La policía judicial de Venezuela comenzó entre enero y octubre 1.230 investigaciones por mal trato en la pareja, 94 por ciento de las cuales fue por denuncias de mujeres, según un informe divulgado este lunes, en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
La abogada Aurora Ponce, encargada de la Defensoría de Derechos en el estatal Instituto de la Mujer, detalló que 452 expedientes fueron iniciados por denuncias de daño psicológico y 778 por una combinación de agresión psíquica, física, acoso, amenazas y acceso carnal violento.
Esa entidad califica a todos los casos de violencia psicológica, pues el perjuicio psíquico siempre está presente, precisó.
Pero esas cifras distan mucho de agotar los casos registrados de violencia de pareja contra las mujeres. Sólo en el municipio Libertador, en el occidente de Caracas, donde viven dos de los tres millones de habitantes de la ciudad, se denuncian 15 casos diarios de violencia psicológica.
El Centro de Estudios de la Mujer de la caraqueña Universidad Central contabilizó que en las 22 jefaturas civiles de Libertador se contabilizaron entre enero y junio 2.689 denuncias de violencia psicológica entre parejas, 2.257 denuncias de violencia física y 144 casos de agresión sexual.
En tanto, en el primer semestre del año pasado las jefaturas de Libertador acogieron 4.528 denuncias de ataque físico, 3.188 de agresión psicológica y 32 sexuales.
Al respecto, el presidente Hugo Chávez dijo que este Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer es una buena oportunidad para que promovamos el cese de la violencia contra las mujeres y contra los niños, y que estemos contra la violencia en general y por la paz.
Chávez, en su programa dominical de radio y televisión Aló, Presidente, precisó que la jornada internacional conmemora el asesinato en 1960 en República Dominicana de tres hermanas activistas de oposición, Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, a manos de la por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Las activistas y autoridades advirtieron que se trata de un problema grave que abarca todo el país.
Las autoridades del oriental estado de Anzoátegui, una región productora de petróleo y turística, han tramitado este año 58 causas ante la justicia de las 1.036 denuncias recibidas, en el marco de las cuales han sido detenidas 146 personas y se ha buscado la conciliación en 456 casos.
El primer caso de violencia psicológica que llega a los tribunales se registró, precisamente, en Anzoátegui, y fue iniciado por Dioni Gaspard, una mujer de origen brasileño de 40 años, contra su ex marido y primo Chamel Gaspard, informó el diario El Nacional.
La pareja, que se separó en 1998 al cabo de 11 años de matrimonio y tres hijos, mantienen una querellan por las modalidades del divorcio, con la diferencia de que Dioni Gaspard sustenta su demanda penal por violencia y no basada en el informe de un psicólogo particular sino del hospital universitario de Anzoátegui, que describe su cuadro depresivo crónico.
La ley de Violencia contra la Mujer y la Familia, vigente desde 1998, establece que la agresión psicológica es toda conducta que ocasione daño emocional, disminuya la autoestima, perjudique o perturbe el sano desarrollo de la mujer u otro integrante de la familia.
Esa norma penaliza con tres a 18 meses de prisión a los autores de violencia psicológica, con seis a 15 meses a quien amenace y hasta 18 meses a los responsables de ataques físicos, considerándose agravantes el uso de armas o si la mujer víctima está embarazada o es discapacitada.
Cuando la mujer es agredida, se deprime, se quiere morir y eso es demostrable ante un tribunal. Una prueba importante es el informe del psiquiatra o psicólogo, destaca Ponce.
Por su parte, la psicóloga Yurbin Aguilar, de la Asociación para una Educación Sexual Alternativa, explicó que, cuando sucede algo muy intenso, termina el marasmo del abuso psicológico, y es ahí que la gente dice basta, y busca ayuda.
Antes de llegar allí la mujer ha sido víctima de un agresor que buscó descalificar, silenciar, maltratar, minar la autoestima, minimizar la capacidad de respuesta, apagar la capacidad reactiva, comentó Aguilar.
Habría que tirar la primera piedra para ver quién no es víctima en esta sociedad, que mantiene relaciones de violencia, añadió. (FIN/IPS/hm/dm/hd/02
