Estados Unidos dio este miércoles un gran paso hacia la guerra con Iraq, con el acuerdo alcanzado por el presidente George W. Bush con legisladores del opositor Partido Demócrata sobre el proyecto de ley que permitirá al gobierno usar la fuerza contra ese país.
La iniciativa, presentada en la Cámara de Representantes y en el Senado este miércoles de tarde, cuenta al menos con dos tercios de los legisladores de cada uno de esos órganos, según fuentes del Congreso legislativo.
El nuevo proyecto tiene escasas diferencias respecto del presentado por Bush hace dos semanas.
El texto acordado permite a Bush apelar a la fuerza militar sin esperar la autorización del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), si el presidente lo considera necesario y apropiado para defender la seguridad nacional de Estados Unidos contra al continua amenaza de Iraq.
También establece como motivo de una eventual guerra asegurar el cumplimiento de todas las resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad sobre Iraq, que obligan a ese país a desembarazarse de todas sus armas de destrucción masiva.
La resolución no ata de manos al presidente. Le da la flexibilidad que necesita para hacer la tarea, declaró el presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert, quien pertenece, al igual que Bush, al Partido Republicano.
Hastert asistió a la ceremonia en que Bush y los líderes del Congreso firmaron el acuerdo, en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca.
La iniciativa respalda las gestiones del presidente para trabajar con la ONU, pero no lo obliga a buscar la aprobación de la ONU antes de lanzar un eventual ataque dirigido a derrocar al presidente iraquí Saddam Hussein, dijo Hastert.
No asistieron a la ceremonia de este miércoles el líder del Partido Demócrata en el Senado, Tom Daschle, y el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la cámara alta, Joseph Biden.
Al igual que otros demócratas y algunos republicanos moderados, Biden expresó en las últimas semanas sus reservas a la posibilidad de conceder a Bush la potestad de proceder unilateralmente.
Biden y el senador republicano Richard Lugar divulgaron el lunes su propio proyecto de resolución, que habría obligado a aguardar una autorización del uso de la fuerza del Consejo de Seguridad o, de lo contrario, demostrar que la amenaza de las armas de destrucción masiva iraquíes es tan grave que lo haría necesario.
Ambos senadores se aprestaban a presentar su proyecto este miércoles en la reunión del Comité, pero ahora lo harán, con seguridad, ante el propio plenario de la cámara alta.
Las gestiones de Bush ganaron impulso gracias a las diferencias de criterios entre los demócratas, admitió Biden, quien se mostró irritado por la decisión del líder del Partido en la Cámara de Representantes, Dick Gephardt, de sellar un acuerdo con Bush sin procurar antes un consenso interno.
Gephardt fue el encargado este miércoles de presentar el acuerdo en la Casa Blanca en nombre de los demócratas, junto con el candidato a la vicepresidencia de 2000, el senador Joseph Lieberman.
El nuevo proyecto refleja el punto de vista de un gran segmento bipartidista en el Congreso legislativo, dijo Gephardt.
La decisión de Gephardt anuló el efecto de una serie de manifiestos a favor de restar fuerza a los vientos de guerra, pronunciados por dirigentes demócratas y republicanos, e incluso por militares retirados.
El principal de esos discursos fue pronunciado por el ex vicepresidente Al Gore la semana pasada.
El demócrata que derrotó a Bush en las elecciones de 2000 por el voto popular pero perdió en la Suprema Corte de Jusicia acusó al presidente de ignorar a los aliados de Estados Unidos y por no asegurarse antes de atacar Iraq de estabilizar Afganistán y de derrotar a la red islámica Al Qaeda.
Luego, el senador Edward Kennedy reclamó un mayor esfuerzo diplomático antes de lanzar una ofensiva militar contra el régimen de Saddam Hussein.
Al mismo tiempo, la ex secretaria de Estado (canciller) Madeleine Albright pidió un enfoque multilateral del asunto, y acusó a los funcionarios del gobierno de Bush que presionan con mayor ahínco a favor de la guerra de exhuberancia irracional.
Dos diputados demócratas, David Bonior y James McDermott, viajaron a Bagdad la semana pasada y urgieron a Washington a esperar el resultado de las inspecciones de armas en Iraq antes de una acción militar.
El debate de la iniciativa del gobierno comenzará la semana próxima, y será aprobada antes en la Cámara de Representantes que en el Senado, debido a las diferencias de los reglamentos.
El nuevo proyecto autoriza a Bush a usar la fuerza contra Iraq pero le exige al presidente informar al Congreso Legislativo cada dos meses sobre sus esfuerzos para desarmar a ese país, y reitera que el objetivo es un cambio de régimen en Bagdad. (FIN/IPS/tra- eng/jl/mj/ip/02