AMERICA: Las damas acompañan el juego

La reunión anual de esposas de los jefes de gobierno de América, celebrada en México, emitió una declaración general a favor de los niños, en medio de críticas al papel de estas conferencias y a las políticas asistencialistas que pregonan.

Niñez y pobreza fueron los asuntos abordados el miércoles y jueves por las denominadas ”primeras damas”, quienes, tras deliberaciones formales, reuniones sociales y cenas, firmaron una declaración y un plan de acción que no incluye metas ni compromisos cuantificables.

Diecinueve esposas y delegaciones de seis países asistieron a la reunión, el undécimo de su tipo, en que las asistentes reafirmaron su ”compromiso para contribuir a los esfuerzos para promover el desarrollo integral de la niñez”.

Para la anfitriona Martha Sahagún, esposa del presidente mexicano Vicente Fox, la cita representó un ”paso firme” hacia la atención de los niños de América, 80 millones de cuales viven en pobreza extrema.

Llamados y promesas de apoyo a la familias y a los niños en materia de salud, educación y derechos humanos fueron el denominador común en las declaraciones de todas las participantes.

”No podía esperar otra cosa (de la declaración final), porque estaba segura de la capacidad, entrega y entusiasmo de todas ustedes (las esposas de los presidentes), producto de esa energía que sólo emana del amor a nuestras parejas”, declaró Sahagún.

La cita consagró políticas sociales asistencialistas y privatizadoras, según las cuales la pobreza y los problemas de la mujer y los niños se perciben fuera de la estructura social y económica, dijo a IPS la directora de la organización no gubernamental Comunicación e Información para la Mujer, Sara Lovera.

Tanto en la Declaración de México como en las anteriores, las esposas de los mandatarios no han realizado críticas directas a la política económica y social de sus países.

Generalmente a cargo de tareas oficiales de asistencia social, las esposas de los presidentes de América cuentan para esa función con dinero del Estado, lo cual las pone en una posición ventajosa frente a otros actores, como las organizaciones no gubernamentales, en la obtención de financiamiento internacional, afirman críticos.

Se ha impuesto ”la noción” de que las esposas de los presidentes ”importan tanto como ellos”, y ”por eso se las llama como obvio desdén para el resto 'primeras damas'”, dijo el columnista del diario mexicano Reforma Miguel Angel Granados.

En las democracias, los votantes eligen al jefe de gobierno, pero no a sus esposas, que, sin embargo, realizan realizan tareas con dinero del Estado, observa Granados.

Pero ”no habría que descalificar a priori el papel que puedan desempeñar las esposas de los presidentes”, dijo a IPS la directora de la organización no gubernamental mexicano Mujeres Católicas por el Derecho a Decidir, María Consuelo Mejía.

No obstante, ”es necesario delimitar exactamente el campo de acción de las primeras damas, pues ellas pueden llegar a usar su posición privilegiada para imponer una agenda”, advirtió Mejía.

La conferencia en México ”intentó mover un poco el tema del asistencialismo”, agregó la activista.

Mejía recordó que, en forma paralela a la reunión de esposas de presidentes, se realizó un foro de organizaciones no gubernamentales mexicanos que trabajan con niños, muchas de las cuales no comparten la prédica asistencialista.

En el foro participaron, entre otras organizaciones, Vamos México, creada por Sahagún y cuestionada porque, según los críticos, obtuvo grandes recursos de empresas, fundaciones y organismos internacionales gracias a la posición privilegiada que le brinda a la fundadora su matrimonio con el presidente Fox.

Las primeras reuniones de esposas de presidentes americanos surgieron en 1980, algunas de ellas celebradas en América Central.

A partir de 1991, la Conferencia de Primeras Damas se convirtió en una cita anual caribeña y latinoamericana. En 1994, se incorporaron las esposas de los mandatarios de Canadá y Estados Unidos.

La reunión cuenta con contribuciones de agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Las últimas Conferencias se celebraron en Venezuela (1991), Colombia (1992), Costa Rica (1993), Santa Lucía (1994), Paraguay (1995), Bolivia (1996), Panamá (1997), Chile (1998), Canadá (1999) y Ecuador (2001).

Las esposas de los mandatarios también aprovechan las cumbres regionales para celebrar reuniones informales.

Así ocurrió en Santiago de Chile, en agosto de 2001, y en abril último en San José, en ocasión de sendas cumbres del Grupo de Río, y en noviembre pasado en Perú, durante la Cumbre Iberoamericana. (FIN/IPS/dc/mj/ip dv/02

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