ARGENTINA: Plan de prevención reduce sida perinatal

Un programa de prevención con embarazadas implementado en nueve hospitales estatales de Argentina redujo casi 90 por ciento el contagio perinatal de VIH, del que este país presenta el porcentaje más alto de América Latina.

Esta vía de transmisión de madre a hijo es responsable en Argentina de siete por ciento del contagio de VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida).

Las posibilidades de sobrevivencia de las personas nacidas con VIH son escasas más allá de la adolescencia, aunque sigan de modo estricto el correspondiente tratamiento contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

El Programa Ayuda Maltesa Argentina para la Prevención del Sida Perinatal, con apoyo de la Asociación de Caballeros de la Soberana Orden de Malta, se puso en marcha en cuatro hospitales públicos de Buenos Aires y en cinco ubicados en la zona metropolitana, con un responsable en cada centro.

La médica María Sarubbi, integrante del cuerpo de responsables del proyecto, explicó a IPS que la realización de controles adecuados durante el embarazo demostró que se puede bajar de 25 por ciento a 2,7 por ciento los casos de contagio de niños nacidos de madres infectadas.

Estadísticas del Programa Nacional de Sida indican que 96 por ciento de los menores de 13 años infectados recibieron el virus de su madre y otro dos por ciento fue a través de una transfusión sanguínea.

Los médicos recomendaban en el pasado a las mujeres portadoras de VIH evitar el embarazo, pero tras la irrupción de los eficaces cócteles de drogas antisida éstas recuperaron el derecho a tener hijos, aun conociendo su enfermedad.

El llamado contagio vertical, de madre portadora a hijo, en los países industrializados apenas ronda entre uno y tres por ciento de los nacimientos, mientras que en el mundo en desarrollo el promedio alcanza a 25 por ciento, pero en algunas zonas pobres se llega hasta 40 por ciento.

Sarubbi detalló que en el Programa primero se investiga si entre las embarazadas que concurren al hospital para su atención hay alguna portadora de VIH.

”En los casos en que el análisis da resultado negativo se hace un trabajo de prevención de la enfermedad, mientras que aquellas que son portadoras se las ingresa en el programa para que reciban el tratamiento”, apuntó.

Las mujeres que fueron incorporadas al plan hasta ahora suman 144, 50 por ciento de las cuales no sabían hasta que se les realizó el análisis correspondiente que eran portadoras del VIH, indicó la especialista.

El Programa Nacional de Sida provee reactivos para diagnóstico y drogas retrovirales contra la enfermedad, además de leche en polvo sustituta de la materna para garantizar la alimentación de bebés nacidos de madres infectadas de VIH, pues el amamantamiento es uno de las principales formas de contagio perinatal.

Sin embargo, los resultados de las pruebas y la provisión de los medicamentos y de la leche no siempre llegan en los plazos limitados de un embarazo.

Acelerar y asegurar esa asistencia y aportes esenciales de prevención es la clave para el éxito del Programa Ayuda Maltesa Argentina para la Prevención del Sida Perinatal, puntualizó Sarubbi.

”La subvención que recibimos de la Asociación de Caballeros de la Soberana Orden de Malta permitió hacer más rápido las determinaciones e, incluso, ayudó a detectar con tiempo en cuáles casos las mujeres podían tener un parto natural, porque llegaban a término con poca carga viral en sangre”, explicó la experta.

La cantidad de cesáreas se redujo 17 por ciento en las embarazadas que participaron del programa, añadió.

Sarubbi y su colega Liliana Vázquez, también coordinadora del programa, pertenecen a la Fundación de Estudios Infectológicos de Argentina, que también intervino en la realización del plan, junto con la asociación estadounidense Fighting Infectious Diseases in Emerging Countries.

Para Sarubbi, cuanto más rápido la embarazada llegue al control de salud es mejor para la prevención, pero el plazo clave es el de los siete meses de embarazo. Más allá de ese límite, las posibilidades de evitar el contagio decaen, comentó.

Asimismo, son muchos los casos de mujeres que habían abandonado el tratamiento y luego lo retomaron hasta que dieron a luz.

La especialista precisó que la mayoría de las mujeres portadoras de VIH son pobres, con dificultades de acceso a la salud y, en muchos casos, con embarazos no deseados. También ocurre que algunas de esas mujeres no saben que están enfermas de sida o que ya tienen hijos infectados.

”Alrededor de 20 por ciento de las embarazadas que asisten al hospital para tener a sus hijos no se han hecho ningún control previo”, agregó la médica. (FIN/IPS/mv/dm/he/02

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