuncia la semana pasada del líder de la mayoría en el Senado del gobernante Partido Republicano, Trent Lott.
Bush también tenía previsto participar del segundo foro anual sobre comercio entre Estados Unidos y las naciones de Africa subsahariana, a realizarse en enero en el marco de la Ley de Crecimiento y Oportunidad de Africa que aprobó el Congreso estadounidense en 2000 para fomentar el desarrollo en esa zona.
Pero activistas africanos coaligados con el grupo Plataforma Contra las Políticas de Bush habían anunciado protestas contra el foro, porque consideran que la ley impone condiciones liberales a los países pobres a cambio de acceso al mercado estadounidense.
Africa Action y TransAfrica señalaron que es toda la política de Washington hacia el empobrecido continente africano lo que perjudica a millones de personas, y no sólo una iniciativa.
Los grupos instaron a Washington a eliminar lo que consideran la ilegítima deuda externa de Africa y estimular inversiones de empresas estadounidenses en desarrollo social.
Los activistas advirtieron que Estados Unidos, como el país más rico del planeta y columna vertebral de varias instituciones financieras internacionales, debe también prestar atención a los principales problemas que afectan al continente, incluyendo el sida.
Una vez más, Africa no es la prioridad de la Casa Blanca ni de los republicanos en el Capitolio (sede del Congreso). Ellos piensan que ya hicieron bastante por los negros con el reemplazo de Lott, y se olvidan de Africa con insensibilidad, dijo Booker.
Lott se vio obligado a renunciar luego de la polémica causada por un discurso en el que elogió las políticas segregacionistas de los años 40 en el sur de Estados Unidos.
Los líderes de las organizaciones no gubernamentales coinciden que los únicos intereses de Estados Unidos en Africa son el petróleo y el uso del territorio para su campaña internacional antiterrorista.
El gobierno estadounidense sigue limitando los fondos para los programas contra el sida en Africa y apoya los esfuerzos de las compañías farmacéuticas para conseguir leyes que impidan a las naciones obtener medicamentos a bajo costo, afirmó Booker.
Todavía está presente el recuerdo del desaire de Estados Unidos a la Conferencia Mundial Contra el Racismo, celebrada del 31 de agosto al 7 de septiembre de 2001 en la oriental ciudad sudafricana de Durban.
Washington envió a ese encuentro una muy pequeña delegación, que finalmente se retiró cuando se multiplicaron las críticas contra su aliado Israel.
Los activistas también condenaron los subsidios que otorga Washington a sus agricultores y que impiden el desarrollo del área rural africana.
En la cumbre del Grupo de los Ocho países más poderosos, realizada en junio en Canadá, Bush ignoró por completo a Africa, que se suponía era el asunto primordial en la agenda de la reunión, y se concentró en Iraq.
Pero lo que más provoca indignación a los activistas de organizaciones relacionadas con Africa es la falta de colaboración en la lucha contra el sida por parte de Estados Unidos, que, sin embargo, tiene previsto gastar el año próximo unos 400.000 millones de dólares para su defensa.
Más de tres millones de personas mueren de sida cada año en el mundo, 80 por ciento de ellas en Africa.
Nos preguntamos cómo puede el gobierno de Estados Unidos dejar de intervenir en esto. La respuesta parece ser: racismo. Washington no valora las vidas africanas, sostuvo Booker. (FIN/IPS/tra-eng/em/ml/rp/dv/02