Las ventas de equipamiento militar de Yugoslavia a Iraq continuaron aun después de finalizado el régimen de Slobodan Milosevic (1990-2000), según informes de la misión de paz de la ONU en Bosnia-Herzegovina.
La provisión de armas al gobierno de Saddam Hussein a través de la compañía estatal yugoslava de comercialización de equipo militar Jugoimport-SDPR se conoció a fines de este mes, pocos días después de que se renovaran las sospechas sobre el desarrollo de armas químicas en la antigua Yugoslavia.
El jefe de la empresa, Jovan Cekovic, y el viceministro de Defensa, general Ivan Djokic, a cargo del comercio de armas de Yugoslavia, fueron destituidos inmediatamente después de divulgarse la información.
Por su parte, el gobierno de Bosnia-Herzegovina, republica separada de la Federación Yugoslava en 1995 luego de una larga guerra de secesión, destituyó a altos funcionarios de la fábrica estatal de armas Orao (Aguila), de donde procedían los equipos militares dirigidos a Iraq.
Orao pertenece al Ministerio de Defensa de Republika Srpska, entidad serbia federada en Bosnia-Herzegovina que tiene sus propias fuerzas armadas y que contó con el apoyo de Belgrado durante la guerra de secesión.
Las destituciones en Yugoslavia son sólo el comienzo de las acciones en esta área, pues el gobierno (de Kostunica) no puede darse el lujo de arruinar todo lo que hizo en los últimos dos años, dijo el funcionario gubernamental Nebojsa Covic a la prensa en Belgrado.
Los remanentes del viejo régimen intentan torpedear una conducta que difiere profundamente de lo hecho antes, agregó Covic.
El gobierno de Milosevic selló un acuerdo secreto con Iraq para sortear el estricto embargo comercial, de petróleo y de armas que impuso la ONU (Organización de las Naciones Unidas) a la antigua Yugoslavia.
El régimen de Saddam Hussein es objeto desde 1990 de un embargo de armas y se le permite vender petróleo bajo un férreo control internacional, pues sólo puede utilizar el dinero obtenido para adquirir alimentos y medicinas.
El acuerdo salió a la luz luego de una inspección de la misión de paz de la ONU en Bosnia-Herzegovina, en la fábrica militar de Orao en la localidad de Bijeljina, ubicada en Republika Srpska, área bosnia de mayoría serbia.
El informe de la misión, entregado a las autoridades de Bosnia- Herzegovina y a las de Yugoslavia —cuya federación solo integran hoy las repúblicas Serbia y Montenegro—, contiene detalles sobre la continua cooperación entre la fábrica de Orao con Iraq a través de Jugoimport-SDPR.
La misión de paz de la ONU incluyó en su informe contratos firmados en la sede de Jugoimport-SDPR, según los cuales Bagdad adquiriría piezas de aviones de combate de fabricación rusa fabricadas en Orao y sistemas antiaéreos. Jugoimport-SDPR tendría hasta hoy, incluso, una oficina en la capital iraquí.
Los documentos contenían instrucciones para que los militares iraquíes ocultaran esos equipos para sortear inspecciones de la ONU y recomendaban la destrucción de todos los manuales y catálogos escritos en serbio.
Asimismo, según los contratos entregados a las autoridades por la misión en Bosnia-Herzegovina, Orao se ofreció a desmantelar equipos para sortear inspecciones de armas de la ONU en Iraq y a volver a ensamblarlos 10 días después de esas pesquisas.
Analistas militares afirmaron que los acuerdos entre los regímenes de Saddam Hussein y Milosevic fueron canalizados a través de las muchas empresas privadas del sector del armamento que abundan en los Balcanes desde los años 90 para esquivar las sanciones de la ONU.
No van a renunciar a millones de dólares sólo porque el gobierno en Belgrado cambió hace dos años. La conexión entre los traficantes de armas figura entre las más fuertes y las más clandestinas, explicó el analista militar yugoslavo Aleksandar Radic.
La cooperación en materia armamentista entre Yugoslavia e Iraq era intensa aun en los años 70 y 80, cuando el país árabe no estaba sometido a embargo e incluso tenía acuerdos militares con la disuelta Unión Soviética y con Estados Unidos.
De todos modos, el escándalo pone en peligro la reinserción de Yugoslavia en la comunidad internacional, luego de una década de aislamiento bajo el régimen de Milosevic.
Este país está a un paso de ser admitido en el Consejo de Europa y en la Alianza para la Paz de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Pero los remanentes del viejo régimen nunca querrán que eso suceda, dijo a IPS el experto en asuntos militares Miroslav Lazanski, del diario Vecrnje Novosti.
En un esfuerzo por estrechar sus vínculos, el gobierno de Yugoslavia entregó hace poco al de Estados Unidos archivos confidenciales en los que se detalla la cooperación militar entre Belgrado y Bagdad en los años 70 y 80, informaron fuentes militares a IPS.
Luego de los atentados del 11 de septiembre contra Washington y Nueva York, el presidente Kostunica negó en reiteradas ocasiones cualquier relación con países considerados enemigos de Occidente.
Los documentos detectados por la misión de paz de la ONU en Bosnia-Herzegovina contienen detalles sobre el sistema de defensa antiaérea de Iraq y sobre el sistema de comunicaciones entre el comando central y las unidades operativas de las Fuerzas Armadas de ese país, informaron las fuentes.
Además, figuran en los contratos proyectos de bunkers y de instalaciones militares subterráneas en Iraq, que habrían sido construidas por empresas yugoslavas.
Belgrado también habría vendido a Bagdad tecnología necesaria para la fabricación de municiones.
Aviones y armas iraquíes fueron modernizados y reparados en bases militares yugoslavas hasta los años 90. (FIN/IPS/tra- eng/ss/raj/mj/ip/02