CAFE-BRASIL: El Estado al rescate de los productores

El gobierno de Brasil compra desde este miércoles excedentes locales de café para evitar que los bajos precios internacionales perjudiquen a los productores, quienes lograron este año cosechas y exportaciones sin precedentes.

El exceso de oferta empuja los precios internacionales a la baja y agrava la tendencia descendente de los últimos cuatro años.

Se prevé que las autoridades comprarán en subastas semanalaes hasta seis millones de sacos de 60 kilos, con destino a los almacenes de la estatal Compañía Nacional de Abastecimiento (CONAB).

La primera subasta, con precios cerca de 30 por ciento por encima de los vigentes en el mercado nacional, sacó de circulación 909.600 sacos, 71 por ciento del total ofrecido.

El gobierno abrió además una línea de crédito para las empresas exportadoras de café, que les permite ampliar su capacidad de conservar estoc a la espera de mejores precios.

La cosecha de este año sumará unos 44,69 millones de sacos, 58,8 por ciento más que en 2001, según cálculos de la CONAB, y el Consejo de los Exportadores de Café Verde prevé que se venderán al exterior 25 millones de sacos, 6,5 por ciento más que el año pasado, cuando se alcanzó un volumen sin precedentes de 23,46 millones.

Las exportaciones de 2001 fueron 29,7 por ciento mayores que las de 2000.

Las últimas cosechas permitieron al país, principal productor y exportador mundial de café, recuperar la participación en el mercado internacional que había perdido en los años 90, pero los ingresos por exportaciones caen desde 1998 debido al exceso de oferta mundial.

Esos ingresos fueron 1.775 millones de dólares en 2000, 1.432 millones en 2001, y 647 millones de dólares en los siete primeros meses de este año. El precio promedio este año del café arábica, el más exportado por Brasil, ha sido 49,67 dólares por saco, 27 por ciento menos que el año pasado.

La Organización Internacional del Café (OIC) previó una inversión de la tendencia descendente en el año cafetero 2003/2004, con demanda superior a la oferta y recuperación de los precios, en la hipótesis de que la producción brasileña en la próxima cosecha no superará 30 millones de sacos.

No hay datos para prever el volumen de esa cosecha, y los indicios de la primera floración se conocerán en octubre, pero la hipótesis de la OIC tiene tres bases sólidas, señaló a IPS Hercilio Amaral, secretario general del Consejo Nacional del Café, que agrupa a los productores del país.

Esas bases son el ciclo bienal de alternancia de cosechas grandes y menores en la caficultura, la previsión de escasas lluvias en las principales áreas productoras de Brasil, y el probable descenso de productividad, debido a que la caída de precios de los últimos años desalentó inversiones, explicó Amaral.

Las medidas gubernamentales ayudarán a estabilizar el mercado y abrirán paso a la superación de la prolongada crisis del sector, opinó.

La magnitud de la producción y las exportaciones de Brasil las hacen determinantes de oscilaciones en el mercados internacional, y las heladas de 1975 y 1981, que causaron importante reducción de cosechas por varios años, condujeron a fuertes alzas de precios.

La expansión de la caficultura en otros países, para aprovechar ese aumento de precios, provocó luego exceso de producción mundial, con caída de precios y graves consecuencias sociales porque el sector emplea abundante mano de obra.

El mismo ciclo se repitió a partir de las heladas de 1994 en Brasil, pero con efecto agravado por el cese en 1989 del acuerdo entre países productores e importadores que regulaba el comercio de café, mediante cuotas de exportación para estabilizar el mercado.

En 1997, precios elevados permitieron a Brasil obtener más de 3.000 millones de dólares por exportaciones de café, el doble que en 1996, aunque el volumen de esas exportaciones cayó un tercio de 1996 a 1997.

La alta rentabilidad del sector hizo proliferar cafetales en el mundo, y en especial en Vietnam, que en pocos años se convirtió en el segundo productor mundial.

La actual crisis ha causado pérdidas y quiebras por todas partes, pero Brasil aumentó sus ventas debido al incremento de productividad en nuevos cafetales, la depreciación de su moneda a comienzos de 1999 y la merma de capacidad exportadora de Colombia y América Central, competidores en el mercado de café arábica.

Los problemas de los últimos años alejaron de la caficultura a quienes fueron atraídos por el alza de precios de 1994-1998, pero los productores tradicionales se mantienen en actividad, sostuvo Amaral.

Así ha ocurrido ”en cuatro crisis que acompañé en las dos últimas décadas”, provocadas por heladas o bajos precios, indicó. (FIN/IPS/mo/mp/if/02

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