COMERCIO-AMERICA: El ALCA se definirá en México

La última ronda de negociaciones para poner en marcha el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) tendrá desde marzo su sede en México, un país que conoce los beneficios y costos que conlleva una apertura comercial agresiva.

Las autoridades mexicanas dan los toques finales a un lujoso edificio de convenciones de 1,6 millones de dólares, en la ciudad de Puebla, vecina a la capital, que será hasta fines de 2004 el corazón de las negociaciones del ALCA.

México, socio de Canadá y Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y suscriptor de otros 10 convenios comerciales, entre ellos uno con la Unión Europea, es puesto como ejemplo de lo que podría provocar el acuerdo americano a sus 34 países miembros, todos excepto Cuba.

Las reglas y los capítulos con los que se negoció el TLCAN, en vigencia desde 1994, son similares a los del ALCA y ambos acuerdos prometen que la liberalización comercial traerá por sí misma bienestar y atizará el desarrollo de sus socios.

El ALCA, un instrumento propuesto por Washington y que instauraría una zona comercial abierta en 2005 desde Alaska a Tierra del Fuego, se ha negociado los últimos cinco años en Estados Unidos y Panamá.

La última etapa corresponde a México, país que aspira a ser declarado en el futuro la sede permanente del acuerdo.

Los negociadores de México, hoy el octavo exportador del mundo, se mueven bien por su experiencia previa en el TLCAN, saben de apertura comercial y quieren impulsar el ALCA, apuntan los observadores.

Las exportaciones mexicanas se dispararon de 60.882 millones de dólares a 158.442 millones entre 1994 y 2001. En ese mismo lapso las importaciones pasaron de 79.345 a 168.396 millones de dólares. Más de 85 por ciento del comercio se concentra en Estados Unidos.

Sin embargo, México perdió también más de 10 millones de hectáreas de cultivos y 15 millones de campesinos dejaron las áreas rurales debido a la imposibilidad de competir en el esquema de la apertura comercial, indicó un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Además, quebraron cerca de 30.000 pequeños negocios asentados en zonas urbanas y que aspiraban competir.

Germán de la Reza, investigador sobre integración de las universidades Autónoma Metropolitana y Autónoma de México, sostuvo que la sociedad con el TLCAN apuntaló "la dependencia estructural" de México con la economía estadounidense.

El crecimiento de este país depende hoy casi completamente de los ciclos que viva su vecino del norte, de sus políticas y estrategias de mercado, dijo el experto a IPS.

Más de 60 por ciento del pastel de inversiones extranjeras directas que registra México cada año desde 1995 proviene de Estados Unidos y 64,2 por ciento está directamente vinculado a actividades de comercio, según estadísticas oficiales.

Además, cerca de la mitad de las exportaciones corresponde a las maquiladoras, empresas asentadas zonas francas que importan insumos extranjeros en condiciones preferenciales y luego arman productos con mano de obra barata.

La cantidad de empleados en esas firmas, cuyos insumos nacionales no superan dos por ciento, pasó de 583.000 a más de 1,5 millones de 1994 al año pasado.

Casi todas las empresas maquiladoras se encuentran ubicadas en el norte del país, en la frontera con Estados Unidos, y los beneficios de sus inversiones se han sentido casi exclusivamente en esa zona.

Organizaciones ambientalistas, como Greenpeace, aseguran que las maquiladoras vierten sus desechos industriales sin ningún control, mientras el independiente sindicato nacional Frente Auténtico del Trabajo señala que esas empresas boicotean todo tipo de organización de trabajadores.

Los resultados negativos del desempeño económico de México no se deberían ligar de forma simple al TLCAN, pues hay otros factores en juego que pueden resultar más importantes, advirtió De la Reza.

En el caso de las zonas rurales, por ejemplo, los motivos del fracaso están más bien en las erradas políticas de gobierno hacia ese sector, señaló.

En cambio, para el no gubernamental Frente de Acción para el Libre Comercio, el TLCAN es el responsable directo de la ruina del campo, donde se concentra 75 por ciento de los pobres del país, y del aumento de la pobreza en general, que afecta a más de 50 por ciento de los 100 millones de mexicanos.

"No al ALCA", renegociación del TLCAN y fin de las distorsiones al comercio con Estados Unidos, provocadas por los subsidios que ese país otorga a sus productores agrícolas, son las banderas que hoy enarbolan el Frente de Acción para el Libre Comercio y docenas de grupos sociales de América Latina.

De la Reza, quien sigue de cerca las negociaciones del ALCA, afirmó que el instrumento como tal está casi listo y acordado por las delegaciones técnicas de los países miembros. Si no se pone en marcha en 2005 será exclusivamente por problemas políticos, apuntó.

En la medida que se acerca 2005 toman protagonismo en América Latina los grupos contrarios al ALCA, herramienta a la que consideran un arma de sometimiento de Estados Unidos sobre los países en desarrollo.

El gobierno mexicano de Vicente Fox, heredero de más de 10 acuerdos comerciales bilaterales, trilaterales y con grupos de países, está, en cambio, en la posición de impulsar nuevos frentes de liberalización comercial y buscar la forma de apuntalar el ALCA.

México necesita aún más comercio, diversificar sus fuentes de compras y los destinos de sus ventas, explica el gobierno. Con ese argumento, negocia ya un acuerdo de liberalización comercial con Japón.

Fox, al igual que sus antecesores, prometen que la apertura comercial dará beneficios en empleo, desarrollará la industria nacional, mejorará los salarios y dará estabilidad económica.

No obstante, la experiencia indica hasta ahora que la economía no logra garantizar empleo formal ni a la mitad de los 1,5 millones de mexicanos que se integran cada año al mercado laboral, y que menos de siete por ciento de la industria nacional está en condiciones de exportar, según diversos estudios.

Además, los salarios reales, lejos de mejorar, han caído desde 1994, con excepción de la industria maquiladora, y la estabilidad económica del país depende en gran parte de cómo le vaya a Estados Unidos, el principal socio comercial de México.

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