La crisis institucional que afronta Venezuela impacta en la protección del derecho de los niños, niñas y adolescentes, que no han podido escapar a la polarización política, advirtieron activistas.
La situación política ha concitado la atención de la mayoría de la población y de las autoridades, relegando los programas de atención a la infancia y el apoyo institucional que se necesita, dijo a IPS Fernando Pereira, coordinador de la organización no gubernamental Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap).
Añadió que la intolerancia ha alcanzado a las familias, las relaciones de maestros con alumnos, de los alumnos entre sí y, sobre todo en Caracas, los menores están expuestos a grados de violencia y de sentimientos negativos, como rabia, odio y frustración, que no habíamos visto en 18 años de trabajo.
Las manifestaciones de la última semana contra y favor del presidente Hugo Chávez forzaron la interrupción de clases en varias escuelas de Caracas, afectadas por los gases lacrimógenos lanzados por la policía y por el bloqueo de tránsito practicado por la oposición en la principal autopista que cruza la ciudad.
La televisión difundió imágenes de niños caminando frente a una fila de militares fuertemente armados, debido a que la escuela es vecina de un cuartel de la Policía Metropolitana, intervenida por las Fuerzas Armadas por orden del gobierno.
La edición 2002 del informe anual Somos Noticia, elaborado por Cecodap, recoge testimonios de niños y adolescentes sobre la crisis, agudizada tras la marcha del 11 de abril y el posterior golpe de estado cívico-militar que alejó a Chávez del gobierno por dos días, con un saldo mayor a 80 personas muertas.
Se originó una descomposición social, el país se dividió en dos, opinaron Dubraska y Dixon, ambos de 13 años, ante la consulta de técnicos de Cecodap.
La oposición declaró la huelga, todo estaba planificado, sabían que iba a haber derramamiento de sangre. Se aprovecharon de esa marcha para lograr su objetivo, dijo Zulyvic, de 11 años.
Por su parte, Manuel, de 12 años, respondió que hay como una especie de racismo en todo el país, por parte del presidente lo he visto bastante, pues llama minoría a las personas que no están con él, y pueblo a los que sí lo están.
Cuando renunció el presidente (Chávez) sentimos felicidad, euforia y luego miedo, angustia, rabia, dijeron Eliza, de 16 años, y Catherine, de 15.
Liz, de 12 años, escribió que, por miedo, en mi casa pusimos los colchones en el suelo y dormimos en el piso, el día del golpe de Estado.
Yo estaba asustado. A la mañana siguiente todo estuvo mejor, no llegó el saqueo, narró David, de 7 años, para agregar que sintió mucha tristeza, preocupación, susto y sentimiento por mi país.
Del 12 al 14 de abril se sucedieron una serie de saqueos a comercios, en el marco del caos que se había apoderado de Caracas ante la crisis institucional, que incluyó la detención de Chávez y su reemplazo en esos dos días por el empresario Pedro Carmona.
Fernando Pereira, de Cecodap, comentó a IPS que después de abril se recogieron denuncias de padres y asociaciones acerca de la intolerancia de maestros para con sus alumnos, y de los propios estudiantes entre sí, al momento de hablar de la crisis, tanto en la enseñanza privada como en la estatal.
Es preocupante el nivel de frustración entre los muchachos que dicen: '¿para qué estudiar si no hay futuro, si el país se va a acabar?', explicó.
Sin embargo, cuando pedimos cartas para la Venezuela que vendrá son más optimistas y escriben que todo se superará, dijo Pereira.
El gobierno y la oposición comenzaron un trabajoso proceso de diálogo, gracias a los auspicios del secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria.
A pesar de esa instancia en marcha, la oposición congregada en la llamada Coordinadora Democrática convocó para el 2 de diciembre la cuarta huelga general en un año, en reclamo de la renuncia de Chávez.
La crisis política distrae esfuerzos y recursos para avanzar en las metas fijadas en la Ley de Protección de la Niñez y la Adolescencia, aprobada hace dos años, aseguró el coordinador de Cecodap.
El retraso ha llevado a que aún no se haya podido desmontar el viejo Instituto Nacional del Menor, que debe traspasar sus funciones a consejos en los 23 estados y 350 municipios del país.
En áreas concretas, como salud, el informe Somos Noticia destaca el incremento de enfermedades como el sarampión, la malaria y el dengue.
También la diarrea, una enfermedad prevenible asociada a la pobreza, afectó a 34 por ciento de los niños de Caracas y 36 por ciento en el interior del país.
En cambio, en el sector de la educación, la matrícula se ha incrementado y se ha logrado la meta de igualdad de género, pues asisten a la escuela la misma cantidad de niños que de niñas.
Sin embargo, la escolaridad se mantiene baja en los grados séptimo a noveno de educación básica, que llegó a 62,8 por ciento de los niños en edad para esos cursos, y en la educación media, que apenas alcanza a 42,6 por ciento.
Ana Barrios, investigadora de Cecodap, señaló que el talón de Aquiles para el acceso universal a la educación en Venezuela lo constituye el nivel preescolar. El déficit educativo hasta tres años es de 90 por ciento, mientras que de cuatro a seis años se acerca a 52 por ciento.
El informe de Cecodap también incluye, en base a informes de prensa, la muerte violenta de 102 menores de 18 años entre septiembre de 2001 y agosto de 2002, 25 de los cuales fallecieron en atracos o peleas, 14 por el denominado ajustes de cuentas entre bandas de jóvenes marginales y 17 atrapados en tiroteos.
En el lapso estudiado desaparecieron de sus hogares 2.017 menores de 18 años, 1.087 son mujeres de entre 14 y 17 años, situación que puede estar fuertemente asociada al tema del abuso y la explotación sexual, se explicó.
El documento concluye con 20 recomendaciones, entre las que se resalta desarrollar el nivel municipal del sistema de protección de la niñez y la adolescencia previsto en la ley respectiva, y la adopción de los estándares de la Organización de las Naciones Unidas en materia de atención a la población infantil.
También se aconseja regular los contenidos de violencia de los programas que se emiten por televisión. (FIN/IPS/hm/dm/hd pr/02


