ISRAEL-PALESTINA: Las negociaciones vistas en primera fila

El presidente palestino Yasser Arafat no tuvo toda la culpa del fracaso de las negociaciones de paz con Israel realizadas en 2000 en Camp David, Estados Unidos, de acuerdo con el documental ”Un sueño roto”, filmado por el periodista franco- israelí Charles Enderlin.

En 150 minutos de filme, Enderlin, corresponsal en Israel del canal francés de televisión France 2, desacredita buena parte de las acusaciones contra Arafat emitidas por funcionarios estadounidenses e israelíes y reflejadas por medios de comunicación occidentales.

”Los hechos demuestran que Arafat no tiene más responsabilidad en el fracaso de las negociaciones que otros de los participantes”, dijo el periodista a IPS.

Las partes habían acordado mantener abierto el diálogo, que se complicó en los meses siguientes, en gran medida a causa de la complicada situación política israelí, agregó Enderlin. ”Camp David era sólo un paso en el proceso de paz, no su fin. Por eso, no se puede decir que la reunión hubiera fracasado”, sostuvo.

Enderlin trabajó en la producción del documental con los periodistas de la televisión israelí Dan Setton y Tor Ben Mayor. El filme será emitido por France 2 a comienzos de noviembre, y luego por canales de televisión de Israel, Estados Unidos, Europa y el mundo árabe.

Enderlin tuvo acceso a todos los protagonistas del conflicto, entre ellos Arafat, el ex primer ministro israelí Ehud Barak (1997- 2000) y los negociadores estadounidenses que actuaban bajo las órdenes del entonces presidente Bill Clinton (1993-2001).

En ocasiones, incluso, el propio periodista se convirtió en mediador entre israelíes y palestinos, al ofrecer su oficina en Jerusalén como sitio de reuniones secretas.

Enderlin vive en Israel desde 1968 y ha cubierto el conflicto en Medio Oriente para radioemisoras y canales de televisión franceses e israelíes desde 1971.

El documental indica que las delegaciones de Israel y de Palestina acordaron continuar dialogando al cabo de la ronda de negociaciones celebrada del 11 al 25 de julio de 2000, en la residencia de descanso del presidente estadounidense en Camp David, 113 kilómetros al noroeste de Washington.

Un pasaje de ”Un sueño roto” muestra una visita de Arafat al domicilio privado de Barak, inmediatamente después de las negociaciones de Camp David. Ambos dirigentes se prodigaron entonces un trato cálido y amistoso, a pesar de las versiones que atribuían al presidente palestino el fracaso del diálogo.

Un negociador israelí afirma ante la cámara que Arafat y Barak se mostraron en la reunión como ”amantes cariñosos”.

En un libro que publicó este año, Enderlin aseguró que el gobierno de Barak planificó las negociaciones en Camp David como una trampa para descalificar a Arafat y a sus colaboradores.

”Barak necesitaba una ayuda para subir en las encuestas” mientras crecía la popularidad del entonces líder de la oposición conservadora y hoy primer ministro, Ariel Sharon, dijo el coordinador especial para asuntos de Medio Oriente de gobierno estadounidense durante la ronda de negociaciones, Denis Ross.

Enderlin indicó que la ronda de Camp David no produjo prácticamente documentos oficiales, más allá de las notas tomadas por los negociadores. En ese sentido, las propuestas presentadas sólo constan en ”non papers” (textos no oficiales) o en la memoria de los participantes, dado su carácter oral.

Si Estados Unidos hubiera presentado en Camp David iniciativas formales que contemplaran las demandas palestinas sin poner al gobierno israelí en una posición incómoda ante la ciudadanía, la reunión podría haber dado origen a un acuerdo de paz definitivo, argumentó el periodista francés.

Clinton propuso un plan de paz con esas características el 23 de diciembre de 2000, luego de más de tres meses de inactividad y un mes antes de entregar la presidencia a su sucesor, George W. Bush. Barak, por otra parte, había renunciado al cargo de primer ministro el 9 de diciembre.

La iniciativa de Washington fue discutida en el centro turístico egipcio de Taba. ”El negociador palestino Saeb Erekat tiene razón cuando afirma que las negociaciones en Taba hubieran necesitado apenas seis o siete semanas más para dar frutos”, dijo Enderlin.

Pero los negociadores no tenían tanto tiempo. La renuncia de Barak, basada sobre un cálculo errado sobre su popularidad, causó la virtual suspensión del diálogo y adelantó las elecciones en Israel de mayo a febrero. La clara victoria de Sharon ”marcó el fin del proceso de paz”, dijo Enderlin.

El filme muestra a Erekat diciéndole en septiembre de 2000 a los negociadores israelíes que Sharon ”se burlará de todos, y todos sufrirán”, si el entonces líder opositor cumplía con una visita programada a la Explanada de las Mezquitas, en el barrio árabe de Jerusalén.

Sharon visitó la Explanada el 28 de septiembre, acompañado por 1.500 militares y policías israelíes. La segunda intifada (rebelión palestina contra la ocupación) comenzó el día siguiente.

El documental ilustra cómo el proceso de paz iniciado en 1993 por representantes israelíes y palestinos en Oslo se desaceleró luego de que el entonces primer ministro israelí Itzjak Rabin fue asesinado por un militante ultraderechista judío en Tel Aviv el 4 de noviembre de 1995.

La falta de mejoras en la calidad de vida de los palestinos en Cisjordania y Gaza, los reiterados ataques suicidas lanzados por organizaciones clandestinas en Israel y la falta de voluntad de sucesivos gobiernos israelíes para cumplir los acuerdos de Oslo redundaron en el fracaso del proceso de paz, según el documental.

”Con el deterioro de las condiciones de vida de los palestinos, las negociaciones se convirtieron en una especie de seminario político que no tenía nada que ver con la realidad en los territorios” árabes ocupados por Israel, sostuvo Enderlin.

Un elemento clave de la desilusión de los palestinos fueron las negociaciones emprendidas entre Israel y Siria desde fines de 1999 y comienzos de 2000 para la retirada israelí de las alturas del Golán, territorio sirio ocupado en 1967, según Enderlin.

Israel sufrió por la ocupación numerosos ataques organizados por el Partido de Dios (Hizbolá) desde Siria.

Las negociaciones fueron una señal equivocada a los palestinos, según Enderlin. ”Los palestinos pensaban entonces que, mientras negociaban y hacían concesiones, sufrían muertes y sólo lograban la postergación de la soberanía sobre su propio territorio”, sostuvo el periodosta.

”La señal que (las negociaciones entre Israel y Siria) envían a los palestinos es: 'Maten israelíes y obtendrán la tierra”, dijo el presidente del parlamento palestino Abou Alal, una opinión que, según Enderlin, comparte el ex jefe de la inteligencia militar israelí, general Ouri Saguy.

La exigencia palestina del retorno de los exiliados no fue un factor decisivo en el fracaso de las negociaciones, afirmó el periodista francés.

”No es cierto que Arafat hubiera exigido el retorno de tres millones de refugiados a Palestina. Si se hubiera presentado un proyecto de acuerdo sobre una patria palestina y sobre Jerusalén, Arafat hubiera efectuado grandes concesiones en materia de refugiados”, afirmó. (FIN/IPS/tra-eng/jg/ss/mj/ip/02

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