DESARME-COREA DEL NORTE: Programa nuclear pone a EEUU en aprietos

El programa de armas nucleares de Corea del Norte cuya existencia admitió el gobierno pone en aprietos a Estados Unidos, hasta ahora concentrado en sus planes de guerra contra Iraq.

Sin embargo, expertos en asuntos coreanos consideran que el anuncio no tiene el objetivo de alentar un enfrentamiento sino el de usar el programa armamentista como elemento de canje para negociar la normalización de vínculos, la entrega de asistencia y el acceso a créditos de organismos internacionales.

Washington reveló el miércoles la existencia del programa, de la que dieron cuenta a comienzos de mes funcionarios norcoreanos ante el subsecretario de Estado (vicecanciller) estadounidense James Kelly, en la primera ronda de diálogo bilateral formal desde 2000, realizada en Pyonyang.

La situación crea nuevos roces entre el secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, Colin Powell, quien procura un diálogo con Corea del Norte, y el ala dura del gobierno de George W. Bush, con el vicepresidente Dick Cheney y el secretario (ministro) de Defensa, Donald Rumsfeld, a la cabeza.

La novedad también pone en una situación delicada la relación de Estados Unidos con sus principales aliados en Asia oriental, Corea del Norte y Japón, cuyos gobiernos parecen decididos, por ahora, a mejorar su vínculo con Corea del Norte.

Además, el hecho se suma a una larga lista de crisis con potencial militar explosivo, que incluye los planes de guerra entre Estados Unidos e Iraq, la estabilización de Afganistán y el combate contra los remanentes aún letales del movimiento islámico Al Qaeda, activos desde Filipinas hasta Yemen.

”Realmente no necesitábamos esto ahora”, dijo un funcionario del gobierno este jueves. Este nuevo elemento de conflicto sobrepasa la capacidad que tiene Washington para manejar crisis, dijo otro, que solicitó reserva de su identidad, al diario The New York Times.

Pyongyang admitió haber violado el acuerdo alcanzado en 1994 con el gobierno del entonces presidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001) para congelar el programa norcoreano de armas nucleares a cargo de asistencia.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense calculó que Corea del Norte había producido antes de la firma del acuerdo suficiente plutonio como para construir una o dos bombas nucleares.

Allegados a Cheney y a Rumsfeld exigían hace tiempo la denuncia del convenio de 1994, porque Corea del Norte no lo respetaba. Algunos, incluso, sugerían el lanzamiento de un ataque preventivo contra las instalaciones donde supuestamente se desarrollaba el programa de armas nucleares.

Pero constatar que sus advertencias eran certeras no sirve de consuelo al ala más dura del gobierno de Bush, que carece de una opción militar seria contra Corea del Norte, en especial cuando se encuentran ante una guerra segura en el Golfo.

”Se puede invadir Iraq, pero no Corea del Norte. Derrotarla insumiría al menos seis meses, a un costo enorme, incluido el arrasamiento de Seúl”, la capital de Corea del Sur, separada de su vecina desde la guerra finalizada en 1953, sostuvo el experto en Corea de la Universidad de Chicago Bruce Cumings.

El momento en que Pyongyang decidió revelar su programa de armas nucleares es significativo, según Cumings. ”Saben que sería muy difícil para Bush lanzar una guerra antes de las elecciones” legislativas de noviembre, explicó.

La mayoría de los expertos en asuntos coreanos creen que Corea del Norte aspira, con su franqueza, lograr un acercamiento con Estados Unidos similar al que obtuvo en los últimos meses con Corea del Sur y con Japón.

El mes pasado, el presidente norcoreano Kim Jong Il admitió ante el primer ministro japonés Junichiro Koizumi, de visita en Pyongyang, que agentes de Corea del Norte habían secuestrado ciudadanos japoneses en los años 70. Las declaraciones sobre el programa de armas nucleares tienen similitudes con esa admisión.

”Es, por cierto, un modo de capturar la atención y de obligarnos a tomarlos en serio. No creo que Corea del Norte quiera un enfrentamiento sino obtener de Estados Unidos la satisfacción de algunas necesidades, en particular en materia de seguridad”, dijo el ex analista del Departamento de Estado Alan Romberg.

La visita de un alto funcionario militar norcoreano a fines de 2000 concluyó con un comunicado conjunto en que ambas partes se comprometían a no desarrollar políticas hostiles, e incluso la entonces secretaria de Estado, Madeleine Albright, realizó una visita sin precedentes a Pyongyang meses después.

En cambio, Bush aprovechó una visita en marzo de 2001 del presidente surcoreano Kim Dae Jung para calificar a Kim Jong Il de indigno de confianza, lo cual supuso una humillación para el visitante.

También redundó en conflicto la inclusión de Corea del Norte en el ”eje del mal” identificado por Bush en enero, en un discurso ante el Congreso legislativo.

El subsecretario de Estado estadounidense para el Control de Armas y la Seguridad Internacional, John Bolton, llegó a afirmar en Seúl que Washington estaba ”listo para defenderse de un régimen perverso que está armado hasta los dientes”, en referencia a Pyongyang.

Mientras, Cumings sostuvo que, ”presumiblemente, Corea del Norte quiere canjear su programa nuclear por cosas que ha querido obtener de Estados Unidos durante un decenio”, como la plena normalización del vínculo, asistencia y acceso a instituciones financieras internacionales.

”Corea del Norte decidió, obviamente, que la mejor táctica para negociar era decir, 'bueno, hemos tratado por algún tiempo de hablar con ustedes sobre estas cosas, tenemos algunos pedidos para hacerles y tal vez ahora podamos discutir'”, coincidió Romberg.

Al mismo tiempo, el portavoz del Departamento de Estado (cancillería) Richar Boucher dijo que el gobierno había archivado los planes de dar incentivos a Corea del Norte para que abandone las conductas cuestionadas.

Mientras, el embajador estadounidense en Japón, Howard Baker, advirtió a Tokio que deberá actuar con cautela en todos los pasos que dé hacia la distensión con Pyongyang.

Pero ”Japón continuarᔠcon su política, ”y también Corea del Sur, por lo que habrá un serio problema para el manejo de la alianza si Estados Unidos sigue diciendo que nada avanzará”, indicó Romberg. (FIN/IPS/tra-eng/jl/mj/ip/02

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe