Cuba y la Unión Europea (UE) decidieron continuar el diálogo político bilateral comenzado a fines del pasado año, aunque subsisten las divergencias en materia de democracia y derechos humanos.
Portavoces europeos aseguraron que la nueva ronda de conversaciones entre delegados cubanos y de la UE se realizó en un clima de respeto.
La reunión, concretada el lunes en Copenhague, sucedió a la realizada en diciembre de 2001 en La Habana, donde se resolvió que el diálogo podría crear un marco apropiado para fomentar el incremento de la cooperación entre la UE y Cuba.
A diferencia de lo ocurrido en diciembre, cuando al término de las conversaciones se emitió un comunicado conjunto, esta vez se informó por separado sobre el resultado del encuentro.
El diálogo con los delegados del gobierno cubano de Fidel Castro se desarrolló en un ambiente de mutuo respeto, expresó la UE en una declaración en la que también destacó la intención de ambas partes de continuarlo en el futuro con vistas a reforzar las relaciones.
En el texto se agregó que la reunión brindó la oportunidad de intercambiar datos y comentarios sobre la situación de los derechos humanos en Cuba y en la UE, el desarrollo del sector económico y privado, el embargo estadounidense (contra la isla) y la lucha internacional contra el terrorismo.
Por su parte, La Habana calificó el diálogo de amplio, transparente y constructivo y orientado hacia el futuro, aunque insistió en que la llamada posición común de la UE sobre Cuba no puede ser aceptada como base para las relaciones bilaterales.
Cuba no se siente en absoluto comprometida con los postulados de dicha posición común, señaló la delegación cubana a la cita de Copenhague, encabezada por el vicecanciller Angel Dalmau.
La posición común es una resolución aprobada en 1996 por la UE, a propuesta de España, en la que se considera que la plena cooperación dependerá de los progresos en derechos humanos y libertad política en Cuba.
Desde la óptica del gobierno de Castro, esa postura debe ser objeto de un examen serio y profundo por parte del Consejo de Ministros de la Unión Europea.
Otro punto irritante para Cuba es el voto favorable de los países miembros de la UE a las resoluciones de condena contra la isla aprobadas en los últimos años en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), con sede en Ginebra.
En lo que respecta a Cuba, la posición común y el voto de la Unión Europea en favor de la resolución anticubana y politizada que promueve Estados Unidos en Ginebra son los dos principales elementos de fricción entre ambas partes, apuntó la declaración de La Habana.
La UE renueva cada seis meses su valoración sobre este país caribeño de régimen socialista, al que pide un proceso de transición pacífica hacia el pluralismo democrático, como requisito para la cooperación.
Expertos han alertado al respecto que la posición común se mantiene por inercia, pues no ha logrado las reformas políticas buscadas en este país y, en cambio, le resta al bloque europeo posibilidades de influencia.
Junto con la reactivación del diálogo, la UE decidió abrir en La Habana una oficina de representación oficial, la cual se espera contribuya a las relaciones entre ambas partes.
Cuba, al margen de las diferencias de orden político- ideológico, mantiene relaciones diplomáticas y comerciales bilaterales con los 15 países miembros de la UE, Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal y Suecia.
Cuba constató que sus amplias relaciones económicas y de cooperación existentes con los países miembros de la Unión Europea tienen una importancia estratégica, señaló el comunicado.
España, cuyo jefe de gobierno, José María Aznar, es uno de los más críticos de Castro, es sin embargo el principal socio comercial de Cuba, con un intercambio que en 2000 sumó más de 893 millones de dólares.
Los vínculos e intereses españoles en Cuba son ya tan importantes que resulta esencial mantenerlos e incrementarlos, sin que sea posible dar un paso atrás para ninguna de las dos partes, señaló el consejero económico y comercial de la embajada de Madrid en La Habana, Luis López Moreno.
El diplomático español dijo a medios de comunicación habaneros que su país puede convertirse en trampolín de los productos de Cuba hacia el resto de la UE.
El mercado de la UE cobrará mayor importancia para Cuba con la incorporación de los futuros miembros del bloque, los países del este de Europa, puntualizó López Moreno.
El segundo mercado europeo en importancia para Cuba es Francia, cuyo intercambio alcanzó también en 2000 más de 332 millones de dólares, seguido de Italia, con 331 millones de dólares.
En el campo de las inversiones extranjeras, España también marcha a la cabeza en cuanto a la cantidad de empresas con negocios en Cuba, con 25 por ciento del total, seguido de Canadá, con 19 por ciento, Italia, con 14 por ciento, Francia, con cuatro por ciento, y Gran Bretaña, con tres por ciento.
Alrededor de 77 por ciento del comercio cubano con Europa corresponde a la UE. (FIN/IPS/pg/dm/if/02


