La depresión, ira, ansiedad, miedo, fobias, obsesiones, propensión al suicidio y hasta la caída de la libido son algunas de las afecciones que más han crecido en Venezuela como consecuencia de la aguda crisis política que afronta el país.
Las marchas callejeras de la oposición, las réplicas del presidente Hugo Chávez y los pronunciamientos políticos de militares arreciaron a partir de la huelga organizada el 10 de diciembre por empresarios y sindicalistas contra el gobierno, dividiendo prácticamente en dos el país.
Los venezolanos pasaron de evadir las cosas que ocurrían a su alrededor a mantenerse alertas, con buenas dosis de depresión, frustración e ira, lo que llevó a desencadenar la violencia contra el otro y hasta contra sí mismos, señaló el psiquiatra Roberto de Vries, del Centro de Estudios del Poder.
La población se autoagrede, lo cual repercute en el cuerpo y se traduce en hipertensión arterial, infartos, trastornos gastrointestinales, disfunciones de todo tipo, afecciones en la piel y otras dolencias. Es una mezcla peligrosa de venezolanos deprimidos y llenos de frustración e ira, dijo De Vries.
El insomnio ya me causaba problemas en el trabajo, aumenté seis kilos y regresé al cigarrillo. Por eso, cuando empecé a sentir taquicardia, tomé en serio las recomendaciones de mi médico, me desenchufé del televisor y en la radio del automóvil sólo escucho música, contó a IPS Rebeca Prieto, una odontóloga de 46 años de edad.
Prieto, como continúan haciendo centenares de miles de venezolanos en estos tiempos de aguda polarización política, seguía cada noticia sobre el gobierno, la oposición o los militares prácticamente cada hora y, periódico en mano o ante las pantallas de TV, discutía tanto en la casa como en el trabajo.
Partidaria de la oposición al gobierno, Prieto está convencida de que ese hombre debe irse del gobierno, y para ello se había sumado a dos marchas callejeras en su contra.
Sin embargo, ahora decidió tomar las cosas con calma, sobre todo entre su familia, dividida como otras miles entre seguidores y adversarios del gobierno de Chávez.
El enfrentamiento entre los venezolanos tuvo su cenit del 8 al 14 de abril, cuando el país se vio envuelto en una huelga general, una marcha multitudinaria de oposición, un golpe de estado, desórdenes, saqueos de comercios y un exitoso regreso al gobierno de Chávez.
Otro caso modelo de esta situación es el de Marta Fernández, enfermera y madre de una niña de seis años, cuyo esposo trabaja como camarógrafo de televisión.
Al problema del hampa se suma la angustia política, desde si nos pasará algo y dejaremos una huérfana hasta quién cuida a la niña en un día de trabajo con marchas, rumores de golpe y paros (huelgas), comentó Fernández a IPS.
En medio, está el miedo de que estallen saqueos, de que corten los servicios básicos, de que escasee la comida, y tenemos que gastar siempre un poco más de dinero comprando alimentos enlatados extras que, por añadidura, están cada vez más caros, agregó.
Mireya Lozada, investigadora del Instituto de Psicología de la Universidad Central, la principal del país, explicó en nota publicada por el diario El Nacional que el venezolano vive descontento desde el caracazo (estallido social que dejó 500 muertos en 1989), y el desempleo la inseguridad y la polarización reciente han terminado por afectar su salud.
El conflicto político que afrontamos causa rabia, miedo, incertidumbre, zozobra, desilusión, tristeza, desconfianza, y esos estados anímicos afectan las relaciones sociales, apuntó Lozada.
La experta también indicó que ahora no nos amamos bien y hay una disminución drástica del placer, un alimento del ser humano que estamos perdiendo.
Por su parte, el psiquiatra Luis Uzcátegui precisó a IPS que el salario real ha decrecido desde fines de la década del 70 y más de la mitad de la población económicamente activa padece desempleo o subempleo lo cual tiene un efecto catastrófico en términos de mayores ansiedad y angustia.
Por eso decrecen las expectativas orientadas a sostener la confianza de cada uno y de todos, y al final tenemos males como incremento del alcoholismo, la propensión al suicidio y un gran lamento colectivo, añadió.
En tanto, la sexóloga Aminta Parra dijo que, entre quienes asisten a su consulta, ha podido detectar una caída de la actividad sexual no menor de 50 por ciento, producto de la angustia y el estrés.
Parejas que tenían relaciones dos y tres veces por semana las sostienen ahora una vez semanalmente o incluso una vez cada dos semanas, indicó.
Las manifestaciones callejeras de partidarios de Chávez y de sus opositores se caracterizan por durísimas intolerancia y agresividad verbal, mientras que en los mensajes escritos se registran insultos que rayan en lo escatológico.
El paso a la agresión física ya se ha dado, con derramamiento de sangre en uno y otro bando.
La agresividad y la profunda polarización de la sociedad venezolana son muy peligrosas, advirtieron varios observadores, como el ex presidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981), ganador este año del premio Nobel de la Paz, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria.
La psicóloga María Lander sostuvo que el estímulo aversivo comenzó con el discurso, bastante agresivo, del presidente Chávez (en el gobierno desde 1999), pero luego se extendió y la conducta de respuesta (de la oposición) es irracional, de rechazo, de descalificación y de evasión.
Como consecuencia de esos dos discursos, la población venezolana está hoy día enferma e improductiva, obsesiva y compulsiva, centrados todos en el país y en la política, dijo Lander.
El director de Salud del estatal Instituto de Seguros Sociales, Pedro Alcalá, admitió que vivimos en una ciudad (Caracas) cargada de muchas tensiones, que afectan la salud física y mental.
En periodos de crisis, afecciones como la depresión, angustia, ansiedad y hostilidad se acentúan, aunque se trate de trastornos transitorios, apuntó.
Alcalá recomendó hacer catarsis en conversaciones prolongadas con la familia y los amigos, actividades al aire libre, relajarse, y meditar de vez en cuando. Hay que identificar los estímulos del estrés, por eso, si mantenerse frente al televisor causa ansiedad, es preferible reducir el contacto, señaló.
Anthony Chang, un joven acupunturista chino que hace poco tiempo se estableció en Caracas, dijo a IPS que para muchos de sus pacientes ya no le bastan las agujas.
A mucha gente que no duerme y tiene dolor de cuello, de espalda, angustia y úlcera yo les digo: No marchas, no Chávez, no Globovisión (televisora con señal libre dedicada 24 horas a la información), comentó.
También el psiquiatra Manuel Ortega, del Hospital Universitario de Caracas, expuso en El Nacional la necesidad de que haya equilibrio entre mantenerse informado y cultivar el tiempo libre.
Estar 24 horas conectado con la realidad no es sano. Tenemos que tratar de disminuir las posturas dramáticas o extremas y aprender a ser tolerantes y respetuosos con los demás, aconsejó Ortega.
En cambio, la psicóloga Felicitas Kort recomienda la participación en grupos y acudir civilizadamente a las marchas, para drenar la angustia mediante la búsqueda colectiva de soluciones a la crisis. (FIN/IPS/hm/dm/he ip/02