Los palestinos comenzaron a reparar la estatua de la Virgen María en las afueras de Belén, la dividida ciudad sagrada de Cisjordania, que había gozado tres meses de calma hasta que este jueves estalló una bomba en un autobús en Jerusalén.
La estatua se encuentra en el camino que los tanques israelíes suelen utilizar para ingresar en la ciudad. Este jueves de tarde, se registró una nueva procesión. El palestino que había cometido el atentado suicida horas antes en Jerusalén era originario de Belén.
Siempre invaden luego de un atentado, dijo el palestino Abdallah Hilo mientras realizaba compras de emergencia en el mercado central, preparándose para recluirse en su casa ante la prevista llegada de los soldados israelíes.
El atentado en Jerusalén causó la muerte de al menos 11 israelíes, entre ellos una niña de 13 años.
Las represalias palestinas a las operaciones militares israelíes o las de Israel a los atentados cometidos por militantes radicales palestinos se han ritualizado de tal modo que parecen casi programadas.
Minutos después de la explosión, ocurrida en la hora pico de la moderna Jerusalén occidental, comenzaron las especulaciones. El temor a una incursión militar israelí en Belén se convirtió en certeza cuando se supo que el militante que había realizado el atentado procedía de esa ciudad.
Las tropas israelíes se habían retirado de la localidad en agosto y devolvieron el control de la seguridad a la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Un jefe de la policía palestina se había enorgullecido la semana pasada de que ni una bala se disparó desde aquí y ningún atacante salió de Belén.
Esa calma quedó atrás. Aunque Israel no reocupe Belén, la perspectiva de retiradas israelíes de otras localidades parece reducirse.
El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) se atribuyó el atentado, por lo que también colapsó la posibilidad de un acuerdo entre los distintos partidos políticos palestinos que ponga fin a los ataques contra civiles en territorio israelí.
El ritual indica que políticos del gobierno derechista israelí visiten la escena del atentado en las horas siguientes. Uno de ellos dijo frente a la cámara: Esto es lo que sucede cuando hacemos concesiones a los palestinos. Mientras, activistas derechistas cantaban: Muerte a los árabes.
Los religiosos a cargo del trabajo funerario completaron el ritual de recoger las partes humanas desperdigadas y limpiaron la calle. Ya han visto muchos atentados similares en Jerusalén. En unas pocas horas, las bolsas negras conteniendo las víctimas mortales habían sido retiradas, y luego los restos del autobús.
También fue parte del ritual la escena en la casa del suicida en Belén. Azmi Abu Hilayal gritaba a su mujer Fatma para que dejara de llorar por la muerte de Na'el, su hijo de 22 años. Estoy orgulloso de él, decía el hombre. Si tuviera otros 10 hijos, los enviaría a todos a hacer lo mismo.
Fatma y su hermana, Sabha, se sentaron en el piso del jardín con retratos de Na'el para que los captaran las cámaras de televisión. Esto es culpa de (el primer ministro israelí Ariel) Sharon, sollozaba Fatma.
Azmi Abu Hilayal permanecía en el centro del jardín, ataviado con una larga capa tan blanca como su camisa, como una novia que recibe el saludo de las visitas. Lo hizo porque no podía soportar más ver la carne palestina destrozada por los (aviones de combate) F-16 israelíes, dijo.
Na'el estuvo viendo por televisión los últimos actos de violencia israelíes, sostuvo el padre. En los últimos días, los soldados mataron a dos adolescentes palestinos.
El joven se fue de Belén el miércoles. Después de que se marchó, yo ya lo imaginaba en el paraíso. Me telefoneó y me dijo que se casaría con las vírgenes del paraíso, repetía su padre.
Na'el era muy religioso, recordó. Solíamos rezar juntos en la mezquita Omar Ibn Khattab, todo el tiempo, afirmó Azmi. Ese templo es considerado un bastión de Hamás.
Mientras, el general Ala al Deen Husni Rabae'a, jefe de la policía palestina en Belén, trataba de explicarse lo sucedido.
Sí, soy responsable de la seguridad, pero nunca es posible garantizarla 100 por ciento. Los israelíes dejaron que un hombre entrara en un avión de (la aerolínea israelí) El Al con un cuchillo esta semana, indicó.
Rabae'a aseguró que las autoridades palestinas arrestaron en los últimos días a varias personas que dispararon contra israelíes o planificaban ataques, aunque no dio mayores detalles. Pero ya no tenemos cárceles y debimos dejarlos ir, dijo.
El jefe de policía insistió en que la seguridad no puede establecerse sólo por la fuerza. Necesitamos un programa político, advirtió.
Se trata de un argumento circular. Los israelíes afirman que antes de reanudar las negociaciones de paz debe acabar la violencia.
Rabae'a es pesimista sobre el futuro próximo. La inminente campaña para las elecciones israelíes de enero empeorará las cosas, pronosticó. (FIN/IPS/tra-eng/fb/ss/mj/ip/02