POLITICA: Seis policías por manifestante en cumbre de OTAN

Las autoridades de República Checa prepararon un pequeño ejército de policía antimotines para contener a unos pocos cientos de manifestantes concentrados en la ciudad durante la cumbre de la OTAN, que concluye este viernes.

Los organizadores de la XVII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) preveían que unos 12.000 activistas participarían en las protestas en Praga.

En la mayor protesta de la semana, registrada el miércoles, hubo seis policías por cada manifestante. Esa demostración fue convocada para rechazar los planes de guerra de Estados Unidos contra Iraq.

Medio millar de personas se concentraron en el área de Staromestke Namesti (Ciudad Vieja), y más tarde unos 300 anarquistas se reunieron en la calle Na Prikope, en el principal área comercial de Praga, sin siquiera un vidrio roto.

Esa manifestación fue convocada por organizaciones como la Federación Anarquista Checoslovaca, la Organización de Anarquistas Revolucionarios-Solidaridad, Calles para el Pueblo y el grupo feminista Ocho de Marzo.

Otras tres manifestaciones realizadas por anarquistas y comunistas el martes reunieron a unos pocos cientos de personas.

Las protestas se dirigían contra ”la mayor organización terrorista del mundo”, dijo, en alusión a Estados Unidos, un manifestante que se hizo llamar ”Jiri W. Krovinek” (traducción al checo de George W. Bush) y que hablaba en público luciendo una máscara con el rostro de un ex primer ministro derechista checo.

La ”organización terrorista” estadounidense es responsable del ”asesinato de miles de civiles inocentes” en Yugoslavia en 1999 y pretende ahora hacer lo mismo en Iraq, afirmó el activista.

”Krovinek” sostuvo que, mientras se desarrollaba la protesta, los representantes de los 19 países de la OTAN y sus aliados disfrutaban una ”opípera cena” en la alcaldía de Praga, acordando ”el asesinato de miles de inocentes”.

Los intentos de los manifestantes de cruzar el puente Nusle hacia el Centro de Congresos de Praga, donde se celebra la cumbre, fueron reprimidos con faciidad por la policía.

Después de tratar de acceder al Centro de Congresos el jueves, los manifestantes realizaron una marcha pacífica por las calles de Praga gritando ”sangre por petróleo, no” y ”Bush es terrorista”.

Los organizadores de las manifestaciones nunca pretendieron una concurrencia, pero, según ellos, la policía y el Ministerio del Interior checo exageraron deliberadamente las cifras para facilitar la tarea represiva.

”Dijimos claramente que nuestra meta no es una movilización internacional gigantesca ni perturbar la cumbre, sino poner al público al tanto de las alternativas”, dijo Ondrej Slacalek, de la Federación Anarquista Checoslovaca.

El tradicional líder del movimiento anarquista checo, Jakub Polak, se manifestó satisfecho de que en las protestas hayan reinado ”la calma y la cultura”.

Entre los manifestantes que se trasladaron a Praga figuraban los de la organización anarquista Black Bloc, cuyos integrantes lucen máscaras negras y proponen la violencia como unico medio de protesta efectivo.

Las autoridades y algunos activistas acusan a Black Bloc de haber instigado a la violencia que rodeó la cumbre del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo en Génova, Italia, en julio de 2001, cuando un militante murió y varios cientos fueron heridos en enfrentamientos con la policía.

Las autoridades checas dieron a la policía la potestad de arrestar a manifestantes que cubraieran sus rostros, quienes podrían ser castigados con multas de hasta 330 dólares, más de la mitad del salario mensual promedio en este país.

El estricto control de las fronteras también ayudó a impedir las protestas. ”Los servicios de seguridad extranjeros hicieron todo lo posible para mantener baja la cantidad de personas que visitaran” Praga durante la cumbre, dijo el jefe de Policía checo Jiri Kolar.

Unos 270 ”activistas indeseables”, la mayoría alemanes, polacos, austríacos, británicos y eslovacos, así como también lituanos, italianos, holandeses y australianos, debieron volver a sus países al impedírseles el ingreso a República Checa.

Tres personas fueron detenidos en puestos fronterizos portando pequeños frascos de ”líquido color de sangre” y máscaras antigás. ”Es evidente que planificaban unirse a las protestas durante la cumbre de la OTAN”, dijo la portavoz de la policía Eva Brozova.

Con el líquido pretendían desacreditar a los policías, fingiéndose heridos, agregó Brozova.

Entre los que debieron volver a casa figuraban seis militantes comunistas italianos invitados a una ”contracumbre” organizada por el Partido Comunista de Bohemia y Moravia. ”Esto demuestra el modo en que República Checa respeta la libertad de expresión”, dijo el vicepresidente del partido, Vaclav Exner.

En las reuniones conjuntas del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional realizadas en Praga hace dos años, la policía permitió el ingreso de un tren especial en que viajaban manifestantes de la organización italiana ¡Ya Basta!. Hubo entonces grandes choques entre activistas y policías.

Pero en esta ocasión no se permitió el ingreso a República Checa de activistas en trenes o autobuses especiales.

La policía, de todos modos, previó protestas violentas a cargo de grupos anarquistas checos y extranjeros y de organizaciones pacifistas. Con esa razón, movilizaron 12.000 policías y 2.200 militares en las calles de Praga.

Además, recorrían las calles 2.000 agentes del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) y 250 soldados estadounidenses con entrenamiento antiterrorista.

Asistieron a la cumbre 46 jefes de Estado y de gobierno y 2.800 delegados oficiales.

Entre ellos figuraban los presidentes Johannes Rau, de Alemania, George W. Bush, de Estados Unidos, Jacques Chirac, de Francia, Konstandinos Stephanopoulos, de Grecia, Ferenc Mádl, de Hungría, Olafur Ragnar Grimsson, de Islandia, Carlo Azeglio Ciampi, de Italia, y Aleksander Kwasniewski, de Polonia.

Además, estuvieron presentes los también presidentes Jorge Sampaio, de Portugal, Václav Havel, de República Checa, y Ahmet Necdet Sezer, de Turquía, así como el canciller (jefe del gobierno) alemán Gerhardt Schroeder y el presidente del gobierno español José María Aznar.

También participaron los primeros ministros Guy Verhofstadt, de Bélgica, Jean Chrétien, de Canadá, Anders Fogh Rasmussen, de Dinamarca, Jean-Pierre Rafarin, de Francia, Tony Blair, de Gran Bretaña, Konstandinos Simitis, de Grecia, Péter Medgyessy, de Hungría, y David Oddsson, de Islandia.

Otros primeros ministros presentes fueron Silvio Berlusconi, de Italia, Jean-Claude Juncker, de Luxemburgo, Jan Peter Balkenende, de Holanda, Kjell Magne Bondevik, de Noruega, Leszek Miller, de Polonia, José María DurFo Barroso, de Portugal, Vladimír Spidla, de República Checa, y Bulent Ecevit, de Turquía.

Por otra parte, participaron los reyes Alberto II, de Bélgica, Isabel II, de Gran Bretaña y Canadá, Margarita II, de Dinamarca, Juan Carlos I, de España, el gran duque Enrique de Luxemburgo, Beatriz, de Holanda, y Harald V, de Noruega.

Asistieron en nombre de los países aliados de la OTAN pero aún no integrantes de la alianza los presidentes Heydar Aliyev, de Azerbaiyán, Georgi Parvanov, de Bulgaria, Stjepan Mesic, de Croacia, Eduard Shevardnadze, de Georgia, Nursultan Nazarbayev, de Kazajstán, y Boris Trajkovski, de Macedonia.

En ese carácter, también participaron los presidentes Vladimir Voronin, de Moldavia, Ion lliescu, de Rumania, e Islam Karimov, de Uzbekistán, y el primer ministro de Hungría, Peter Medavessy. (FIN/IPS/tra-eng/bk/ss/mj/ip/02

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