RELIGION-MEXICO: Papa deja un polémico bálsamo para los indígenas

El papa Juan Pablo II partió este jueves de México entre muestras de cariño y admiración, pero también hubo críticas a la canonización de un indígena presentado como sumiso y a la beatificación de otros dos que renunciaron a su religión prehispánica.

En el último acto de su visita de tres días a México, el Papa, animado y sonriente, declaró beatos a los indígenas zapotecos Juan Bautista y Jacinto de los Angeles, que en 1700 fueron torturados y asesinados por nativos a quienes habían delatado como idólatras.

La beatificación de Juan Bautista y de Jacinto de los Angeles siguió a la canonización del indígena Juan Diego Cuauhtlatoatzin, a quien el Papa calificó de ”humilde y pequeño”.

Juan Pablo II fue aclamado por miles de personas en su recorrido por las calles de la capital mexicana a bordo del vehículo conocido como papamóvil.

”Me voy, pero no me voy, me voy pero no me ausento, pues aunque me voy, en el corazón me quedo (…) México lindo que Dios te bendiga”, expresó el Papa en la ceremonia de beatificación de los indígenas, realizada en la basílica de Guadalupe, ubicada en el centro de la ciudad de México.

Los mensajes centrales del Papa durante su quinta visita a México en los últimos 24 años fueron a favor de los nativos, el grupo social más pobre del país.

”Es necesario atender sus legítimas aspiraciones, respetando y defendiendo los auténticos valores de cada grupo étnico”, añadió.

Coloridas vestimentas indígenas, quema de inciensos y palabras en lenguas vernáculas acompañaron la ceremonia de beatificación de Juan Bautista y Jacinto de los Angeles, a quienes la Iglesia Católica considera mártires, pero que algunos indígenas sostienen que fueron traidores a su raza y cultura.

En su tiempo, los beatos realizaron por encargo de sacerdotes tareas de vigilancia en sus comunidades, para evitar que allí se llevaran a cabo actos que se consideraban heréticos.

Los asesinos de los dos indígenas beatificados, quienes resistieron la presencia de los católicos y defendieron sus tradiciones anteriores a la llegada de los europeos a América, fueron juzgados, descuartizados y sus restos exhibidos a la comunidad.

”Los nuevos beatos, fruto de santidad de la primera evangelización (…), animan a los indígenas de hoy a apreciar sus culturas y sus lenguas y, sobre todo, su dignidad de hijos de Dios que los demás deben respetar en el contexto de la nación mexicana, plural en el origen de sus gentes y dispuesta a construir una familia común en la solidaridad y la justicia”, expresó el Papa.

”Los dos beatos son un ejemplo de cómo, sin mitificar sus costumbres ancestrales, se puede llegar a Dios sin renunciar a la propia cultura, pero dejándose iluminar por la luz de Cristo, que renueva el espíritu religioso de las mejores tradiciones de los pueblos”, añadió.

En la ceremonia de canonización de Juan Diego, presentado por la jerarquía católica como un sumiso y humilde indígena a quien se apareció en 1531 la virgen de Guadalupe, el Papa sostuvo que ”México necesita a sus indígenas y sus indígenas necesitan a México”.

Mientras, el Vaticano mantienen en suspenso la ordenación de diáconos indígenas en el meridional estado de Chiapas. También rechaza la llamada teología ”india” y de Liberación, que fue promovida por el ex obispo de Chiapas Samuel Ruiz.

Jorge Medina, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, advirtió el domingo que nunca será aceptada la teología india u otra que proponga una iglesia autóctona.

En México, donde la jerarquía eclesiástica criticó varias veces la labor de Ruiz, no hay ningún obispo nativo y son pocos los que trabajan y abogan con decisión por las etnias.

”Lo único que quiere (la Iglesia) con lo de Juan Diego y los mártires (beatos) es retenernos para no avanzar en la obtención de nuestros derechos”, afirmó Adelfo Regino, líder del Congreso Nacional Indígena.

”Nosotros somos portadores de una religiosidad propia, la que nos legaron nuestros antepasados, que tiene un profundo respeto a la naturaleza”. Esa es ”la religión indígena que fue atacada, perseguida y mutilada durante la colonización”, dijo Regino.

”Ni Juan Diego ni Jacinto de los Angeles ni Juan Bautista van a dignificar a los pueblos indígenas. Lo que queremos es que se reconozcan nuestros derechos para dejar de ser los olvidados del país”, expresó Jacobo Baltazar, líder indígena zapoteca.

Diez por ciento de los 100 millones de mexicanos son indígenas, el grupo social más pobre del país. (FIN/IPS/dc/dm-ff/cr/02

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