AFRICA AUSTRAL: Enfermedades complican el cuadro de hambruna

El empeoramiento de la situación sanitaria en Africa austral agrava las consecuencias de la hambruna que se abate sobre seis países de la región, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La directora de la OMS, Gro Harlem Brundtland, previno que toda ayuda alimentaria dirigida a esos países debe ir acompañada de la prestación de servicios básicos de salud, para evitar la pérdida de vidas que causa la sequía.

Las principales agencias de ayuda humanitaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) participan de una campaña de emergencia para aliviar la crisis en Lesotho, Malawi, Mozambique, Suazilandia, Zambia y Zimbabwe.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, designó un enviado especial, el actual director del Programa Mundial de Alimentos, James Morris, para ocuparse de la ayuda a las poblaciones en riesgo de los seis países en crisis.

Morris, de nacionalidad estadounidense, dijo que habrá una catástrofe ”a menos que consigamos ayuda alimentaria urgente” para millones de personas amenazadas por el hambre.

La OMS había advertido que 300.000 personas pueden morir en los próximos seis meses debido a la crisis. Y este lunes puntualizó que la emergencia sanitaria pone en peligro a 12 o 14 millones de personas en Africa austral.

Brundtland explicó que ”debilitadas por el hambre, muchas personas morirán enfermas”.

Los últimos datos recibidos por la institución sanitaria presentan un cariz preocupante, porque muestran la duplicación del riesgo de mortalidad materna en algunas áreas.

Los informes mencionan también el aumento continuo de la tuberculosis, de las infecciones respiratorias agudas y de la malaria.

La mortalidad es mayor entre las personas contagiadas del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), antesala del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).

El VIH/sida ha golpeado duramente a la población económicamente activa de Africa austral. En consecuencia, muchas familias de la región han quedado a cargo de personas muy jóvenes o muy ancianas, señaló Gregory Hartl, uno de los funcionarios de prensa de la OMS.

Las personas con sida tienen menos posibilidades de desempenar trabajos agrícolas y el costo de cuidarlas es una presión adicional sobre las familias, agregó Hartl.

En los seis países de Africa austral afectados por la sequía y el hambre, el sida alcanza una prevalencia promedio de 24,9 por ciento, con extremos de 16,4 por ciento en Malawi y de 33,7 por ciento en Zimbabwe.

La OMS precisó que en Malawi, unos 470.000 ninos han perdido a uno o a ambos padres a causa de la epidemia de sida.

Otros datos recibidos de ese país revelan que el número de partos en los centros de salud ha decrecido siete por ciento. Así mismo, la mortalidad materna en esos mismos centros aumentó 71 por ciento, debido a la malnutrición o el mal estado de salud de las mujeres, a la falta de atención prenatal y a la escasez de capacidad del sistema de salud.

Brundtland especificó que las condiciones extremas que presentan los seis países ocasionan niveles mayores de desnutrición, en especial entre los niños y niñas.

Una investigación realizada en Malawi demostró que en apenas tres meses, la desnutrición infantil aumentó de seis a 19 por ciento. Esos niños son más vulnerables a las enfermedades, indicó Brundtland.

Otro ejemplo de la relación entre el déficit alimentario y el aumento de las enfermedades se desprende del informe de la OMS sobre el comportamiento del cólera en Malawi.

En abril último, la agencia sanitaria notificó un total de 22.023 casos de cólera en ese país, de los cuales 609 fueron mortales, lo que representó una letalidad de 2,8 por ciento. La OMS estima que la letalidad por cólera debería ser inferior a uno por ciento.

De esas tasas se deduce claramente que las personas debilitadas sucumben más fácilmente a las enfermedades, concluyó la agencia de la ONU.

Hartl observó que el número de defunciones puede reducirse en forma considerable si, junto con la distribución de ayuda alimentaria, se mejora la atención básica de salud destinada particularmente a los más vulnerables.

En un insistente llamamiento de urgencia que las agencias humanitarias han dirigido a los donantes gubernamentales y privados se incluye un pedido de 40 millones de dólares para financiar actividades sanitarias y nutricionales.

La cifra requerida para cubrir las necesidades de alimentos de la poblaciones en riesgo de los seis países, se eleva a 500 millones de dólares. Ese apoyo financiero es esencial para evitar una catástrofe muy grave en los próximos meses, alertó la OMS. (FIN/IPS/pc/ff/he/02

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