JAPON: Alto diplomático critica presencia militar de EEUU

La fuerte presencia militar de Estados Unidos en la sudoccidental isla japonesa de Okinawa debió ser reconsiderada en 1972 y pasó a ser ”innecesaria” en 1975, al finalizar la guerra de Vietnam, afirmó un alto diplomático japonés.

Okinawa fue ocupada por Washington durante la Segunda Guerra Mundial, y devuelta formalmente a Tokio en 1972, pero la restitución no implicó el retiro de las bases militares estadounidenses en la isla.

En la actualidad hay ”excesiva” e ”indeseable” concentración de tropas estadounidenses en Okinawa, cuya población desaprueba ese despliegue extranjero, dijo en Washington el embajador Owada Hisahi, asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores de su país y presidente del Instituto Japonés de Asuntos Internacionales.

Owada tiene 25 años de trayectoria diplomática y ocupó importantes cargos en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que reúne a países industrializados.

Sus comentarios sobre Okinawa fueron realizados el lunes, en una exposición sobre política exterior japonesa, patrocinada por la Fundación Sasakawa para la paz, con sede en Washington.

Owada se refirió a la cuestión al responder a un funcionario del Departamento de Estado (Ministerio de Relaciones Exteriores) estadounidense sobre relaciones militares bilaterales, y señaló que el Tratado de Seguridad firmado por Washington y Tokio en el marco de la Guerra Fría, fue ”básicamente un intento de crear un Japón pacífico” y defender a Japón de eventuales ataques.

Pero ya no vivimos en un ”mundo bipolar”, y las Fuerzas de Autodefensa de Japón ”pueden desempeñar un papel muy importante en el mantenimiento de la paz en Extremo Oriente”, en especial en el marco de una coalición aprobada por la ONU, arguyó.

El diplomático se refirió a un eventual ataque de Estados Unidos a Iraq sin plena aprobación de la ONU, y consideró peligroso que ”Estados Unidos defina valores internacionales en forma unilateral, sin respaldo del resto del mundo”, o que invoque la cláusula sobre autodefensa de la Carta de la ONU.

Japón invocó la autodefensa para invadir Manchuria en 1931, señaló Owada.

”Un ataque preventivo no se justifica en ausencia de peligro inmediato. Es absolutamente esencial que las mayores potencias del mundo cooperen para mantener el orden internacional. Si eso no ocurre, el sistema colapsa”, enfatizó.

El profesor H. John Ikenberry, de la Universidad de Georgetown y colaborador de Sasakawa para organización de seminarios, afirmó durante la parte de la conferencia dedicada a responder preguntas que algunas de las afirmaciones de Owada eran ”off the record” (fuera de la grabación, en inglés), o sea confidenciales.

Sin embargo, se trataba de una exposición pública, y así fue anunciada por la fundación en medios de comunicación, incluyendo su propio sitio en Internet, la red mundial de computadoras.

Además, Ikenberry no indicó a qué afirmaciones del conferencista se refería.

Owada opinó que Japón comienza a emerger como actor en el escenario mundial, tras vivir dentro de un ”capullo psicológico” en el ”mundo de sueños” de la Guerra Fría, cuando el tratado de seguridad con Estados Unidos definía casi por completo los parámetros de las relaciones con otros países.

En aquella época, Japón ”sólo creía en la prosperidad económica”, pero esa existencia ”confortable y presumida (…) terminó en forma abrupta junto con la Guerra Fría”, y el país ”fue arrojado a la realidad del mundo, para la cual carecía por completo de sentido de orientación”, aseveró.

En los últimos años, Tokio ha comenzado a definir su propio rumbo en materia de política exterior, al participar con tropas en fuerzas de mantenimiento de la paz en Timor Oriental y Afganistán, y desempeñar un ”decisivo papel” en el proceso de paz de Camboya, comentó Owada.

Japón también ha impulsado el diálogo de China y Corea del Norte con el Foro Regional de la Asociación de Naciones del Sudeste, que discue cuestiones de seguridad en forma anual, subrayó.

Owada comentó que la actual actitud del primer ministro japonés Junichiro Koizumi hacia Corea del Norte, que tuvo un hito el mes pasado con la visita de Koizumi a Pyongyang, marca un gran cambio en relación con gobernantes anteriores, que se relacionaron con el régimen norcoreano de modo ”ingenuo o con segunda intención”.

El diplomático admitió que el nacionalismo aumenta en su país, y se expresa en polémicas sobre visitas de gobernantes al panteón en el cual están enterrados responsables japoneses de crímenes de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, junto con otras personas fallecidas en ese conflicto.

La Guerra Fría fue una de las causas de que ”los japonesess no hayan reflexionado en forma suficiente” sobre su pasado belicista y el periodo en que ”la nación entera estuvo involucrada en esa locura”, opinó.

”No podremos desempeñar un papel muy constructivo en la ONU, si no afrontamos esa historia”, comentó Owada.

Jóvenes japoneses desean que su país desempeñe un papel más visible en asuntos internacionales, y la era de la globalización ha obligado a Japón a abrirse al mundo para competir, en vez de mantener su economía casi cerrada a competidores extranjeros, añadió. (FIN/IPS/tra-eng/ts/js/mp/ip if/02

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