El Banco Mundial prometió destinar más dinero a la agricultura a través de una nueva estrategia de créditos para proyectos rurales en el Sur en desarrollo.
El nuevo plan promete aumentar los créditos para la agricultura en los años fiscales 2003 y 2004 en 20 por ciento anual, lo que representa un incremento neto de unos 400 millones de dólares.
Los países industrializados deberán hacer su parte recortando sus subsidios agrícolas y abriendo sus mercados a la producción agrícola del Sur, mientras los países en desarrollo deben seguir aplicando controvertidas políticas de liberalización.
El principal objetivo es reforzar los programas de crédito en las áreas rurales y en la agricultura, declaró a IPS Csaba Csaki, asesor de desarrollo rural del Banco.
Los primeros fondos adicionales se destinarán principalmente a Africa subsahariana y Asia meridional, y posteriormente incluirá a Asia oriental.
Los proyectos abarcarán créditos rurales, irrigación, caminos, saneamiento y organizaciones de agricultores, explicó Csaki.
El fomento agrícola es esencial para el desarrollo, porque 75 por ciento de los pobres del mundo viven en áreas rurales, y la producción agrícola representa un cuarto del producto interno bruto de la mayoría de los países de bajos ingresos.
La pobreza es en forma predominante, aunque no exclusiva, un fenómeno rural, señaló el Banco, cuyo mandato es combatir la pobreza y ayudar al desarrollo.
La agricultura debe crecer al menos 3,5 por ciento al año (desde 2-2,5 por ciento en el período 1990-2000) para hacer una contribución significativa al objetivo de reducir a la mitad la pobreza y el hambre.
Uno de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por la Organización de las Naciones Unidas en 2000 consiste en reducir a la mitad la incidencia de la pobreza entre 1990 y 2015.
El Banco reconoció que 400 millones de dólares está lejos de ser suficiente para cumplir esa meta tan ambiciosa.
Es sólo un primer paso. Es apenas el resultado inmediato de nuestra nueva estrategia, aclaró Csaki.
En su plan, el Banco destacó que para promover la agricultura en los países pobres es necesario que los países ricos abran sus mercados a los productos agrícolas de aquéllos.
Una de las principales razones de la incapacidad de los países en desarrollo para captar una parte mayor del comercio agrícola son las políticas proteccionistas, en especial de los grandes mercados del Norte industrial.
Además, los países ricos gastan unos 300.000 millones de dólares al año en subsidios agrícolas, seis veces más de lo que gastan en ayuda al exterior.
Los países industrializados deben hacer progresos en cuanto a la liberalización del comercio agrícola, reducción de subsidios agrícolas distorsionadores del comercio, avances científicos en sistemas agrícolas accesibles para el Sur y ayuda para el desarrollo rural, instó el Banco.
En especial, deben hacer todo eso en Africa subsahariana y Asia meridional, donde se encuentran la mayoría de los campesinos pobres, agregó.
Pero la estrategia del Banco también exige más liberalización de parte de los países en desarrollo, aunque éstos sostienen que la apertura comercial sólo les ha causado pérdidas.
No nos referimos apenas al abatimiento de las barreras arancelarias, aclaró Csaki.
En los países en desarrollo, hay que eliminar barreras internas como la corrupción, la burocracia y las persecuciones. Hay lugares en que no se puede transportar algo más allá de 25 kilómetros sin guardias armados. Eso es lo que queremos cambiar, dijo el funcionario.