ECONOMIA: Ayuda a Brasil y Uruguay no anula críticas a FMI

Los préstamos internacionales a Brasil y Uruguay dieron un respiro a la deteriorada economía de América Latina, pero están lejos de anular las críticas a la tardía reacción y a los condicionamientos con que el FMI viene actuando ante el contagio de la crisis de Argentina.

La Bolsa de Valores de Londres abrió este jueves con fuerte tendencia al alza, luego de que Wall Street cerrara el miércoles también con números azules, como positiva reacción al acuerdo del FMI (Fondo Monetario Internacional) para auxiliar a Brasil con un crédito de emergencia de 30.000 millones de dólares.

El préstamo impedirá que Brasil caiga en moratoria ante sus acreedores internacionales, como ocurrió con Argentina, dijo en Santiago de Chile el analista Gonzalo Sanhueza, de la Universidad Finis Terrae.

También el miércoles, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un crédito de 500 millones de dólares para Uruguay, como parte de un paquete de ayuda a ese país por 1.550 millones, en que participan también el FMI y el Banco Mundial.

Estas decisiones coincidieron con una rápida gira por Brasil, Uruguay y Argentina del secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Paul O'Neill, quien en Buenos Aires abogó por un acuerdo entre el gobierno de Eduardo Duhalde y el FMI.

Washington giró contribuciones a los organismos multilaterales para financiar la ayuda de urgencia a Uruguay, pero, según se desprende de las señales dadas por O'Neill en su gira, el gobierno de George W. Bush no parece dispuesto a actuar con la misma presteza en favor de Argentina.

Como mayor contribuyente del FMI, donde el voto es ponderado, Estados Unidos tiene una innegable influencia sobre las decisiones y las políticas del directorio del organismo, que parece dispuesto a castigar la ”mala conducta” de los gobiernos argentinos.

Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía y ex economista jefe del Banco Mundial, fue uno de los primeros en fustigar al Fondo, acusándolo de haber contribuido a generar la crisis de Argentina y de usar ahora a esa nación para dar una señal de escarmiento a los países en desarrollo.

”El FMI no ha agravado la situación en argentina. Es el responsable de ella. Durante mucho tiempo demandó que se aplicaran allí políticas que resultaron altamente negativas. Hay que recordar que en 1998 puso a Argentina como ejemplo para el mundo”, dijo a IPS el economista Hugo Fazio, director del Cenda (Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo).

El apoyo del FMI a la política de cambio uno a uno del peso argentino con el dólar, que se mantuvo durante 10 años, fue determinante, agregó Fazio, quien se desempeñó como vicepresidente del Banco Central de Chile en el gobierno de Salvador Allende (1970-73).

”Esa polìtica condujo a la economía argentina a una encrucijada: tendió a deteriorar la competitividad externa de sus productos y a facilitar el ingreso de productos importados”, señaló el economista.

Fazio criticó igualmente las exigencias del FMI al ajuste fiscal durante el gobierno de Fernando de la Rúa, por sus efectos contractivos y gran costo social. ”En el momento actual, las políticas de Duhalde siguen siendo las del Fondo, y eso dificulta que Argentina salga de la crisis”, comentó.

”El FMI actuó equivocadamente en el caso argentino. En un momento tuvo una visión idealizada de Argentina, fue blando y no reconoció los problemas y ahora los está exagerando”, indicó a IPS el economista chileno Ricardo Ffrench-Davis, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

”Argentina debió ser más eficiente con su gasto fiscal, pero el problema principal era el tipo de cambio y el FMI se equivocó al otorgarle más recursos sin corregir aquello”, explicó Ffrench- Davis, experto en mercados financieros internacionales y circulación de capitales.

A juicio del economista de Cepal, el Fondo insiste en el caso argentino en reducir el gasto fiscal y las inversiones públicas, como condiciones para la ayuda, sin haber puesto el mismo énfasis en la corrección del tipo de cambio.

Ffrench-Davis criticó así mismo la ortodoxia con que se maneja el FMI, con exigencias uniformes para todas las economías.

”El Fondo debería tener un enfoque más pragmático. Debería reconocer las diferencias entre un país en vás de desarrollo y uno desarrollado, entre uno asiático y uno centroamericano o sudamericano. Sus recetas están demasiado simplificadas”, dijo.

Fazio resaltó que en Argentina el FMI ha jugado un papel mucho más allá de lo económico, para actuar como colegislador y en última instancia, de legislador.

”Hay leyes que se han modificado por exigencias del Fondo Monetario, como la Ley de Quiebras, (el FMI) ha hecho revisar el presupuesto y ha sido determinante para que se adelanten las elecciones presidenciales a marzo de 2003”, señaló.

El empresario y ex senador Sebastián Piñera estimó, en una reunión con corresponsales internacionales, que las recomendaciones del FMI son en general adecuadas y que la crisis argentina es sobre todo la consecuencia de la mala aplicación de esas medidas.

El desborde del déficit fiscal, vinculado en alto grado a la corrupción, fue el factor que más contribuyó a la crisis, según Piñera, actual presidente del Partido Renovación Nacional, de la oposición derechista.

”Lo que ocurre es que el FMI es visto como un médico de urgencia. Siempre que llega un médico a una casa es porque hay problemas, pero eso no significa que el culpable de la enfermedad sea él, ni menos que haya que eliminar a los médicos”, sostuvo Piñera. (FIN/IPS/ggr/ff/if/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe