La unanimidad del Consejo de Seguridad de la ONU para apoyar la moción de Estados Unidos y Gran Bretaña con perentorios plazos para el desarme de Iraq se debió a la gran capacidad de presión política y económica de Washignton.
Sólo una superpotencia como Estados Unidos podía lograr un golpe como éste, y lo hizo mediante considerable presión en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en varias capitales, dijo a IPS un diplomático asiático que no quiso ser identificado, tras la votación del Consejo el viernes.
China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia son miembros permanentes del Consejo de Seguridad y tienen derecho a veto. El cuerpo se completa con otros 10 integrantes rotativos, que ocupan sus escaños durante dos años.
Los lugares rotativos son ocupados en la actualidad por Bulgaria, Camerún, Colombia, Guinea, Irlanda, Mauricio, México, Noruega, Singapur y Siria.
China, Francia y Rusia coincidieron con leves matices en señalar que apoyaron la moción a cambio del compromiso estadounidense de no lanzar un ataque contra Iraq antes de volver a discutir la cuestión en el Consejo, si Bagdad no coopera con los inspectores de armas de la ONU como se le indicó que hiciera.
Esos tres países destacaron que la resolución no habilita el uso unilateral de la fuerza por parte de Washington.
Nueve votos a favor y la ausencia de veto habrían bastado para aprobar la moción, y la peor hipótesis de Washington era que China, Francia y Rusia se abstuvieran, por lo cual asignó especial importancia al voto de los 10 miembros que ocupan lugares rotativos, según fuentes diplomáticas.
De esos 10 países, Estados Unidos contaba de antemano con los dos de Europa occidental, Irlanda y Noruega, de modo que necesitaba asegurar por lo menos el voto favorable de cinco más, añadieron.
Washington consideraba probable que la abstención o el voto en contra de Siria, el único país árabe que integra en la actualidad el Consejo, y cuyo gobierno es considerado cómplice del terrorismo por el Departamento de Estado estadounidense, según las fuentes.
Por lo tanto, las presiones se concentraron en conseguir cinco votos favorables entre los restantes siete países en lugares rotativos, Bulgaria, Camerún, Colombia, Guinea, Mauricio, México y Singapur, todos ellos dependientes de Estados Unidos por razones económicas, militares, o de ambos tipos, aseguraron.
Todas esas naciones parecieron recordar con gran claridad que Washington anuló en 1990 asistencia prevista a Yemen por valor de 70 millones de dólares, inmediatamente después de que el gobierno yemenita votó en el Consejo contra la moción estadounidense para expulsar de Kuwait al ejército de Iraq.
El martes, el embajador de Mauricio en la ONU, Jagdish Koonjul, fue llamado por su gobierno para que cambiara de actitud en las negociaciones sobre la moción, porque Washington consideraba que era demasiado reticente a aprobarla.
El ingreso de Mauricio al Consejo de Seguridad fue impulsado el año pasado por Estados Unidos, tras firmar en 2000 con esa empobrecida nación insular un acuerdo de preferencias comerciales, dijo a IPS el investigador Phyllis Bennis, del Instituto de Estudios Políticos, con sede en Washington.
Una cláusula de ese acuerdo obliga a Mauricio a no involucrarse en actividades contrarias a la seguridad nacional de Estados Unidos o los intereses de su política exterior, destacó.
El precedente de Yemen es vívido en la memoria institucional de la ONU, y tras la votación de 1990, el embajador de Estados Unidos en la ONU advirtió a su par yemenita que acababa de emitir el voto negativo más costoso de su vida, comentó Bennis.
Colombia recibió este año unos 380 millones de dólares de asistencia estadounidense, y está previsto que reciba 439 millones en 2003.
Bulgaria recibió este año de Washington 69 millones de dólares de asistencia al desarrollo, en el marco del programa Apoyo a la Democracia de Europa Oriental, y se le asignaron por el mismo concepto otros 28 millones para 2003.
A eso se suma asistencia militar de Estados Unidos a Bulgatia por valor de 13,5 millones de dólares en 2001, en su mayor parte para comprar armas estadounidenses, de 8,5 millones este año y de 9,5 millones de dólares previstos para 2003.
La asistencia de Washington a otros países que votaron la moción es mucho menor en términmos cuantitativos, pero relevante para los receptores.
Guinea recibió este año tres millones de dólares de ayuda militar, y espera recibir el año próximo 20,7 millones de asistencia al desarrollo.
Camerún recibe 2,5 millones de dólares anuales en becas para entrenamiento militar, y donaciones de armas excedentes estadounidenses.
Singapur y Siria son los únicos actuales integrantes rotativos del Consejo que no reciben ayuda económica ni militar de Washington, pero Estados Unidos es el mayor vendedor de armas al gobierno singapurense.
James Abourezk, ex senador estadounidense, expresó serias dudas a IPS sobre la posibilidad de resistir presión de Washington por parte de países receptores de asistencia estadounidense.
Sería una tragedia que se declarara una guerra (contra Iraq) debido a esa presión, añadió. (FIN/IPS/tra-eng/td/ml/mp/ip/02


