Alemania y Holanda se ofrecieron este miércoles para comandar en conjunto la fuerza internacional de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Afganistán por seis meses, a partir de febrero de 2003, pero sólo para custodiar Kabul.
Los ministros de Relaciones Exteriores Joschka Fischer, de Alemania, y Jaap de Joop Scheffer, de Holanda, ofrecieron sus servicios en una carta al secretario general de la ONU, Kofi Annan.
La propuesta parte de la base de que la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en el Afganistán (ISAF) de 4.800 soldados continuará restringiendo su su tarea a Kabul, la capital, y sus áreas circundantes.
La responsabilidad de dar seguridad, ley y orden en todo el territorio de Afganistán continúa en manos de los propios afganos, indica la carta.
La propuesta fue conocida en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, que decidió este miércoles prorrogar el mandato de la ISAF por otros 12 meses, hasta diciembre de 2003, a causa del retraso en la creación de un nuevo ejército afgano.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzay, había solicitado que la ISAF ampliara sus funciones más allá de Kabul, pero el Consejo de Seguridad se negó a autorizar a la fuerza multinacional a hacer frente a los señores de la guerra, que mantienen su poder en las capitales provinciales.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, había rechazado en enero el pedido de Karzai de reforzar la ISAF con tropas estadounidenses. Washington no participa en la fuerza multinacional, si bien conduce otra coalición militar que combate en Afganistán contra los remanentes de la red islámica Al Qaeda.
La operación estadounidense, denominada Libertad Duradera, comprende más de 9.000 soldados estadounidenses y 1.200 de otros países.
De todos modos, Bush prometió asignar un equipo de asesores militares para reconstruir el ejército nacional, así como entrenar a soldados y suministrar armas de segunda mano.
Tras la retirada de la Unión Soviética en 1989, Estados Unidos dio la espalda (a Afganistán) a medida que el país se desintegraba. Bush prometió no repetir ese error, dijo el presidente saliente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Joe Biden, quien propuso ampliar el mandato de la ISAF más allá de Kabul.
Pero el subsecretario (viceministro) de Defensa estadounidense Paul Wolfowitz dijo al Comité de Relaciones Exteriores del Senado que para la ISAF Kabul es un desafío suficiente. No tenemos mucha gente que se ofrezca como voluntaria para esa misión, dijo.
Alemania y Holanda relevarán en el mando de la ISAF a Turquía, que, a su vez, sucedió a Gran Bretaña. Los dos países europeos pidieron al Consejo de Seguridad que identifique en breve al país que los relevará en la tarea.
Creada por el Consejo de Seguridad en diciembre, la ISAF cuenta con soldados de 22 países, entre ellos Alemania, Austria, Bangladesh, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Jordania y Turquía.
El comandante de la ISAF, general Hilmi Akin Zorlu, pidió el martes a la comunidad internacional que no se retirara de Afganistán demasiado temprano.
Si la fuerza internacional deja Kabul a su suerte antes de la creación de un ejército nacional fuerte y antes de la desmovilización de las milicias opositoras Afganistán se retrotraerá en un conflicto, agregó Zorlu.
El militar turco aseguró que la ISAF trató con equidad a las distintas etnias, evitó involucrarse en conflictos locales y respetó las costumbres, valores culturales y creencias religiosas afganas.
El representante especial de la ONU en Afganistán, Lakhdar Brahimi, advirtió que la incapacidad del país de crear un ejército nacional amenaza la seguridad y la estabilidad de este país.
No habrá una solución perdurable al problema de la seguridad hasta que se instale en este país un ejército y una policía bien entrenados, bien equipados y cuyos integrantes reciban regularmente sus salarios, sostuvo Brahimi.
La imposibilidad de crear un ejército ha sido atribuida a factores tales como la falta de recursos y a la generalizada presencia de milicias y señores de la guerra que se niegan a renunciar a su poder y a entregar sus armas.
El canciller afgano Abdullah Abdullah anunció en mayo sus planes de crear un ejército de 80.000 soldados, una fuerza aérea de 8.000 integrantes y una guardia fronteriza de 12.000, así como una policía de 70.000 agentes, a un costo de alrededor de 300 millones de dólares.
Pero aún no hay señales de que un ejército nacional pueda hacerse cargo ni siquiera de las funciones que hoy desempeña la ISAF. (FIN/IPS/tra-eng/td/mj/ip/02