La campaña para que Austria regrese a México el penacho del emperador azteca Moctezuma, uno de los símbolos de la cultura nativa mexicana, continuará pese a la reiterada negativa de ese país a devolverlo, advirtieron autoridades y grupos indígenas.
México demanda desde hace más de 15 años la devolución del penacho, o Kopilli Ketzalli, que perteneció a Moctezuma Xocoyotzin (1466-1520), último emperador del pueblo azteca, según especialistas mexicanos.
El argumento de Austria de que es dueña legítima y única del penacho no pone punto final al reclamo, dijo Sergio Arroyo, director del estatal Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.
El futuro de la pieza sigue abierto, afirmó Arroyo, luego que funcionarios del Ministerio de Educación y Cultura de Austria declararon el 19 de este mes que jamás regresarán el penacho.
La pieza, elaborada con plumas de quetzal, un ave del sur de México y América Central en vías de extinción, salió del país durante la ocupación española, hace cinco siglos, y pasó por peripecias no del todo aclaradas. Austria la compró en 1880, y desde 1929 se exhibe en Viena.
Las gestiones por el retorno del penacho recobraron fuerza luego que antropólogos, biólogos y otros científicos mexicanos y austríacos concertaron un plan para investigar la autenticidad y estado de conservación de la reliquia.
El Ministerio de Educación y Cultura de Austria autorizó que la pieza, exhibida en el Museo Etnológico de Viena, fuera observada por los científicos, pero tras un cristal.
El análisis físico no es posible por su fragilidad, según portavoces austríacos.
La ornitóloga mexicana Dalia Ayala, que participa en la investigación, sostuvo que las autoridades del museo de Viena le permitieron examinar el penacho detrás de un vidrio y con mala iluminación.
No obstante, Ayala aseveró que la pieza posee alrededor de 1.000 plumas principalmente de quetzal, pero también de otras especies.
El penacho representa la soberanía y fuerza de las culturas nativas, por lo que su retorno afianzaría nuestra identidad, apuntó el no gubernamental Consejo Nacional de Tradición y Cultura, Guerreros del Conocimiento.
Con casi un metro de diámetro, se asegura que la corona de plumas contaba originalmente con un casco de oro con incrustaciones de piedras preciosas.
Según diversas teorías, el periplo de la reliquia comenzó durante la conquista, cuando fue robado por el español Hernán Cortés, quien ordenó llevarlo a su país. Pero el barco que lo transportaba fue asaltado por corsarios franceses.
La corona, que simbolizaba la sabiduría y el poder del emperador Moctezuma, permaneció 50 años en Francia y luego fue subastada en Viena, donde estuvo guardada por décadas en malas condiciones, afirman los historiadores.
Wilfried Seipel, director del Museo Etnológico de Viena, declaró que la pieza es propiedad inobjetable del Estado austriaco.
El presidente de parlamento de Austria, Heinz Fischer, expuso a México la posibilidad de ceder el penacho en comodato por 99 años, pero autoridades del Ministerio de Educación y Cultura y del museo vienés se negaron de plano.
Xokonoschtletl Gómora, bailarín tradicional mexicano que ha encabezado personalmente diversos actos en Austria y México para demandar la devolución del penacho, declaró que no desmayará hasta ver cumplido su propósito.
Luego de 16 años de marchas, danzas y protestas públicas con mexicanos y extranjeros, continuaremos el tiempo que sea necesario para lograr que esta pieza, que muchos consideramos sagrada, regrese a los mexicanos, dijo al diario Reforma.
En su opinión, la corona de Moctezuma representa la identidad del pueblo mexicano antes de la conquista.
Historiadores y organizaciones nativas afirman que la recuperación de la corona será apenas el inicio de una serie de gestiones para lograr la devolución de decenas de valiosos objetos prehispánicos, ilegalmente extraídos de México. (FIN/IPS/dc/dcl/cr/02