DESARME: Propuesta reactivar conferencia internacional

Una iniciativa de Argelia, Bélgica, Colombia, Chile y Suecia podría resolver las diferencias que mantienen estancada hace cuatro años la Conferencia internacional de Desarme.

La propuesta se funda en la idea de una reapertura del debate sobre todos los temas polémicos que han impedido a la conferencia dotarse de un nuevo programa de trabajo desde el último, aprobado en 1998.

En la mesa de negociaciones en Ginebra se colocarán las cuestiones más urticantes, como las medidas de seguridad negativa, que son las garantías reclamadas por los estados sin armas nucleares contra el uso o la amenaza de uso de este tipo de arsenal.

El segundo punto comprende el cese de la carrera armamentista nuclear y el desarme nuclear, un reclamo que la mayoría de los 66 países miembros de la Conferencia de Desarme ejercen sobre las potencias nucleares.

El asunto siguiente se refiere a la propuesta de un tratado de prohibición de producir material fisible, empleado para la fabricación de artefactos nucleares.

Al respecto, el llamado Grupo de los 21 (G-21), que reúne a los países en desarrollo, pretende que se establezca también un sistema de control y verificación sobre el material fisible almacenado.

Otra cuestión, sostenida con insistencia por China y Rusia y resistida por Estados Unidos, es la prevención de la carrera armamentista en el espacio exterior, la amenaza de la llamada ”Guerra de las Galaxias” del gobierno estadounidense de Ronald Reagan (1981-1989) y retomada por el actual presidente George W. Bush.

En esos cuatro puntos críticos se sugiere la creación de otros tantos comités especiales para examinar las cuestiones y presentar informes a la Conferencia.

La iniciativa apunta también a la designación de tres coordinadores especiales encargados de evaluar la opinión de los estados miembros sobre nuevos tipos de medios de destrucción masiva, como las armas radiológicas, sobre un programa de desarme generalizado y la transparencia en los armamentos.

Los autores de la propuesta fueron los embajadores Mohamed- Salah Dembri, Argelia, Jean Lint, de Bélgica, Camilo Reyes, de Colombia, Juan Enrique Vega, de Chile, y Henrik Salander, de Suecia.

La iniciativa se propone también superar una traba reglamentaria que, sumada a las diferencias de fondo entre las potencias, favoreció el estancamiento de los últimos años.

Dos artículos del reglamento interno de la Conferencia de Desarme establecen que el foro debe aprobar todos los años el orden del día de sus sesiones, que incluye los asuntos a negociar, y el programa de trabajo, sobre las modalidades de la discusión.

Las diferencias insalvables entre los países han impedido desde 1998 la aprobación de uno o a veces de los dos instrumentos imprescindibles para el desenvolvimiento de la Conferencia.

Los cinco diplomáticos proponen reformar el reglamento para que el orden del día y el programa de trabajo se prolonguen por lo menos dos años sucesivos.

Los representantes de algunos países manifestaron reservas respecto de la extensión de esos programas porque, alegaron, las circunstancias internacionales pueden cambiar y desactualizarlos.

Los embajadores proponentes aceptan que el programa deberá modificarse si se altera el panorama político, pero replican que mientras tanto la Conferencia continúa desprestigiándose por la ausencia de un plan de trabajo.

La Conferencia, el único foro de negociaciones multilaterales de desarme, ha aprobado desde su establecimiento, en 1979, importantes tratados relacionados con el control de armamento.

Dos de los más importantes de esos instrumentos jurídicos internacionales han sido la Convención sobre Armas Químicas y el Tratado Integral de Prohibición de Ensayos Nucleares.

La propuesta de los cinco diplomáticos recibió una acogida favorable en la Conferencia, que tomó conocimiento de la iniciativa durante el actual y último periodo anual de sesiones que se extiende del 31 de julio al 13 de septiembre.

Hasta ahora no ha comentado en público la iniciativa ninguno de los países que, de oponerse, pueden estancarla, observó uno de los cinco embajadores proponentes.

Las potencias nucleares, Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia disponen prácticamente de poder de veto en la Conferencia.

Los otros dos países que han reconocido públicamente su capacidad nuclear, India y Pakistán, pertenecen al G-21.

Los representantes de India y de Pakistán escucharon en el grupo el informe sobre la iniciativa y dijeron que pedirían instrucciones a sus gobiernos.

Estados Unidos, que forma parte del Grupo Occidental, como Gran Bretaña, Francia y los países europeos, guardó hasta ahora reserva sobre su opinión.

Rusia, que no integra hasta ahora un grupo formal en la Conferencia al igual que los demás países ex socialistas, se mostró abierta a tratar la proposición de los cinco embajadores.

La Conferencia dispone de pocas semanas para discutir la iniciativa que puede reanudar sus negociaciones. Pero los cinco diplomáticos proponentes calculan que una nueva tentativa puede realizarse en enero, cuando comiencen las sesiones de 2003. (FIN/IPS/pc/dm/ip/02

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