La instalación de una base militar de Estados Unidos en Djibouti deja en evidencia la importancia del Cuerno de Africa en la actual estrategia antiterrorista de Washington.
El Departamento de Defensa (Pentágono) estadounidense anunció que el Comando del Cuerno de Africa será dirigido desde un buque de guerra en el mar Rojo en los próximos dos o tres meses, hasta que quede instalado el cuartel general en Djibouti.
En ese país ya están desplegados 800 soldados estadounidenses de la Fuerza de Operaciones Especiales, a los cuales se unirán pronto otros 400 de la Segunda División de Infantes de Marina.
La misión de esos soldados es detectar y combatir eventuales actividades de Al Qaeda, organización radical islámica a la que el gobiorno estadounidense atribuye los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
La importancia geopolítica de Djibouti se debe a su ubicación en la salida meridional del mar Rojo y a su vecindad con Somalia y Yemen, países en que Washington sospecha que hay importantes bases de Al Qaeda.
En la actualidad, el mar Rojo y Medio Oriente son el escenario central del terrorismo, sostuvo el experto en política internacional Mustapha Hassouna, de la Universidad de Nairobi.
Estados Unidos tiene presencia en el Cuerno de Africa hace varios años pero la ha incrementado en los últimos meses, con una intensa vigilancia en las extensas costas y en las porosas fronteras.
Djibouti ha sido un tradicional aliado de Francia, que ha criticado los planes de guerra de Estados Unidos contra Iraq.
Washington está tomando territorio que solía ser bastión francés. Si Francia da su aprobación táctica es una pregunta abierta, dijo Hassouna.
Las poco vigiladas fronteras de la región han sido por largo tiempo el centro de actividades del narcotráfico muy visibles y generalizadas, cuyos jefes suelen gozar de la complicidad de organizaciones terroristas, agregó el experto.
El jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, general Richard Myers, sostuvo que las fuerzas de su país en el Cuerno de Africa tienen el objetivo de impedir que organizaciones terroristas desarrollen tareas de planificación y entrenamiento en la región.
Myers sostuvo que el Cuerno de Africa podría ser un escondite para personas, armas, explosivos y quizás armas de destrucción masiva.
Estados Unidos estrechó sus vínculos con las fuerzas armadas de la región, en especial con Eritrea, Etiopía, Kenia y Yemen, informó el semanario The East African.
Pero Hassouna manifesó que algunas operaciones antiterroristas estadounidenses, como el lanzamiento este mes de un misil que mató a seis supuestos militantes de Al Qaeda en Yemen, podría poner en entredicho sus relaciones con los países de la región.
El sentimiento antiestadounidense está de moda. Los aliados tradicioneales, como Kenia, se muestran reticentes a ser vistos demasiado cerca de Washington, afirmó.
Kenia posee una gran comunidad musulmana en la costa del océano Indico, y muchos allí manifiestan su oposición a la política internacional de George W. Bush, pues consideran que su guerra contra el terrorismo es una mera excusa para perseguir al Islam.
El líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, es más popular que Bush en Yemen, según expertos. Mientras, las autoridades yemenitas han encarcelado a numerosos supuestos colaboradores de Al Qaeda, incluida la esposa de Bin Laden, Amal al-Sadda, de 20 años.
El gobierno de Yemen controla las ciudades y los poblados, pero el interior está en manos de los jefes tradicionales que simpatizan con Bin Laden, dijo Hassouna. El padre del líder de Al Qaeda, Mohammed bin Laden, es oriundo de la provincia yemenita de Hadramut.
Cientos de yemenitas acompañaron a Bin Laden a Afganistán en los años 90 y se cree que ahora regresaron a su país.
Un atentado cometido el mes pasado contra una embarcación francesa en Yemen es atribuida por las autoridades a Al Qaeda. Los seis militantes muertos este mes son señalados por Estados Unidos por ese ataque y por el sufrido por el barco militar USS Cole en el puerto de Adén en octubre de 2000.
Informes de inteligencia indican que Al Qaeda descentralizó sus operaciones en todo el mundo, lo que dificulta el éxito de ofensivas militares convencionales contra la organización.
También Somalia es vista por Estados Unidos como potencial refugio para militantes de Al Qaeda, dada su falta de gobierno central desde 1991. (FIN/IPS/tra-eng/ks/mn/mp-mj/ip/02