DESARROLLO: Choque de estrategias en Cumbre Mundial

La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible comenzó este lunes en Sudáfrica con una exhortación a acciones internacionales contra la pobreza y en defensa del ambiente.

Pero Estados Unidos y otros países ricos abogan por esfuerzos voluntarios en sociedad con el sector privado.

”Una sociedad humana global basada en la pobreza de muchos y la prosperidad de pocos, caracterizada por islas de riqueza en medio de un mar de pobreza, es insostenible”, dijo el presidente sudafricano Thabo Mbeki en el acto inaugural de la cumbre.

La credibilidad de futuras cumbres convocadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) depende de que países industrializados como Estados Unidos, Canadá y Australia, llamados ”Los Tres Sucios” por ambientalistas, no impongan su propia agenda, afirmaron activistas.

La reunión se lleva a cabo en la nororiental ciudad sudafricana de Johannesburgo y terminará el 4 de septiembre. Fue convocada por la ONU para evaluar el avance hacia metas fijadas en 1992 en la Cumbre de la Tierra, realizada en Río de Janeiro, y actualizar los planes de la comunidad internacional para el desarrollo sustentable.

”Los últimos diez años han sido una década de inercia”, aseveró Mbeki, elegido presidente de la cumbre, que es la más numerosa en la historia de la ONU, con asistencia de unos 40.000 delegados, entre ellos más de 100 jefes de Estado y de gobierno.

Sin embargo, se destaca la ausencia del presidente estadounidense, George W. Bush, gobernante del país con la mayor economía, el mayor consumo de energía y la mayor producción de contaminantes.

La agenda oficial destaca cinco grandes áreas: acceso a agua potable, desarrollo de fuentes de energía no contaminantes, salud, agricultura sustentable, preservación de la biodiversidad y mejores servicios de salud, con énfasis en la lucha contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

Australia, Canadá y Estados Unidos encabezan la presión para que se prioricen iniciativas voluntarias en materia de desarrollo y protección del ambiente, y eso significa debilitar acuerdos internacionales previos, según organizaciones no gubernamentales (ONG) ambientalistas como Greenpeace.

A su vez, delegados del mundo en desarrollo enfatizan que la apertura comercial a sus productos por parte de las naciones industrializadas es crucial para el desarrollo sustentable, y critican en especial el proteccionismo de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

Otra gran controversia planteada se refiere a la fijación de nuevas metas cuantitativas y plazos para alcanzarlas, apoyada por la UE y rechazada por Washington.

”El éxito de Los Tres Sucios significaría la victoria del unilateralismo sobre el multilateralismo. Quieren medidas voluntarias sin marco regulatorio, y es peligroso iniciar ese camino”, dijo a IPS el director político de Greenpeace, Remi Parmentier.

Se trata de un intento de eludir obligaciones de gobernanza responsable, ya que ”los gobiernos son elegidos para cuidar nuestro futuro, no para abdicar de ese papel y hacer lo que les imponga el sector privado”, sostuvo.

Es absurdo tratar de resolver en forma unilateral problemas universales por naturaleza, como el cambio climático debido al recalentamiento del planeta, o el acceso a agua potable por parte de más de 1.000 millones de personas, señaló Goh Chien Yen, del grupo de expertos Red del Tercer Mundo, con sede en Malasia.

En esas cuestiones ”debe prevalecer el sistema multilateral, para la adopción de medidas de muy amplio alcance”, enfatizó.

”El multilateralismo es crucial para alcanzar las metas del desarrollo sustentable. Los llamados Resultados de Tipo 2 pueden complementar los compromisos multilaterales, pero no sustituirlos en el centro de los esfuerzos”, aseguró.

La ONU llama Resultados de Tipo 2 a asociaciones de gobiernos, empresas y ONG ”para afrontar problemas específicos y alcanzar metas cuantificables” de desarrollo sustentable, según indicó en un comunicado de prensa.

Los Resultados de Tipo 1 son los logrados por acuerdos entre gobiernos, negociados en el marco de tratados y declaraciones del sistema de la ONU, cuya propia existencia se basa en el enfoque multilateral de los problemas mundiales.

Según el comunicado, ”la cumbre servirá como plataforma de lanzamiento” para nuevas iniciativas de Tipo 2, pero altos funcionarios de la ONU coinciden sobre la prioridad del multilateralismo.

”Las asociaciones entre todos los actores clave son importantes, pero el interés exclusivo en esas actividades sería un golpe mortal al multilateralismo”, dijo el domingo en conferencia de prensa Jan Pronk, enviado especial a la cumbre del secretario general de la ONU, Kofi Annan.

La extendida preocupación por la iniciativa de Estados Unidos, Canadá y Australia indica el peso que tendrá esa propuesta en la cumbre.

Según la ONU, el debate sobre los Resultados de Tipo 2 se ha centrado en ”la necesidad de lograr flexibilidad son diluir ni sustituir la responsabilidad de los gobiernos, que deben comprometerse a lograr fuertes Resultados de Tipo 1”.

Ese criterio ya se había enfatizado en la llamada Agenda 21, documento final de la Cumbre de la Tierra de 1992, en el cual se afirmó de modo inequívoco que los países industrializados deben transferir recursos al mundo en desarrollo, para asegurar que logre progreso económico sin dañar el ambiente.

Diez años después, ”las naciones industrializadas no han cumplido su parte del acuerdo, y eso causa extendida frustración”, indicó la ONG Worldwatch, un grupo de expertos con sede en Washington, en un informe titulado ”Signos vitales 2002”.

”Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (que reúne a países industrializados), la asistencia oficial al desarrollo de los Estados miembros cayó de 73.000 millones de dólares en 1992 a 54.000 millones de dólares en 2000”, apuntaron los autores del informe.

En la cumbre de Río, las naciones industrializadas se comprometieron a invertir cada año 0,7 por ciento de su producto interno bruto (PIB) en asistencia oficial al desarrollo, pero sólo Dinamarca, Holanda, Suecia y Noruega han cumplido ese compromiso, señalaron.

Australia, Canadá y Estados Unidos, principales impulsores de los Resultados de Tipo 2, están en la actualidad entre los países que menos cumplen el compromiso de 1992. En 2000, la asistencia oficial al desarrollo de Australia fue 0,27 por ciento de su PIB, la de Canadá 0,25 por ciento y la de Estados Unidos 0,10 por ciento, destacaron.

Esa es una de las principales razones de que los tres países promuevan iniciativas voluntarias para apoyar el desarrollo sustentable, aseguró Worldwatch.

”Los Resultados de Tipo 2 no implican mínimas garantías de desarrollo sustentable”, dijo el fin de semana a periodistas la activista Erica Schutze, de la ONG sudafricana Sociedad Sustentable para la Energía y el Cambio Climático.

La ONU admitió esa objeción en estudios sobre el asunto, al resaltar que las iniciativas voluntarias no implican compromisos formales comparables con los de acuerdos entre Estados, y que su administración está en manos de ”instituciones autogobernadas, que tienen sus propios criterios sobre responsabilidad”. (FIN/IPS/tra- eng/mmm/mn/mp/dv/02

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