El unilateralismo de Estados Unidos es una de las causas de la actual paralización de las negociaciones multilaterales para el control de armamentos, aseguraron expertos en desarme.
El estancamiento es atribuido también al peligro del derrumbe de países, como Iraq, Indonesia, Pakistán y hasta de China, el avance de la globalización que reduce el alcance de los estados y, finalmente, el terrorismo internacional.
El director del Instituto Oslo de Investigaciones de Paz Internacional (PRIO), Stein Tonnesson, dijo que el unilateralismo responde parcialmente a la índole del actual gobierno de Estados Unidos y del propio Pentágono, el cuartel general del Departamento (ministerio) de Defensa.
El gobierno estadounidense declaró formalmente en 2000 su preferencia por las acciones unilaterales, apuntó, por su parte, Jozef Goldblat, funcionario del Instituto de las Naciones Unidas de Investigación para el Desarme.
Estados Unidos comenzó a cuestionar en primer lugar la necesidad de acuerdos negociados y sujetos a mecanismos de verificación estrictos y este año las negociaciones sobre desarme cayeron en el estancamiento, precisó Goldblat.
El experto de esta entidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) comentó que Estados Unidos se convirtió en el primer país en abolir un tratado de control de armamentos.
Se trata de la renuncia anunciada el 13 de diciembre de 2001 por el presidente estadounidense George W. Bush del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM), firmado en 1972 con la hoy disuelta Unión Soviética y heredado desde 1991 por Rusia, Belarús, Kazajstán y Ucrania.
El tratado ABM prohibía el emplazamiento de sistemas de misiles antibalísticos para la defensa de los territorios de Estados Unidos y de la entonces Unión Soviética.
Bush alegó que el acuerdo impedía a Estados Unidos el desarrollo de otros medios para proteger a su pueblo de futuros ataques misilísticos terroristas o de estados delincuentes.
Otra experta en desarme, la directora del Instituto de Investigación de la Paz Internacional Estocolmo, Alyson Bailes, refirió que tampoco la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) concede la misma prioridad que en el pasado al control de armamentos.
Bailes apuntó que el líder de la OTAN, en alusión a Estados Unidos, parece haber cambiado de idea respecto del valor de las restricciones y normas tradicionales sobre control de armamentos.
La expresión control de armamentos mencionaba las reglas para limitar la competencia armamentista, en especial la nuclear. Pero en la actualidad se la emplea para denominar la regulación, limitación y reducción de armamentos o inclusive el mismo desarme.
Tonnesson citó entre los peligros que amenazan al control de armamentos el riesgo de la desaparición de los estados y en primer lugar mencionó a Iraq, en caso de que sea atacado.
Los otros países en la misma situación son, a juicio del director del PRIO, Indonesia y Pakistán, aunque aceptó la posibilidad de que el peligro penda también sobre China si allí se producen conflictos internos.
El terrorismo transnacional no es un fenómeno nuevo, sostuvo el experto noruego. En la Conferencia de Paz de La Haya de 1899 se debatió el asunto, en razón de una ola de atentados criminales que fueron atribuidos a anarquistas.
Con la aparición de los atentados suicidas y del peor de todos los episodios, el ataque del 11 de septiembre de 2001 a Nueva York y Washington, la primera tarea es impedir que los grupos terroristas puedan apoderarse del uranio enriquecido, el elemento primordial para la fabricación de artefactos nucleares, dijo Tonnesson.
El fenómeno de la globalización económica representa también una amenaza para el control de armamentos, porque limita el ámbito de la autoridad de los países. En algunas partes del mundo, también privatiza la violencia e involucra cada vez más a las empresas.
Tonnesson interpretó que la actitud de Washington hacia las negociaciones de control de armamentos tiene raíces no sólo en las predilecciones de Bush y de su equipo de gobierno sino también en el hecho de que ese país constituye actualmente un poder preponderante mundial.
Estados Unidos no es más un estado soberano semejante a otros estados soberanos, agregó el director del PRIO. Washington se ve a sí mismo y es considerado por muchos otros como detentores de una responsabilidad especial de mantener el orden en el mundo.
Otros gobiernos tienen políticas exteriores y regionales. En cambio, Estados Unidos tiene ahora una política mundial, estimó el experto.
Por esas razones, a Estados Unidos le cuesta aceptar la noción de compulsión y obligaciones mutuas inherentes a los regímenes multilaterales de control de armamentos, puntualizó.
Tonnesson vaticinó que esas concepciones perdurarán durante algunas administraciones futuras de Estados Unidos. (FIN/IPS/pc/dm/ip/02