Productores agropecuarios y legisladores de Argentina se unieron para frenar la venta de tierra productiva a extranjeros, favorecida por la brusca caída de su valor medido en dólares a causa de la fuerte devaluación de la moneda nacional.
Si usted tenía 500.000 dólares en diciembre compraba 1.500 hectáreas, pero ahora con ese dinero adquiere 2.500 hectáreas y en un momento que, además, los precios de las exportaciones agropecuarias son mucho más altos por la misma devaluación, dijo a IPS el director de la Federación Agraria Argentina, Miguel Quarleri.
El negocio brotó inmediatamente después de que el gobierno de Eduardo Duhalde derogara la ley de convertibilidad, que por más de 10 años mantuvo la paridad cambiaria de un peso argentino igual a un dólar.
Este cambio en las condiciones de los negocios rurales motivó a la Federación Agraria, que reúne a miles de pequeños y medianos empresarios del sector, a presentar un proyecto de ley que crea un registro único de productores rurales en cada provincia y establece restricciones a la venta de tierras a extranjeros.
La iniciativa fue inmediatamente respaldada por el grupo de legisladores del centroizquierdista partido Argentinos para una República de Iguales (ARI), liderado por la diputada Elisa Carrió.
La legisladora, que se postula a la presidencia en las elecciones previstas para marzo, aseguró que si llega al gobierno limitará este tipo de operaciones.
A la par de la devaluación, que llevó hoy a una cotización del dólar en torno a 3,70 pesos por unidad, surgieron numerosos sitios en Internet, muchos de ellos en inglés, de oferta de negocios de establecimientos agropecuarios y de tierras de alta productividad.
Algunas de esas páginas llegan a ofrecer unas 30 millones de hectáreas al mejor postor en la llamada Pampa húmeda, una vasta zona del centro y oriente de Argentina considerada de las más ricas del mundo por la calidad del suelo y de su clima, sin que falten además campos más pequeños y en otras zonas del país.
El sitio Argenfarms pregunta: ¿pensó en comprar campos en Argentina? para explicar a continuación que, a raíz de la crisis económica, una innumerable cantidad de campos quedaron a precios más que competitivos.
Aproveche esta oportunidad para adquirir a precios increíbles campos, fincas, hectáreas o estancias (grandes establecimientos rurales) en Argentina, agrega el texto de la oferta publicada en ese sitio de la red mundial de computadoras.
Las inmobiliarias rurales dedicadas a la venta a extranjeros, conocedoras del tesoro que ofrecen, explican que se pueden comprar campos en la pampa húmeda, la región más productiva del país, apta para cualquier tipo de producción, excelentes comunicaciones y caminos, y cerca del puerto de Buenos Aires.
Pero además ofrecen propiedades de más de 100.000 hectáreas en la región de lagos y montañas australes, en la Mesopotamia, que abarca las provincias orientales y nororientales lindantes con Brasil, Paraguay y Uruguay, en la occidental zona de Cuyo, propicia para la producción de vinos, y el noroeste, un área muy explotada para el turismo.
Algunas de las empresas inmobiliarias admiten los negocios con extranjeros, otras aseguran que sólo se trata de un incremento de las consultas, que señalan que no siempre se culmina en venta porque la inestabilidad económica y política del país hace dudar a los inversores.
No es cierto que haya operaciones a raudales, pero sí es verdad que los valores bajaron 30 por ciento y que hay consultas de británicos, franceses y estadounidenses por campos de miles de hectáreas, reconoció Claudio Mazás, de la inmobiliaria Emir Carrillo.
Del total de consultas recibidas, 40 por ciento son de extranjeros, remarcó.
Ante esa situación, la diputada Carrió precisó que en ningún país existe total libertad para la compra de tierras por parte de inversores extranjeros, muchos de ellos sin siquiera una representación jurídica en Argentina.
Carrió consideró, asimismo, que la oferta puede atraer al país a una gran cantidad de capitalistas interesados en legalizar dinero proveniente de actividades ilícitas.
Por su parte, Quarleri, de la Federación Agraria, indicó que las condiciones de venta no responden a una decisión libremente adoptada por los productores, pues una enorme mayoría de ellos —y no sólo pequeños y medianos— están endeudados, con hipotecas en favor de bancos y dificultades para cancelar sus compromisos.
Calculamos que, sobre 84 millones de hectáreas productivas, casi 30 por ciento tienen hipotecas difíciles de levantar, explicó el dirigente agrario.
Advirtió, además, que, aun cuando la depreciación del peso se detuvo en las últimas semanas y los precios que se obtienen por la cosecha mejoraron, las tasas de interés de los productores endeudados aumentaron mucho más.
Las exportaciones agropecuarias representan más de la mitad de las ventas externas argentinas, un hecho que tiene enorme relevancia para la economía del país desde que se liberó el tipo de cambio en enero.
Asimismo, los precios de los productos agrícolas comenzaron a crecer en los últimos meses, sobre todo los de la soja, el maíz y el trigo, los principales productos de exportación argentinos, facilitando aún más la recuperación del sector.
Pero después de 12 años de crisis, en las que muchos remataron sus campos, aún falta mucho para que el sector vuelva a la bonanza del pasado.
En tanto, la Sociedad Rural Argentina, que agrupa a propietarios de grandes establecimientos rurales, considera que, filosóficamente, no podría oponerse a la venta de tierras a extranjeros.
Sin embargo, la Sociedad Rural reconoce que se están creando situaciones en las cuales no parece difícil que un inversor pueda adquirir una provincia entera.
Para los grandes terratenientes, lo que debe cambiar no es la ley, sino el país.
En cambio, los productores pequeños y medianos proponen restringir las ventas a extranjeros mediante una norma que evite una futura emancipación territorial de un distrito del país, que incluso termine identificándose con otra bandera.
Productores de la localidad de Rafaela, en la oriental provincia de Santa Fe, señalaron en una columna del diario La Razón que Texas pertenecía a México hasta el siglo XIX, y luego de una avanzada de propietarios de tierras estadounidenses terminó anexándose a Estados Unidos. (FIN/IPS/mv/dm/if/02