Los países pobres necesitan medios de comunicación independientes para impulsar el desarrollo económico, sostuvo este jueves un estudio del Banco Mundial al que contribuyeron los premios Nobel Joseph Stiglitz y Gabriel García Márquez.
El libro El derecho de hablar – El papel de los medios masivos de comunicación en el desarrollo económico señaló como cometidos de la prensa: exponer la corrupción gubernamental y corporativa, suministrar voz a la ciudadanía y contribuir a crear un consenso público que ayude a impulsar el crecimiento económico.
Pero los medios de comunicación también pueden ayudar a que los mercados funcionen en forma más eficiente, suministrando información económica confiable en cuestiones tan variadas como el comercio de legumbres en Indonesia y Ghana o los mercados globales de capital de Nueva York y Londres, apunta el estudio.
Para abatir la pobreza, debemos liberar el acceso a la información y mejorar su calidad, sostuvo el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, en el prólogo de la obra.
La población con más información tiene más poder para tomar decisiones. La prensa libre no es un lujo de los países ricos. Se encuentra en el corazón del desarrollo equitativo. El instituto de la libertad de expresión, que respalda la transparencia y el empoderamiento de los desposeídos, es esencial, afirma el estudio.
Los países que persiguen el desarrollo económico deben trabajar por una prensa libre mejorando la competencia, reduciendo las restricciones al ingreso de nuevos medios, creando un marco regulatorio equilibrado, alentando y participando en formas innovadoras para llegar a la población, recomendó el Banco Mundial.
El libro, lanzado por la Asociación Mundial de Diarios y el Banco Mundial, cuenta con ensayos y experiencias de editores, intelectuales y periodistas de todo el mundo.
La obra, ordenada en 19 capítulos, reúne a personalidades como el premio Nobel de Economía y ex economista jefe del Banco Mundial Joseph Stiglitz, el novelista, periodista y premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, y el autor de Irrational Exuberance (Exuberancia irracional), Robert Shiller.
Periodistas de varios países en desarrollo, como Egipto, Tailandia, Bangladesh y Zimbabwe, efectuaron un recuento de las dificultades que debieron superar para desarrollar medios de comunicación independientes.
Los tres criterios para un medio efectivo son independencia, calidad y alcance, sostuvo Roumeen Islam, editor del libro y gerente del Instituto Banco Mundial.
Lo que importa para quienes toman decisiones es qué clase de medidas deben adoptar para establecer y sostener medios de comunicación libres e independientes que puedan promover un mejor rendimiento económico. Esta es una preocupación para todos los países, ricos y pobres, afirmó Islam en un comunicado.
Una de las recomendaciones del estudio es permitir el ingreso al mercado local de empresas periodísticas extranjeras, que pueden reducir de inmediato el monopolio informativo que caracteriza a algunos países.
La obra también analiza el funcionamiento de los medios y las regulaciones de los países e ilustra sobre las políticas públicas y condiciones económicas que pueden obstaculizar o alentar el desarrollo de la prensa.
El estudio señala que los gobiernos han manipulado leyes y sistemas jurídicos tanto para legitimar sus medidas contra la prensa como para salvaguardar los derechos de los medios de comunicación. Los periodistas, por su parte, utilizan las leyes para defender su derecho a saber y hablar.
La adopción de una ley de libertad de información en Tailandia alentó a la opinión pública a pedir información al gobierno, cambiando en forma esencial sus expectativas y su conducta, dijo uno de los autores del estudio, Kavi Chongkittavorn.
En cambio, Zimbabwe ha adoptado varias leyes con el propósito de restringir a la prensa.
Los empresarios periodísticos más creativos suelen encontrar la forma de eludir las restricciones legales, apuntó Hisham Kassem, editor de un semanario en lengua inglesa en Egipto.
La mayoría de los colaboradores del libro coincidieron en que los medios de comunicación pueden jugar un papel muy importante como observadores del gobierno y el sector corporativo, en influenciar a los mercados, divulgar nuevas ideas e información económica y dar voz a los pobres.
Otros autores analizaron el potencial daño de los medios de comunicación irresponsables y el efecto de las leyes de difamación y otros mecanismos que obstaculizan el funcionamiento de una presna libre.
Stiglitz, por ejemplo, defendió la transparencia gubernamental y sostuvo que los medios de comunicación son esenciales para promover la gobernanza.
El economista se refirió a trabajos anteriores del Banco Mundial y otras fuentes que demuestran cómo el simple acto de pedir a las compañías que informen sobre sus niveles de contaminación en la prensa puede ser un mecanismo eficiente para reducir esa contaminación.
La libertad de expresión y la libertad de prensa no sólo hacen menos probables los abusos de poder del gobierno, sino que mejoran las posibilidades de que se cumplan las necesidades sociales básicas, arguyó Stiglitz.
Las mejoras en la información y en las normas que rigen su difusión pueden estrechar el margen para esos abusos tanto en los mercados, como en el proceso político, concluyó. (FIN/IPS/tra- eng/em/ml/dcl/ic/02