IRAQ: Plan de guerra de EEUU divide al Consejo de Seguridad

Estados Unidos, Francia y Rusia, países con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, mantuvieron este jueves posiciones divergentes sobre los pasos a seguir por el foro mundial si Iraq no cumple con sus compromisos de desarme.

Estados Unidos y Gran Bretaña, que también cuenta con poder de veto en su carácter de miembro permanente del Consejo de Seguridad, manifestaron su intención de pedir al órgano una suerte de autorización automática para atacar a Iraq si ese país no coopera con los inspectores internacionales de armas.

En cambio, Francia propuso la aprobación, primero, de una resolución que fortalezca las potestades de los inspectores de armas en Iraq y, en una segunda etapa emitir otra que autorice el uso de la fuerza en caso de que ese país no brinde cooperación plena con los funcionarios.

Rusia, otro país con poder de veto en el Consejo de Seguridad, indicó que, dada la aceptación de la reanudación de las inspecciones suspendidas en 1998, manifestada por el régimen de Saddam Hussein semanas atrás, ni siquiera era necesaria una resolución para despachar a los inspectores.

Estas posiciones quedaron explicitadas en la segunda jornada de sesiones abiertas del Consejo para debatir la cuestión, a la que asistieron 65 de los 191 países de la ONU (Organización de las Naciones Unidas). La convocatoria fue realizada por Sudáfrica en nombre del Movimiento de Países No Alineados (NOAL).

El embajador estadounidense ante la ONU, John Negroponte, sostuvo este jueves que el único modo de garantizar que Iraq cumpla con las resoluciones del foro mundial en materia de desarme era ”una resolución” del Consejo ”firme y sin ambigüedades”.

”Presentaremos ante el Consejo, en un futuro cercano, un proyecto de resolución con requisitos claros e inmediatos que Iraq deberá cumplir por su propia voluntad si decide cooperar”, dijo Negroponte ante el órgano.

El proyecto de Washington incluirá la autorización de un ataque militar contra Iraq si el gobierno de Saddam Hussein se niega a brindar su irrestricta cooperación con los inspectores.

Pero el embajador de Francia en la ONU, Jean-David Levitte, reiteró la posición de que el Consejo apruebe dos resoluciones, la primera fortaleciendo las potestades de los inspectores de armas dentro de Iraq, y, luego, una que autorice el uso de la fuerza si ese país se niega a cooperar con ellos.

”Cualquier tipo de 'automaticidad' en el uso de la fuerza nos dividirá profundamente”, advirtió Levitte ante el Consejo.

El diplomático francés admitió que Iraq pudo haber reanudado sus programas de desarrollo de armas de destrucción masiva tras la partida de los inspectores del país en 1998, pero manifestó su desacuerdo con la afirmación estadounidense de que Bagdad tiene capacidad de producir armas nucleares.

El presidente de Francia, Jacques Chirac, también desacreditó el fin de semana la convicción de Estados Unidos de que el régimen de Saddam Hussein tiene vínculos con la organización islámica Al Qaeda. ”Hasta donde sé, no se hallaron pruebas” al respecto, ”o al menos” no se las divulgó oficialmente, sostuvo.

Chirac también dijo que aun si integrantes de Al Qaeda hubieran hallado refugio en Iraq luego de la guerra de Estados Unidos contra Afganistán a fines del año pasado, ”no se deberían mezclar los dos asuntos”.

”El primer objetivo de acción para la comunidad internacional es Iraq, y eso significa desarme”, indicó.

Levitte sostuvo que la postura francesa era compartida por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y que constituía ”la posibilidad de cohesión” entre los países del foro mundial.

”El Consejo de Seguridad permanecerá, sin dudas, unido para asumir todas sus responsabilidades en una segunda etapa, si envía a Iraq un mensaje de firmeza en una resolución inicial y en caso de que ese país viole sus compromisos”, indicó el diplomático.

Levitte sugirió que asignar a un estado el derecho de actuar automáticamente contra Iraq marginaría al Consejo de Seguridad del resto de la comunidad internacional.

”Dada la gravedad de la situación, en que está en juego nada menos que la paz y la guerra, es esencial para el Consejo de Seguridad seguir a cargo del proceso en todos los pasos que se den”, afirmó.

Para el embajador de Rusia, Sergey Lavrov, ”el centro de la cuestión” no es el debate sobre una o dos resoluciones.

Si Iraq está genuinamente interesado en el desarme lo correcto es que los inspectores de armas viajen a Bagdad ”si es posible mañana” y que Iraq coopere ”total y escrupulosamente”, sostuvo Lavrov.

El diplomático subrayó que los inspectores de la ONU destruyeron más armas iraquíes durante sus misiones entre 1991 y 1998, que las perdidas en la guerra del Golfo, que enfrentó al régimen de Saddam Hussein con una coalición conducida por Estados Unidos a comienzos de 1991.

Por otra parte, el Consejo de Seguridad no debería participar en una ”sustitución del régimen” iraquí, ”tal como han sugerido algunos funcionarios”, advirtió Lavrov, en alusión a declaraciones previas de Washington y Londres.

Bush propugna el derrocamiento del presidente Saddam Hussein, pero también advirtió que llevará a cabo sus planes de guerra aun sin la autorización del Consejo de Seguridad.

Para justificar una guerra contra Iraq, Washington asegura que ese país posee armas de destrucción masiva, respalda a organizaciones terroristas y ha violado 16 resoluciones del Consejo de Seguridad.

La intervención en el Consejo del embajador de Gran Bretaña en la ONU, Jeremy Greenstock, constituyó el principal apoyo a Estados Unidos.

Gran Bretaña está ”profundamente perturbado por las evidencias de que Iraq cree que puede esconder sus armas en lugar de declararlas, y de que puede engañar nuevamente a los inspectores y jugar con ellos”, sostuvo Greenstock.

De acuerdo al análisis británico, respaldado por ”informes confiables de inteligencia”, Iraq aún cuenta con arsenales biológicos y químicos.

Bagdad ha mantenido la producción de armas y tiene planes militares para desplegarlas, agregó Greenstock.

En los últimos años, el país intentó adquirir diversos componentes esenciales para la fabricación de una bomba nuclear, sostuvo el diplomático británico.

Greenstock también señaló como hechos la retención de misiles de largo alcance y el empleo de cientos de personas en proyectos para desarrollar proyectiles con un alcance de 1.000 kilómetros, que podrían transportar explosivos convencionales o no convencionales.

”Sería abdicar de la responsabilidad ignorar este desafío a la comunidad internacional. No podemos esconder nuestras cabezas en la arena y pretender que el problema no existe. No podemos aceptar literalmente la palabra del gobierno iraquí, sabiendo lo que sabemos”, agregó.

El NOAL, que reúne 114 naciones del mundo en desarrollo y constituye el principal bloque de la ONU, rechazó ante el Consejo de Seguridad los planes de guerra de Estados Unidos para derrocar a Saddam Hussein.

Iraq integra el NOAL, al igual que seis de los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, que carecen de poder de veto (Camerún, Colombia, Guinea, Mauricio, Singapur y Siria). Los restantes cuatro son Bulgaria, Irlanda, México y Noruega.

Ninguno de los cinco miembros permanentes del Consejo (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) pertenecen al NOAL. (FIN/IPS/tra-eng/td/dcl-mj/ip/02

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