Los atentados contra objetivos israelíes en Kenia y la escalada del conflicto entre Israel y Palestina constituyen, a pesar de su signo violento, una oportunidad para que los moderados de ambas partes abran un espacio de diálogo ante el predominio de la hostilidad.
El gobierno de Ariel Sharon se mostró dispuesto a tomar represalias luego los ataques del jueves en Kenia contra un hotel propiedad de israelíes y contra un avión con turistas de esa nacionalidad, pero los llamados a la tregua y a la paz comienzan a oirse mejor que hace unos pocos meses.
Cualquiera sea el autor de los atentados, el énfasis en la violencia como medio de lograr objetivos políticos tendrá poco efecto en el mundo árabe y en el islámico, temeroso por posibles represalias de Israel y de Estados Unidos.
Asesinar civiles es el peor crimen contra la humanidad. Matar turistas israelíes o a pasajeros de autobús en Israel no es diferente a las matanzas contra los inocentes de Srebrenica, sostuvo este viernes el diario saudita Arab News, en referencia a la peor masacre cometida por los serbios contra los musulmanes de Bosnia-Herzegovina.
Quienes organizaron los ataques de Mombassa (Kenya) están a la par de los (Slobodan) Milosevic (presidente de Serbia) y de los (Radovan) Karadzic (líder de los serbios en Bosnia-Herzegovina). Son tan crueles, viles y culpables, afirmó Arab News, portavoz oficioso de la corona saudita.
La tragedia en Kenia fue acentuada el mismo jueves por un ataque de combatientes palestinos contra una oficina del conservador partido gobernante israelí Likud en la septentrional localidad israelí de Beit Shean.
El primer ministro Sharon ordenó a la agencia de inteligencia israelí Mossad, reputada por su dureza con los palestinos, localizar a los autores intelectuales de los atentados en Kenia. Nuestro brazo los alcanzará, advirtió ante las cámaras de televisión el ministro de Defensa, Shaul Mofaz.
Pero también esta semana se conocieron duros cuestionamientos del vicepresidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, a las organizaciones combatientes palestinas. Abbas sostuvo que el levantamiento armado contra Israel era un error que debería revertirse.
El vicepresidente palestino realizó esas apreciaciones en una reunión a puertas cerradas el mes pasado pero sólo se conocieron el miércoles, y fueron consideradas un punto de inflección en el debate sobre la intifada (revuelta popular palestina contra la ocupación israelí) iniciada hace dos años.
Deberíamos cuestionarnos, no por flagelarnos sino para revisar los errores que hicimos y hacia dónde nos dirigimos, dijo Abbas.
Las encuestas pronostican que la continua violencia dará a Sharon una mejor posibilidad de mantener la jefatura de gobierno en las elecciones del 28 de enero, pues los israelíes se volcarían a la línea dura en el conflicto con Palestina.
Pero el candidato del centroizquierdista Partido Laborista, Amram Mitzna, sostiene que la fuerza militar no será la herramienta para alcanzar una solución de largo plazo, sino el diálogo, lo que llevó al gobierno palestino a desviarse de su política de no intervención en los asuntos israelíes.
Funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina llaman abiertamente a los israelíes a votar por Mitzna en procura de paz y seguridad. Los diarios palestinos publican avisos pagados sin precedentes que exhortan a poner fin a los atentados para ayudar las posibilidades electorales del laborismo.
Aunque 53 por ciento de los palestinos encuestados por el Centro Palestino de Investigación Política aún apoyan los ataques contra civiles israelíes y 90 por ciento los perpetrados contra soldados y colonos judíos en Cisjordania y Gaza, 76 por ciento respaldan los esfuerzos por un cese del fuego bilateral.
El sondeo divulgado el jueves marca un cambio radical, pues apenas 48 por ciento apoyaban las negociaciones para poner fin a la violencia hace tres meses.
Muchos creen que el diálogo es un camino a recorrer, pues la intifada no logró resultados en dos años. Para que eso suceda, sin embargo, Israel deberá abandonar su posición de no negociar hasta que cese la violencia, porque la resistencia palestina nunca cesará y, con esa lógica, el diálogo no se reanudará nunca.
Los grupos que reivindicaron o a los que Occidente atribuye los atentados de Kenia —la red islámica Al Qaeda, las laicas Brigadas Al Aqsa, vinculadas con el presidente palestino Yasser Arafat, y el Ejército de Palestina— tendrían motivos diferentes para cometer este tipo de acciones, afirmaron expertos de Medio Oriente.
Si los autores del atentado fueran palestinos, la coincidencia de los ataques con las elecciones internas del gobernante partido conservador israelí Likud es significativa, sostuvo el director asistente del Centro Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos radicado en El Cairo, Nabil Abdel-Fattah.
En ese caso, la operación serviría para demostrar que la opción por el Likud y por Sharon no es una solución para el problema palestino, dijo Abdel-Fattah al diario The Gulf Today, de Emiratos Arabes Unidos.
En los comicios del jueves, el primer ministro Sharon derrotó con 71 por ciento de los votos al canciller Benjamin Netanyahu por la candidatura a la jefetura del gobierno para las elecciones del 28 de enero.
En cambio, si Al Qaeda estuviera detrás de los ataques, éstos constituirían la respuesta a los árabes que cuestionan a la organización liderada por el dirigente saudita Osama bin Laden por golpear objetivos estadounidenses y no israelíes.
Por lo tanto, si la responsabilidad por los ataques correspondiera a Al Qaeda, su finalidad sería conquistar una nueva ola de simpatizantes para la red radical islámica, a la que Estados Unidos atribuye los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington. (FIN/IPS/tra-eng/nj/js/mj/ip/02