SALUD: Catorce millones de huérfanos por sida

Unos 14 millones de niños y niñas han perdido al menos a uno de sus padres a causa del sida en el mundo, según un informe de agencias de la ONU y de Estados Unidos presentado este miércoles.

Esa situación es particularmente grave en Africa subsahariana, pero también afecta con severidad al Caribe y Asia, indica el primer estudio elaborado en cooperación por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el Sida (Onusida), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid).

Esta es ”una crisis de huérfanos” provocada por la pandemia, señaló el director de Onusida, Peter Piot, al presentar el informe en la XIV Conferencia Internacional sobre el Sida, que se celebra esta semana en la oriental ciudad española de Barcelona.

El documento advierte que en 2010 habrá 42 millones de huérfanos en Asia, Africa y el Caribe, 20 millones de los cuales serán a causa del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), si la lucha contra el mal sigue igual que hoy y no se aumentan los medios y acciones de prevención y atención a los enfermos.

Piot añadió que las víctimas infantiles lo son de doble manera, por perder a sus padres y por lo que lo que les acontece después.

”Si tu padre murió en la guerra, era un héroe, pero si murió por sida es una vergüenza para la familia”, apuntó el funcionario de la agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Por su parte, la directora ejecutiva de Unicef, Carol Bellamy, subrayó que hay que actuar para invertir la situación, pues ”a veces la gente habla mucho de los niños, pero hace poco por ellos”.

En protesta por esa falta de ánimo en la acción, activistas de organizaciones no gubernamentales hicieron sentir su voz de diversas maneras este miércoles, al igual que en días anteriores.

Un grupo de ellos destrozó el pabellón de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, acusándola de no contribuir adecuadamente para erradicar el sida en el mundo en desarrollo.

También un centenar de miembros de grupos no gubernamentales españolas arrojaron 5.000 jeringas en el pabellón del gobierno de Cataluña, una de las 15 comunidades autónomas de España, en protesta por su negativa a desarrollar programas de intercambio de esos instrumentos usados por nuevos en las prisiones.

Los activistas hicieron sonar silbatos y colocaron decenas de carteles dentro del pabellón catalán con el lema ”Jeringas en las prisiones”, escritos en inglés, castellano y catalán.

La Red 2002, que coordina a las organizaciones no gubernamentales (ONG) españolas que participan en la Conferencia, indicó que 23 por ciento de los 55.000 presos de España están afectados con VIH (virus de inmunodeficiencia humana causante del sida) y que la mitad de ese 23 por ciento son toxicómanos.

En otras comunidades autónomas de España, como el País Vasco, Canarias, Navarra, Galicia y Madrid, el programa de intercambio de jeringuillas en las prisiones funciona por disposición gubernamental.

Joan Tallada, coordinador de la Red 2002 afirmó que esos programas de intercambio son la solución para evitar la extensión del sida entre los presos, pues se trata de una ”iniciativa segura, que se lleva a cabo en muchos países”.

Agregó que los sindicatos de los empleados de las prisiones se oponen a que se realicen estos programas porque ”lo único que les interesa son salarios más altos”.

En otra acción de protesta, unos 20 miembros de la ONG Act Up París destrozaron los quioscos de Usaid, del ministerio de Sanidad de España y de los gobiernos de Alemania y Canadá en reclamo de aumento de su contribución al Fondo Global Anti-Sida.

El Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo se comprometieron a aportar a ese Fondo Global cercan de 10.000 millones de dólares, pero hasta ahora sólo han contribuido con 2.800 millones.

Act Up París (AUP) reclama que Estados Unidos aporte 4.000 millones de dólares, Japón 1.500 millones, Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia 1.000 millones cada uno y Canadá otros 300 millones de dólares.

Ese grupo no gubernamental pide que España, que no pertenece al G-8, ayude con 200 millones de dólares y a todos los países en los que se producen medicamentos antisida la rebaja de los precios.

Mientras se desarrollaba la acción contra los quioscos y en medio de aplausos de activistas de otras ONG que se encontraban en los alrededores, los miembros de AUP gritaban ”¿Dónde están los diez billones?”, utilizando la expresión inglesa ”billones” por la española mil millones.

En tanto, en la sesión plenaria de la Conferencia se destacó la intervención de Suniti Salomón, la investigadora que documentó en 1986 el primer caso de sida en la India. La científica repasó las palabras de Maya, una mujer hindú que sólo tenía 17 años cuando le detectaron la enfermedad.

”Mis sueños se deshicieron cuando me diagnosticaron el VIH en una clínica prenatal. Mi marido, mis padres, incluso mi médico quería que abortara. Lloré. Pero no se pudo hacer nada. Pronto mi marido murió”, le dijo Maya a Salomón.

”Una semana antes le habían diagnosticado el sida. Mi familia política me culpó de su muerte y me quitaron su apoyo económico, incluido el que me correspondía legalmente. No podía volver a casa de mis padres porque hubiera sido un obstáculo a la boda de mi hermana”, fue otro tramo de la conversación de Maya con Salomón,

Salomón reconoció que le entristecía relatar esa historia, pero que se veía obligada a hacerlo, porque ”este caso es sólo uno entre miles de historias similares, comunes en los países en vías de desarrollo”.

En un informe presentado en el foro el día anterior, consta que cada 34 minutos una mujer sufre una violación y cada 42 se produce una agresión sexual. Alrededor de dos tercios de las infecciones de VIH que se pronostican para los próximos años corresponderán a mujeres, biológica y socialmente más vulnerables al sida.

Pero también se dieron noticias positivas en la Conferencia. La estadounidense Fundación de las Naciones Unidas anunció que en octubre comenzará en ese país una campaña publicitaria, que después se extenderá a Europa, Japón y Australia, para fomentar las donaciones contra el sida.

Uno de los mensaje de la campaña será mostrar lo que pasaría si los 14 millones de niños huérfanos por la enfermedad en el mundo fuesen estadounidenses.

Un portavoz de la Fundación dijo que, según encuestas previas, 75 por ciento de los estadounidenses consultados cree que se debe destinar más dinero a la lucha contra la enfermedad, mientras que sólo 15 por ciento de los políticos de ese país lo consideran una prioridad. (FIN/IPS/af/dm/he/02

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