La Central Unitaria de Trabajadores (CUT), de Chile, convocó para el miércoles próximo una movilización general en rechazo del proyecto de flexibilización laboral que prepara el gobierno, en atención a recomendaciones del FMI.
Los sindicatos del sector privado afiliados a la CUT llamaron a marchar por el centro de Santiago, a embanderar las viviendas de todo el país, a golpear platos a la hora del almuerzo y a efectuar asambleas informativas fuera de los lugares de trabajo, entre otras modalidades de protesta.
Líderes sindicales advirtieron de los perjuicios para los trabajadores que contiene el proyecto de flexibilización laboral que elabora el ministro del Trabajo, Ricardo Solari, para ser presentado próximamente en el Congreso legislativo.
El texto atiende recomendaciones expresadas en último informe del FMI (Fondo Monetario Internacional) sobre Chile para reactivar la economía, en el que también señala la necesidad de continuar con las privatizaciones y mejorar el sistema bancario.
El estudio de ese organismo multilateral calcula que el crecimiento del producto interno bruto será este año de 2,6 por ciento y de 4,8 por ciento en 2003.
Entre las reformas que se plantean en el proyecto gubernamental sobresalen la fijación de salarios mínimos para los jóvenes de entre 18 y 24 años y la flexibilización de las normas de contratación.
La iniciativa es apoyada por los empresarios, quienes entienden que es fundamental quitarle rigidez al sistema laboral para afrontar la desaceleración de la economía y frenar el desempleo, que en la actualidad alcanza a 9,5 por ciento de la población económicamente activa.
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Fernando Lhin, declaró que las normas laborales en vigor afectan la creación de fuentes de trabajo.
En tanto, Solari manifestó que para combatir la cesantía es necesario lograr un pacto laboral entre empresarios, trabajadores y el gobierno de Ricardo Lagos.
El tesorero de la CUT, Guillermo Salinas, coincidió con el planeo del ministro de Trabajo, pero aseguró que la central sindical no ha encontrado caminos de diálogo.
La propuesta de reforma del sistema laboral y la injerencia del FMI en la economía chilena son hoy el centro de preocupación de la CUT, que agrupa a unos 600.000 trabajadores.
Salinas manifestó a IPS su preocupación por la actitud del gobierno y de los empresarios de acatar las recomendaciones del FMI, pues la flexibilización de las leyes laborales sólo trae más explotación.
¿Por qué tenemos que tener más si ya somos uno de los países con mayor flexibilidad laboral en el mundo?, se preguntó el dirigente sindical.
Consideró, además, que hay una campaña para confundir a los chilenos.
Es el caso de la encuesta realizada por la privada Universidad Del Desarrollo en la Región Metropolitana, en la que 90 por ciento de los consultados opinó que se requiere mayor flexibilidad laboral y sólo 7,6 por ciento asoció la propuesta con desprotección a posibles abusos de los empleadores, apuntó.
Parece una burla, pues la forma de preguntar hace que los encuestados entiendan como flexibilidad más tiempo libre, pero eso no es lo buscan los empresarios, añadió.
El dirigente de la CUT cree que es muy difícil que prospere una negociación con empresarios y el gobierno respecto al cambio de la legislación del trabajo, pues hay una gran prepotencia empresarial.
Mientras, el ministro del Interior, José Miguel Insulza, señaló que no es un momento adecuado para realizar movilizaciones o huelgas, y advirtió que no permitirá daños a la economía.
Salinas consideró que los comentarios de Insulza sólo hacen aumentar el temor y forman parte de una campaña de satanización de las movilizaciones sociales. (FIN/IPS/gz/dm/lb if/02
