DESARROLLO: Escepticismo ante iniciativa de ayuda de EEUU

Nuevos detalles sobre una iniciativa de Estados Unidos para aumentar la ayuda bilateral a los países en desarrollo provocaron escepticismo entre algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) y analistas.

Los críticos temen que el propuesto Fondo del Desafío del Milenio (MCA, por sus siglas en inglés) provoque una mayor marginación de los países pobres que no cumplen con las condiciones de elegibilidad para la ayuda.

Asimismo, les preocupa que el MCA desvíe fondos de necesidades más urgentes como el alivio de la deuda y la lucha mundial contra el VIH/sida, que según expertos en salud pública requiere un mínimo anual de 10.000 millones de dólares.

”Nos preocupan los países en desarrollo con muchos pobres y muchas necesidades básicas insatisfechas que no son elegibles para recibir fondos del MCA”, manifestó Mary McClymont, directora de InterAction, una coalición de 160 ONG estadounidenses de ayuda humanitaria y para el desarrollo.

Por otra parte, algunos expertos consideraron que la iniciativa podría aumentar no sólo la cantidad sino también la eficacia de la ayuda estadounidense para el desarrollo.

Funcionarios de gobierno reiteraron esta semana su compromiso de financiar el MCA con 5.000 millones de dólares en los años fiscales 2004 y 2005 (1.600 y 3.400 millones, respectivamente), además de los casi 10.000 millones de dólares de ayuda bilateral suministrados cada año.

A partir de 2006, la administración espera obtener 5.000 millones de dólares por año para la nueva iniciativa.

El gobierno también anunció que el MCA será administrado por un organismo independiente, la Corporación del Desafío del Milenio, cuya junta directiva estará integrada por funcionarios de rango ministerial presididos por el secretario de Estado.

El organismo tendrá unos 100 empleados y su director será designado por el presidente, con la aprobación del Senado.

Los países en desarrollo sólo serán elegibles para recibir fondos del MCA si cumplen 16 criterios incluidos en tres categorías amplias, según un documento publicado por la Casa Blanca (presidencia) el martes.

La primera de las categorías se refiere al ”gobierno justo”, que incluye el respeto a las libertades políticas y civiles, el imperio de la ley, la rendición de cuenta de las autoridades y el control de la corrupción, evaluados por el Banco Mundial y la organización sin fines de lucro Freedom House.

La segunda se relaciona con la ”inversión en el pueblo” y prevé un porcentaje del producto interno bruto (PIB) para destinar a salud y educación, además de índices de escolaridad y de inmunización.

Por último, la categoría ”libertad económica” incluye seis criterios sobre política macroeconómica y comercial y el grado de apertura de los gobiernos a la inversión extranjera.

Según el programa, los países pobres que registren una calificación por encima del promedio en los criterios sobre corrupción y cumplan al menos la mitad de los requisitos de cada una de las tres categorías serán elegibles para solicitar fondos del MCA, que se otorgarán en donaciones y no en préstamos.

Para 2004 y 2005, sólo los países con un ingreso anual por habitante inferior a 1.435 dólares podrán competir por fondos. Desde 2006, también serán elegibles aquellos con ingresos de hasta 2.975 dólares por habitante.

El presidente George W. Bush dio a conocer la iniciativa por primera vez en una visita que hizo el 14 de marzo de este año a la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington.

Una semana después, el 22 de marzo, reiteró el compromiso ante los asistentes a la Conferencia sobre la Financiación para el Desarrollo, que se celebró en la ciudad de Monterrey, México, con los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas.

Si el Congreso lo aprueba, el MCA revertirá la disminución gradual en 20 años de la ayuda estadounidense al exterior, que convirtió a Washington en el menor donante de ayuda de todo el mundo industrializado, teniendo el cuenta la proporción respecto de su PIB.

De hecho, el desempeño de Estados Unidos en el área de la ayuda para el desarrollo es tan bajo que aun el incremento previsto de 5.000 millones de dólares al año desde 2006 no mejoraría su posición como donante.

Sin embargo, muchas ONG recibieron con beneplácito el aumento de la ayuda estadounidense para el desarrollo, así como el énfasis en la gobernanza y en la inversión en salud y educación.

”La elección de países con buena gestión de gobierno convierte a los receptores en socios comerciales creíbles en el esfuerzo conjunto del desarrollo”, comentó Nancy Birdsall, presidenta del Centro para el Desarrollo Global (CGD) y ex vicepresidenta ejecutiva del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Además, ”les otorga la autonomía que precisan para usar eficazmente los fondos”, agregó Birdsall.

Otros grupos sugirieron también que una agencia pequeña como la propuesta Corporación del Desafío del Milenio será mucho más ágil que la actual Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), por ejemplo.

Sin embargo, algunos expertos mantienen sus reservas sobre el plan.

”Nos enfrentamos a un nuevo déficit presupuestal y a la guerra en Iraq”, y ”se teme que esto restrinja la ayuda para el desarrollo, aunque funcionarios de la Casa Blanca se esfuerzan por tranquilizarnos de que eso no va a ocurrir”, comentó Sarah Lucas, que trabaja con Birdsall en el CGD.

Nancy Alexander, directora de la Red de Ciudadanos sobre Servicios Esenciales, discrepó de Birdsall en cuanto a que el MCA aumentará la ”autonomía” de los países en desarrollo para manejar los recursos.

”Este programa impone más a los países en desarrollo la visión de Occidente sobre el concepto de 'buenas políticas'”, opinó.

La Red de Ciudadanos es un grupo preocupado por la utilización de la ayuda financiera de los países occidentales para promover los intereses de las empreas multinacionales en el Sur en desarrollo.

”Parece que el dinero será usado para sobornar a los países receptores con el fin de que sigan las políticas neoliberales, cuando el paradigma del ajuste ha demostrado ser un fracaso”, advirtió Doug Hellinger, presidente de Development GAP, otra ONG con sede en Washington.

Hellinger y Alexander criticaron en particular los criterios económicos de elegibilidad.

Entre otros requisitos, los países receptores de la ayuda deberán tener una calificación de crédito favorable en la Institutional Investor Magazine y una política comercial liberal, evaluada por la derechista Heritage Foundation. (FIN/IPS/tra- en/jl/ml/mlm/dv/02

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