La Orquesta Filarmónica de Venezuela celebró este mes sus 15 años de vida con una propuesta inédita en el país, como fue poner a sus 60 músicos sinfónicos al servicio de dos grupos de rock alternativo.
Los Amigos Invisibles y Caramelos de Cianuro, cada uno a su tiempo, subieron al escenario del teatro Teresa Carreño, el más importante de Caracas y con capacidad para 2.500 espectadores, acompañados de la gran orquesta dirigida por Pablo Castellanos.
En ambos conciertos se interpretaron exclusivamente temas de estas dos agrupaciones de rock, que se ubican entre las más importantes de su género en el país, con cuatro discos editados cada una en su haber.
Los Amigos Invisibles es el más conocido internacionalmente, pues tres de sus discos han sido editados por el sello neoyorquino de Luaka Bop, propiedad de David Byrne, ex vocalista de Talking Heads.
La iniciativa de presentar a los exitosos rockeros venezolanos en versión sinfónica surgió como parte de la programación de aniversario de la Orquesta Filarmónica de Venezuela, que intenta incorporar otros segmentos de público al ya tradicional, en especial a los jévenes.
Vimos la necesidad de abrirnos a otros horizontes, de renovar la imagen de la Filarmónica, siempre con la idea que nos ha marcado como orquesta de dar apoyo al talento venezolano, explicó Castellanos a IPS.
Interpretar piezas de la música pop más vanguardista del país nos pareció una propuesta novedosa, y sirvió para demostrar que todavía se pueden inventar cosas, añadió Castellanos, quien ya había promovido conciertos de fusión con grupos e interpretes de bolero y salsa, que engloba un conjunto de ritmo caribeños.
Estamos asustadísimos, proclamó en pleno concierto el vocalista de Caramelos de Cianuro, Asier González.
Luego le siguió el guitarrista Miguel González, quien buscó adelantar excusas al decir soy el enano del grupo y tengo problemas de alcoholismo. Pero Castellanos lo atajó con un contundente si tienes problemas de alcoholismo debes ser miembro de la Filarmónica.
La orquesta dirigida por Castellanos, que también ha acompañado a agrupaciones de música criolla, como el Ensamble Gurrufío, proyecta ahora una nueva serie de actuaciones con otros dos grupos de rock venezolano, Desorden Público y King Changó.
Para el director de la Filarmónica, la experiencia con Los Amigos Invisibles y Caramelos de Cianuro —que prevé repetir en ciudades del interior del país— fue enriquecedora para ambas partes.
Durante los ensayos me di cuenta que, en lo profesional, esos dos grupos no tienen nada de desordenados ni de irreverentes. Siempre he dicho que no hay una música buena y una mala, sino una bien y otra mal interpretada, apuntó.
Castellanos puntualizó que lo más importante del intercambio fue darse cuenta de que, pese a la diferencia de códigos, es posible la interpretación conjunta.
Nosotros nos movemos con códigos más académicos, de teoría y solfeo, mientras que ellos trabajan más por oído, intuición y ritmo, pero no dejan nada al azar, pues, simplemente, para llegar donde están necesitaban de trabajo y disciplina, aunque su imagen sea la de unos jóvenes alocados, comentó el director.
Desde su fundación en 1987, la Orquesta Filarmónica de Venezuela ha procurado difundir la música venezolana, especialmente la clásica, con la presentación en sus conciertos de al menos una obra nacional.
La Filarmónica presentó también en el marco de las celebraciones de su aniversario una serie de conciertos de música colonial y de música contemporánea venezolana. (FIN/IPS/hm/dm/cr/02
