América Latina y el Caribe no pueden garantizar un gasto de 1.140 millones de dólares para frenar la epidemia de sida, que este año mató a 100.000 personas en la región, pese a que reciben 80.000 millones de dólares anuales en inversiones extranjeras directas.
A propósito del Día Internacional de la Lucha contra el Sida, que se celebra este domingo, gobiernos y organismos internacionales reiteraron las promesas de años anteriores: se luchará más y mejor contra la epidemia.
En América Latina y el Caribe 210.000 personas contrajeron este año el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida), lo que elevó la cantidad de contagiados a 1,9 millones, gran parte de ellos en la plenitud de su vida productiva, indicó el informe 2002 del Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH-Sida (Onusida).
América Latina y el Caribe necesitan incrementar con urgencia "la escala de respuesta frente al sida" (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), señaló el director del organismo, Peter Piot.
La región, que concentra hoy 4,5 por ciento de los contagios de VIH en el mundo, necesita invertir 1.140 millones de dólares para dar una adecuada respuesta en las áreas de prevención y atención de la enfermedad, pero en los hechos gasta menos de la mitad, indican estudios de Onusida.
En el Caribe, por ejemplo, donde las tasas de infección por VIH se ubican apenas debajo de las de Africa, la región más afectada del mundo, el gasto no llega a 20 millones de dólares anuales, cuando se requieren al menos 260 millones.
Los montos que deberían invertirse son bajos si se considera que en 2001 América Latina y el Caribe recibieron en inversiones extranjeras directas 80.000 millones de dólares, según indican datos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
"Algo está funcionando muy mal, pues con tanto dinero, ¿por qué no se puede sacar algo para frenar esta desgracia?", cuestionó Aída Luna, portavoz de una fundación humanitaria que apoya en México a personas que viven con sida.
"Si las palabras acabaran con el sida, México y todos sus vecinos del sur ya serían un ejemplo planetario, pero los hechos indican que el dinero tiene más importancia para otras cosas", añadió la activista.
Para América Latina el costo de la inacción puede ser "demasiado alto en vidas humanas y recursos, y afectar seriamente las oportunidades de desarrollo y económico y social", advirtió Piot el pasado junio ante un grupo de funcionarios del Banco Interamericano de Desarrollo.
Un ejemplo de lo señalado por el director de Onusida son los casos de Jamaica y Trinidad y Tobago.
Por efecto de la epidemia, el producto interno bruto de Jamaica caerá 6,4 por ciento en 2005, y el de Trinidad y Tobago 4,2 por ciento, alertó un análisis de la Universidad de las Indias Occidentales.
En su informe 2002, Onusida advirtió que "si no se refuerzan las respuestas, existe el peligro de que (el sida) pueda propagarse de forma más rápida y más extensa" en la región.
El impacto mayor lo padece Haití, donde la prevalencia del VIH alcanza a seis por ciento de la población adulta, y Bahamas, donde es de 3,5 por ciento entre los adultos.
Pero no todos son problemas. En 2002, la atención médica gratuita a los enfermos siguió aumentando en varios países, mientras en otros se reforzaron planes de prevención y se desarrollaron investigaciones médicas de alta calidad.
Además, la región logró que los precios de las medicinas antirretrovirales (que retardan la proliferación del virus y prolongan la vida) bajaran hasta 54 por ciento, informó la Organización Panamericana de la Salud.
En materia de costo y alcance de estos tratamientos, Brasil es el país que mejor desempeño demuestra, gracias a la producción propia de medicamentos genéricos, lo que lo llevó a enfrentar a poderosas trasnacionales farmacéuticas que defienden sus patentes.
"A pesar de múltiples limitaciones, la región – – con Brasil marcando el camino – – ha hecho progresos admirables en el suministro de asistencia y tratamiento", reconoció Onusida en su informe 2002.
El organismo destacó asimismo los esfuerzos en prevención y atención de pacientes de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, México y Puerto Rico.
Como en años anteriores, Cuba brilló en 2002 como una de las naciones que llevan a cabo investigaciones sobre sida de gran calidad científica. Este año, el país desarrolló medicamentos para combatir síntomas de la enfermedad, como el Vimang, un producto fabricado con la corteza de algunas especies de mango.
Aunque los científicos cubanos reconocen que aún están lejos de producir una vacuna, los avances que registran año tras año hacia ese objetivo son importantes.
Pero la batalla contra el sida se mantiene cuesta arriba en América Latina y aún hay miles de personas que no pueden acceder a medicamentos o ignoran incluso que contrajeron el VIH, a pesar de sufrir sus síntomas, mientras otros tantos mueren a edades muy jóvenes.
La región está lejos de padecer una devastadora epidemia como la de Africa, pero hay peligros evidentes de la que la enfermedad pueda propagarse, por lo que urge "reforzar las respuestas", insistió Onusida. (FIN/IPS/dc/dcl/he/02)