DESARME: Tratados omiten penas para transgresores

Lagunas legales impiden sancionar verdaderas violaciones a los convenios internacionales de desarme y eso ocurrió en el caso de Iraq, condenado por agredir a Kuwait en 1990, pero no por infringir el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), señaló un experto en control de armas.

Jozef Goldblat, alto funcionario del Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre el Desarme (Unidir, por su acrónimo en inglés), sostuvo que asegurar la observancia forzosa de los tratados es uno de los problemas más urgentes del control de armamentos en el mundo.

Ninguna de las convenciones multilaterales ha resuelto de manera satisfactoria ese aspecto. Las declaraciones o resoluciones de condena no son suficientes para que el transgresor rectifique su conducta, afirmó Goldblat.

Distintos acuerdos de control de armamentos establecen que, una vez verificada por un órgano competente la existencia de una violación, el caso debe ser remitido al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que tiene autoridad para restablecer la paz alterada.

Sin embargo, en la práctica es difícil que los miembros del Consejo de Seguridad que no están directamente interesados en el tema consigan ponerse de acuerdo en una respuesta válida a la violación, dijo Goldblat.

Iraq, que había cometido una violación material del TNP, fue obligado por el Consejo de Seguridad a desmantelar o destruir los elementos clave de sus programa de desarrollo de armas nucleares.

Pero las sanciones no fueron impuestas en razón del quebrantamiento del TNP, sino por la agresión de Iraq contra Kuwait en agosto de 1990, que violó la Carta de la ONU.

Con base en ese antecedente, Goldblat propuso que las medidas colectivas de compulsión contra un Estado culpable sean establecidas con anticipación, y formen parte de las obligaciones contraidas por cada Estado al ratificar cada uno de los tratados de control de armamentos.

Pero el académico advirtió que los tratados deben excluir las sanciones militares, cuya aplicación sólo corresponde al Consejo de Seguridad.

Goldblat formuló opiniones negativas sobre la actual situación del proceso de desarme, y opinó que no se observa perspectiva alguna de alcanzar acuerdos sobre cuestiones sustanciales de control de armamentos en los próximos dos o tal vez seis años.

Con el nuevo siglo, los esfuerzos a favor del desarme comenzaron a perder impulso, comentó.

Ese clima se refleja en el estancamiento de las negociaciones en la Conferencia de Desarme, que discute las cuestiones más críticas del control de armamentos, como el desarme nuclear, la prohibición de material fisible usado para fabricar ojivas nucleares, y la carrera armamentista en el espacio exterior, entre otros.

La Conferencia, con sede en Ginebra e integrada por 66 Estados, no ha logrado en los últimos tres años consenso, ni siquiera para su programa de trabajo. El secretario del organismo, Enrique Román- Morey, atribuyó ese inmovilismo a ausencia de voluntad política, en especial de los principales actores internacionales.

Sin embargo, Román-Morey expresó esperanzas de que la Conferencia retome su ritmo de trabajo en las sesiones de 2003, que comenzarán en enero, pues existen iniciativas para destrabar las negociaciones.

Pero Goldblat cree que todo el mecanismo de negociaciones internacionales de desarme debe ser reformado. Sus planes incluyen la desaparición de la Conferencia de Desarme como un organismo con diversidad de temas, aunque no mencionó esa posibilidad en forma explícita.

Cada uno de los asuntos de control de armamentos sería negociado en un organismo separado y representativo.

Otro punto del sistema de negociaciones que requiere ajustes es el mecanismo de verificación del cumplimiento de los tratados, que debe ser eficaz pero sin caer innecesariamente en la intrusión, expuso Goldblat.

Los ejemplos citados por el funcionario del Unidir se refieren al descubrimiento de actividades clandestinas, como las realizadas por Iraq y Corea del Norte. La verificación se debe efectuar con tiempo suficiente para corregir la situación, aconsejó.

La imposibilidad de lograr un consenso para dotar de un sistema de verificación al Convenio sobre Armas Biológicas ha colocado a ese tratado en una situación difícil.

Estados Unidos dijo en julio de 2001 que el borrador del protocolo destinado a dotar al Convenio de un mecanismo de verificación ponía en peligro la seguridad interna de ese país.

Goldblat efectuó sus comentarios sobre el panorama internacional del desarme durante la presentación de su libro ”Control de armamentos, una nueva guía para negociaciones y acuerdos”, auspiciado por el Unidir, el Instituto Internacional de Investigaciones de la Paz de Estocolmo, y el Instituto de Oslo de Investigaciones Internacionales para la Paz. (FIN/IPS/pc/mp/ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe