DESARROLLO-VENEZUELA: Complejo hidroeléctrico genera autogestión

El gobierno de Venezuela dio nuevo impulso a la construcción del complejo hidroeléctrico Uribante-Caparo, en la frontera con Colombia, mientras a su entorno florecen las cooperativas de trabajadores.

La central San Agatón es la primera en generar 300 megavatios- hora de la serie de obras sobre los ríos Uribante, Caparo, Camburito y Doradas, en la cordillera de los Andes y a 700 kilómetros al sudoeste de Caracas. A ello se le agregarán a comienzos del año próximo otros 480 megavatios-hora.

El parque eléctrico venezolano con capacidad instalada para generar 20.300 megavatios-hora, 86 por ciento del cual pertenece a empresas estatales, está interconectado mediante una red, en cuyos extremos hay infraestructura tendida para llevar el fluido a Brasil y para comprar o vender a Colombia.

La construcción de complejo Uribante-Caparo comenzó en 1978, para aprovechar el potencial hidroeléctrico de esos ríos, tributarios del Orinoco, y la primera fase —San Agatón— entró en funcionamiento en 1987, pero las siguientes tropezaron con el incumplimiento de contratistas y problemas legales y financieros.

El proyecto, con un costo de 1.190 millones de dólares, es de tres embalses con cuatro represas, un sistema de transvase con túneles, pozos de descarga y tuberías forzadas, y tres centrales con capacidad para generar 1.480 megavatios-hora, explicó a IPS el vicepresidente de la empresa estatal Cadafe, Julio Carreño

”Es un sistema de tipo alpino, que aprovecha en forma progresiva y repetitiva, pendiente abajo, el potencial de los distintos ríos que lo alimentan”, destacó Carreño, durante un recorrido por esa área.

”Puede producir al año 5.500 gigavatios-hora, casi nueve por ciento del consumo nacional”, agregó el directivo de Cadafe (Compañía de Administración y Fomento Eléctrico).

Líneas de alta tensión de 230 y 400 kilovoltios llevarán la electricidad a la red del país, a su vez conectada a Colombia, mercado al que se exporta el fluido en especial por la frontera norte, aunque de modo intermitente debido a la caída de torres de transmisión a causa de atentados dinamiteros en el vecino país.

En cambio, más al sur, Venezuela compra hasta 80 megavatios- hora a la planta carboeléctrica colombiana de Termotasajero, y ambos países construyen tendidos para llevar luz eléctrica a Puerto Carreño, en Colombia, a orillas del fronterizo río Meta.

Venezuela también vende 200 megavatios-hora al septentrional estado brasileño de Roraima, mediante un tendido de 680 kilómetros que lleva la electricidad desde el sudoriental complejo hidroeléctrico de Guri, cuya capacidad instalada es de 10.000 megavatios-hora.

Carreño señaló que la decisión de reactivar la construcción del complejo Uribante-Caparo tomó en cuenta ”el principio de que no puede ser más costosa que otra opción”.

También se comprobó que esas represas ofrecen una nueva fuente al sistema interconectado, ”aliviando la presión sobre Guri, que emplea intensamente las aguas del río Caroní y otros cursos de la Guayana venezolana”, sostuvo el directivo de Cadafe.

La obra que Cadafe inició este año y espera concluir en el primer trimestre de 2003, con un costo de 220 millones de dólares, corresponde a la de las presas La Vueltosa y Borde Seco, sobre los ríos Camburito y Doradas, con una central que generará 480 megavatios-hora.

Por su parte, la gerente de desarrollo en Cadafe, Blanca Tascón, comentó que ”en esta fase hemos incorporado el elemento social, promoviendo la organización de cooperativas en las comunidades vecinas del complejo”.

Se trata ”de un aspecto que fue olvidado en la fase previa, pues se limitaron a comprar los inmuebles o parcelas de la gente”, apuntó.

Un ejemplo de ello fue el pago realizado a los 1.000 habitantes de la localidad andina Potosí, que debió ser inundada, indicó Tascón, mientras señalaba a IPS una pequeña cruz de lo que fue la iglesia del lugar, lo único que las aguas del embalse no taparon.

Según Tascón, en lo que va del año se han formado en la zona 61 cooperativas de agricultores, de pescadores, de amas de casa y de trabajadores de oficios diversos, que suman unas 3.000 personas organizadas.

La presidenta de la cooperativa Mujeres Unidas por Caparo, Dulfa Sánchez, narró a IPS el modo en que 34 mujeres se organizaron, ”con talleres de costura y preparación de alimentos para ser envasados”.

”Ahora vamos por más, y buscamos participar como empresa de servicios en las licitaciones de Cadafe”.

A su vez, Juana Melgarejo, de la cooperativa Jardines del Caparo, sostuvo dijo la pretensión de ese grupo es ”trabajar en los contratos que da la represa, en las picas (caminerías) y limpieza de los terrenos bajo las líneas que llevan la luz eléctrica”.

”Lo que buscamos es que las comunidades organizadas puedan trabajar en tareas de construcción y servicios de las obras”, remarcó Claudio Aldana, también miembros de la dirección de Cadafe.

”Para ello tratamos de potenciarlas facilitando el contacto con las instituciones crediticias del Estado, por ejemplo”, añadió.

Otras cooperativas organizan a los pescadores tradicionales de los ríos de la cuenca para que desarrollen la piscicultura y se doten de depósitos refrigerantes y de vehículos con los cuales llevar el producto a los mercados cercanos.

Esa promoción ”alcanzó hasta los trabajadores del comedor de Cadafe, en el área, que se organizaron en una cooperativa para poder participar en la licitación de la concesión de ese servicio, en competencia con sus antiguos patrones”, comentó a modo de ejemplo Germán López, de la unidad de atención ciudadana de Cadafe.

En el aspecto ecológico, el responsable del área, Carlos Sánchez, indicó que alrededor de los ríos que alimentan el sistema se ha establecido un polígono de 200.000 hectáreas como zona protectora.

”Eso no significa que se trate de un área exclusivamente forestal. Pueden desarrollarse actividades agrícolas, pero lanzamos campañas de educación y prevención para impedir que se degrade el paisaje al punto de afectar el abastecimiento de aguas en el sistema”, explicó Sánchez.

El clima en ese extremo sudoeste venezolano —una zona de montañas y valles muy verdes ubicadas entre los 600 a 4.000 metros sobre el nivel del mar— ”será más fresco y húmedo, y habrá más lluvia”, puntualizó el experto.

Los flujos de agua controlados desde los aliviaderos de las represas harán más previsible la navegación en el eje fluvial que forman los ríos Orinoco y su mayor afluente, el Apure, que surge de la unión del Uribante y el Doradas.

El paisaje de las lagunas artificiales ya comenzó a ser explotado mediante el campamento turístico llamado La Trampa, establecido sobre una pequeña planicie que se adentra en el primero de los embalses.

En ese lugar, la habitación de un pequeño hotel cuesta cinco dólares la noche, mientras que una cabaña familiar puede alquilarse por 15 dólares diarios. (FIN/IPS/hm/dm/dv/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe