ECONOMIA-BRASIL: Medidas recesivas para defender la moneda

El Banco Central de Brasil aumentó este lunes de 18 a 21 por ciento la tasa básica de interés, como medida adicional para contener la acentuada depreciación de la moneda nacional, el real.

El aumento de la inflación, con perspectivas de agravamiento, fue la justificación de la autoridad monetaria para tomar la decisión, que aleja las posibilidades de alcanzar un crecimiento entre dos y tres por ciento en 2003, después del estancamiento de este año.

Pero la gran batalla es contra los especuladores que atacan la moneda brasileña en busca de abultadas ganancias con títulos de la deuda pública, corregidos por la cotización del dólar.

La moneda brasileña ya perdió 39,9 por ciento de su valor ante el dólar en lo que va de este año.

El jueves próximo vencen títulos por 3.600 millones de dólares, que tendrán que ser rescatados o refinanciados por el cambio de la víspera. Por esa causa, el forcejeo con los inversionistas es por fijar el tipo de cambio del miércoles.

Casi 40 por ciento de la deuda pública interna es fijada en dólares, por lo cual aumenta con la devaluación del real, a la par de los temores de colapso financiero de Brasil, ya amenazado por la fuga del capital al exterior.

El Banco Central ya había dejado su pasividad ante la especulación desatada el viernes, restringiendo las aplicaciones cambiarias de los bancos a 30 por ciento de sus patrimonios netos, la mitad del límite anterior.

Además prohibió el uso de recursos de terceros en las inversiones en dólares, oro y títulos fijados en moneda extranjera, y aumentó en cinco puntos porcentuales el encaje sobre depósitos a la vista y a plazo.

El anuncio de esas medidas tuvo su efecto y la cotización del dólar retrocedió a 3,82 reales por unidad al cierre de las operaciones cambiarias del viernes, después de haber alcanzado cuatro reales ese día por la mañana.

Sin embargo, nuevas presiones devaluadoras llevaron este lunes al presidente del Banco Central, Arminio Fraga, a convocar una reunión extraordinaria del Comité de Política Monetaria, encargada de definir la tasa de interés y cuya reunión ordinaria mensual estaba fijada para el 22 y el 23 de este mes.

La medida del Banco Central de aumentar la tasa básica de interés no impidió, sin embargo, que el día terminara con el dólar cotizado a 3,86 reales por unidad.

La devaluación del real encarece productos importados que tienen fuerte impacto en los gastos de la población.

Cerca de 70 por ciento del trigo que se consume en Brasil es importado, casi en su totalidad de Argentina, y el aumento de precios del grano encarece el pan, los fideos y otros alimentos.

Además, afecta los precios del transporte por el aumento del valor de los combustibles, ya que éste se define en dólares pese a que sólo 20 por ciento del petróleo es importado.

La inflación oficial de septiembre alcanzó 0,72 por ciento y la acumulada en los últimos 12 meses fue de 7,93 por ciento, un porcentaje superior a la meta acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), de 5,5 por ciento este año.

La inflación será ”más elevada en los próximos meses”, según proyecciones del Instituto de Investigación Económica Aplicada, un organismo del Ministerio de Planificación.

El alza de precios, que en julio y agosto afectaba algunos productos, se extendió en septiembre a muchos otras áreas, observaron los técnicos del Instituto en su boletín coyuntural divulgado este lunes.

La batalla en defensa de la moneda y de la solvencia de Brasil se confunde con la campaña electoral con vista a la segunda vuelta presidencial del 27 de este mes, produciendo sospechas de su aprovechamiento político.

El candidato oficialista, el socialdemócrata José Serra, junto con ministros y economistas conservadores, acusaron al postulante de la oposición, Luiz Inácio Lula da Silva, de provocar la inestabilidad cambiaria con sus indefiniciones sobre su política económica y las medidas que adoptará para superar la crisis.

Fraga también manifestó una opinión similar el miércoles de la semana pasada, en lo que se consideró un desliz para un presidente del Banco Central que, al mismo tiempo, afirmó tener limitadas condiciones para actuar contra la crisis.

El Banco Central impuso dos días después las duras medidas contra los bancos.

La respuesta de Lula y sus partidarios es reafirmar el compromiso de cumplir todos los contratos, incluso el acuerdo con el FMI, destacando que la crisis actual es producto del gobierno representado por Serra y agravado justamente por el intento de usarla como arma de ”terrorismo electoral” contra la oposición.

En los comicios del día 27 competirán por la presidencia de Brasil Lula y Serra, los dos candidatos más votados en la primera vuelta del día 6, y también se definirán los cargos para 14 de las 27 gobernaciones estaduales. (FIN/IPS/mo/dm/if/02

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