RELIGION-GRAN BRETAÑA: Radicalismo islámico, en otras palabras

El gobierno de Gran Bretaña está decidido a elaborar un ”nuevo vocabulario” para referirse a la violencia política, con el fin de eliminar de su discurso todo sesgo antiislámico.

”Necesitamos un nuevo vocabulario para hablar del terrorismo de (la red radical islámica) Al Qaeda”, dijo el principal funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores británico (Foreign Office) a cargo de Asia meridional y oriental, Mike O'Brien.

O'Brien no propuso fórmulas para un nuevo lenguaje, pero resultó obvio que las alternativas no se encontrarán con facilidad a pesar del considerable malestar que despierta entre los musulmanes el uso de términos como ”fundamentalismo islámico”, ”militantes islámicos” y ”terrorismo islámico”.

”La violencia y el terrorismo no son un problema únicamente islámico”, si bien debe ”tomarse en cuenta que algunos terroristas visten su violencia con esa religión”, dijo el diplomático en una reunión organizada por la independiente Fundación Asia-Pacífico.

”Todos nosotros, musulmanes y no musulmanes, necesitamos encontrar el modo de hacernos entender más allá de nuestras diferencias”, agregó, en la conferencia titulada ”Islamismo militante en Asia: los desafíos”.

El lenguaje utilizado hoy sugiere que la actividad violenta es parte integral del Islam, pero nuevos códigos pueden ayudar al público a discriminar el concepto de violencia del de la fe musulamana, sugirió O'Brian.

”Cuando hablamos de atentados suicida, recordemos que los kamikaze (japoneses) no eran musulmanes, que los suicidas de (la localidad guyanesa de) Freetown se decían cristianos, igual que la secta davidiana (que resistió al asedio del gobierno estadounidense) en (la ciudad texana de) Waco en 1993”, dijo

”El moderno terrorismo suicida aparentemente surgió entre los tigres tamiles (organización separatista del nororiente de Sri Lanka), que son hindúes”, agregó.

Un nuevo lenguaje que deje de vincular el Islam con la violencia también ayudaría a los musulmanes a respaldar la lucha contra el terrorismo, porque ”enfrentarnos con el extremismo violento es un trabajo para todos, juntos, musulmanes y no musulmanes”, sostuvo.

Al Qaeda, red dirigida por el magnate saudita Osama bin Laden, es acusada por Estados Unidos de los atentados cometidos el 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York y el Pentágono, sede del Departamento (ministerio) de Defensa en Washington, entre otras operaciones.

O'Brian recordó la lucha de la rama principal de los musulmanes contra los kharijitas, secta a la que consideró una Al Qaeda primigenia.

Kharijita significa ”cismático”, y los integrantes de este grupo ultraconservador lanzaron en el siglo VII un movimiento político en Siria que se diseminó por todo el mundo musulmán. Aún subsiste, pero con lineamientos mucho más moderados, en Africa septentrional.

”Los kharijitas asesinaron al califa Alí, yerno del profeta Mahoma. Eran políticamente extremistas, intolerantes, vivían fuera de la civilización, usaban el terrorismo contra sus enemigos y eran considerados herejes por la amplia mayoría de los musulmanes”, explicó O'Brian.

”Eran asesinos a gran escala, perseguían con sus crímenes objetivos políticos e invocaban el Islam. Las similaridades con la moderna Al Qaeda son evidentes. Ambos grupos existen en los márgenes del Islam, malinterpretando la doctrina y adhiriéndola a la causa de la violencia”, agregó.

”Los kharijitas debieron ser aislados y derrotados para que la rama principal del Islam sobreviviera. Del mismo modo, Al Qaeda debe ser hoy aislada y derrotada”, concluyó.

Sin embargo, el superintendente de detectives de New Scotland Yard, la policía metropolitana de Londres, Paul Swallow, afirmó que el terrorismo ”es un fenómeno relativamente reciente, y enormemente difícil de definir”.

Swallow observó que existen 103 definiciones diferentes de terrorismo en documentos legales británicos desde los años 30.

El superintentente de detectives, máxima autoridad británica en materia de lucha contra el terrorismo, no hizo referencia en la conferencia, celebrada el 20 de este mes en Londres, a supuestos vínculos entre Islam y violencia política.

Sin embargo, los esfuerzos de inteligencia de New Scotland Yard se concentran hoy en organizaciones musulmanas británicas y en la infiltración de agentes en grupos juveniles islámicos, informaron altos funcionarios del organismo policial.

El director de Investigaciones del Instituto de Criminología de la Universidad de París, Xavier Raufer, sostuvo que sí existe un terrorismo musulmán y que no puede separarse del Islam.

La militancia de ”fanáticos islámicos” no podrá ser entendida si el lenguaje para describirlos lleva a desvincular el concepto de sus raíces religiosas, advirtió.

”Identificar y comprender la racionalidad y la lógica interna de los radicales islámicos, así como sus intenciones y motivaciones centrales, es una necesidad absoluta a la hora de pronosticar a tiempo sus tácticas y objetivos”, dijo Raufer en la conferencia.

No es suficiente recoger información sobre Bin Laden, sus fuentes de financiamiento, sus métodos y su habilidad organizativa, añadió.

La visión de Bin Laden ”procede de una sutil interacción entre una psicología individual y una cultura muy específica que no pueden ser programados con facilidad, ni capturados en un disco duro de computadora”, manifestó Raufer.

Los ”fanáticos islámicos” que Raufer conoce son ”absolutamente literalistas, obsesionados con el significado literal del Corán y por las obras reales del profeta Mahoma”. Noventa por ciento de las conversaciones que mantuvo con ellos se refirieron a lo que es ”lícito o ilícito” según el Corán, aseguró.

Por lo tanto, sus acciones no pueden ser entendidas sino a través del análisis del Islam, sostuvo Raufer. (FIN/IPS/tra- eng/ss/raj/mj/ip cr/02

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