AMBIENTE: Protocolo de Kyoto, casi listo para entrar en vigor

El Protocolo de Kyoto sobre cambio climático puede entrar en vigor a comienzos del año próximo, aunque Estados Unidos se negó a ratificarlo y retiró su firma de ese tratado, indicaron altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de Alemania.

Ese pronóstico fue formulado en declaraciones previas a la octava conferencia de partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que comenzará el próximo miércoles en Nueva Delhi y terminará el 1 de noviembre.

El acuerdo firmado en la sudoccidental ciudad japonesa de Kyoto en diciembre de 1997 fue fruto de una larga negociación a partir de la Convención Marco, aprobada en 1992, y establece metas de reducción de la emisión en países industrializados de gases que causan efecto invernadero, al retener calor en la atmósfera.

El objetivo fijado es que esos países logren en el periodo 2008- 2012 una reducción de sus emisiones de gases invernadero que las haga 5,2 por ciento menores que las registradas en 1990.

Los 185 Estados partes de la Convención Marco ”prevén que el Protocolo de Kyto entrará en vigencia a comienzos de 2003” y se reunirán con la intención de ”ampliar el repertorio de acciones que pueden realizar los gobiernos y la sociedad civil para afronter el cambio climático”, declaró el miércoles el secretariado de la Conferencia de Partes, con sede en Bonn.

”Cuando el protocolo entre en vigor, los países industrializados tendrán menos de 10 años para alcanzar los objetivos fijados en Kyoto sobre su emisión de gases invernadero”, indicó ese organismo, mediante una cita del secretario ejecutivo de la Conferencia de Partes, Joke Waller-Hunter.

”En la actualidad, la gran pregunta es que acciones pueden adoptar para reducir sus emisiones esos gobiernos, incluyendo a los que eligieron estar fuera del Protocolo”, señaló Waller- Hunter.

El presidente estadounidense George W. Bush anunció en marzo que no ratificaría el protocolo por entender que tiene ”defectos insalvables”, y que su entrada en vigencia afectaría los intereses de la economía estadounidense.

En 1990, Estados Unidos era el mayor responsable de las emisiones de gases invernadero, con 36,1 por ciento del total correspondiente a países industrializados, mientras la Unión Europea era responsable de 24 por ciento de ese total, Rusia de 17,4 por ciento, y Japón de 8,5 por ciento.

El Protocolo de Kyoto admite tres procedimientos que considera equivalentes a la reducción de emisiones por parte de los países industrializados, para facilitar el avance hacia las metas fijadas. Esos procedimientos son llamados implementación conjunta, mecanismo de desarrollo limpio y comercio de emisiones.

La implementación conjunta es la inversión en proyectos para reducir la emisión de gases invernadero en otros países industrializados. El mecanismo de desarrollo limpio es el financiamiento de proyectos de reducción de emisiones en el mundo en desarrollo.

El comercio de emisiones permite comprar ”cuotas de reducción” a países que sobrepasen las metas de Kyoto. Rusia y otras repúblicas que formaron hasta 1991 la Unión Soviética están en condiciones de vender cuotas, porque redujeron desde entonces, sin desearlo, su actividad industrial y por lo tanto sus emisiones.

Otra alternativa propuesta, y muy discutida, es que los países industrializados obtengan créditos de reducción de emisiones mediante la creación de ”vertederos de carbono”, o sea áreas forestadas o agrícolas que absorban ese elemento de la atmósfera mediante el mecanismo natural de fotosíntesis.

La Unión Europea (UE) sostiene que tales ”vertederos” pueden ser un peligroso atajo para países ricos que no deseen reducir sus emisiones.

El Protocolo de Kyoto entrará en vigencia 90 días después de que lo hayan ratificado 55 países, que incluyan a naciones industrializadas responsables de por lo menos 55 por ciento de las emisiones de gases invernadero registradas en 1990 en el mundo industralizado.

Hasta comienzos de este mes, 95 Estados partes ratificaron el tratado, y entre ellos hay países industrializados que eran en 1990 responsables de 37,1 por ciento de las emisiones del mundo industrializado.

Se espera que los requisitos para la entrada en vigor sean cumplidos mediante ratificaciones de Rusia y otras naciones en el futuro cercano, según el secretariado de la Conferencia de Partes.

Rusia anunció que ratificará el protocolo a comienzos de 2003, y eso sería clave para que entre en vigencia, destacó el ministro de Ambiente alemán Juergen Trittin. Japón prometió en 2001 que ratificaría el tratado este año, pero aún no lo ha hecho.

El canciller (jefe de gobierno) de Alemania, Gerhard Schroeder, y el ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Joschka Fischer, firmaron el miércoles en Berlín un acuerdo político en el cual prometieron presionar para que la UE reduzca sus emisiones de gases invernadero más de lo previsto en Kyoto.

Alemania ya anunció que planea lograr en 2020 una reducción de esas emisiones que las haga 40 por ciento menores que las de 1990, y que dejará de oponerse a la propuesta de participación obligatoria de los miembros de la UE en un sistema colectivo de comercio de emisiones.

Los gases invernadero mencionados en el protocolo son el dióxido de carbono, liberado por la combustión de petróleo, carbón y gas, el metano, el óxido nitroso, los hidrofluorocarbonos, los perfluorocarbonos, y el hexafluorido sulfuroso.

Según expertos, la emisión de esos gases es responsable del recalentamiento del planeta.

El actual desafío es colocar la implementación del protocolo en el centro del proceso de toma de decisiones de gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil, afirmó Waller-Hunter.

La realización en India de la reunión es una oportunidad para ”destacar las inquietudes de los países en desarrollo” relacionadas con la implementación del protocolo, opinó.

Esas inquietudes se refieren a ”la preparación para afrontar impactos del recalentamiento del planeta, la aceleración de la transferencia de tecnología respetuosa del ambiente por parte de países industrializados, y la integración más estrecha de las políticas climáticas y el desarrollo sustentable”, explicó.

Waller-Hunter piensa que desastres naturales ocurridos en los últimos meses, entre ellos inundaciones en Europa y sequías en India, Estados Unidos y vastas regiones de Africa, fueron potentes advertencias sobre las consecuencias previsibles del recalentamiento del planeta.

El Protocolo de Kyoto incluyó la creación de un Fondo de Adaptación, para ayudar a países en desarrollo en tareas preventivas del creciente impacto ambiental de ese recalentamiento.

La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, realizada el mes pasado en la nororiental ciudad sudafricana de Johannesburgo, aprobó un Plan de Implementación que jerarquiza el desarrollo y transferencia de tecnologías limpias en sectores clave como el energético. (FIN/IPS/tra-eng/raj/mp/en/02

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