SALUD-ASIA PACIFICO: La cortina de humo de la tabacalera BAT

Activistas de la salud y defensores de los derechos del consumidor de Asia-Pacífico rechazaron el informe de ”responsabilidad social” divulgado por la empresa tabacalera British American Tobacco (BAT), al que consideran parte de una campaña para mejorar su imagen.

El informe, en el que la empresa se niega a admitir la naturaleza adictiva de la nicotina, ”parece ser sólo parte de los negocios, como es usual en BAT”, dijo la jefa de prensa de la Asociación de Consumidores de Penang, Malasia, Mary Assunta.

La negativa de BAT, la tercera tabacalera del mundo, a admitir los perjuicios que ocasiona el vicio de fumar es sólo uno de los defectos del informe, señaló Assunta, quien disfruta de año sabático para investigar las actividades de la empresa en Malasia.

Assunta admitió que la nicotina ”es una substancia natural que forma parte de la planta del tabaco y que tiene un moderado efecto estimulante”, como indica el informe, pero criticó a BAT por ”omitir su característica más importante, que es su propiedad adictiva”.

El informe tampoco admite los devastadores efectos en la salud provocados por el alquitrán que los fumadores inhalan con la combustión del tabaco. BAT afirma que es ”equivocado relacionar al alquitrán con algunos riesgos de salud provocados por fumar”.

El informe de ”responsabilidad social” de BAT fue divulgado el 3 de este mes por la oficina de la empresa en Londres.

”Este es un trabajo serio. No es un un documento de relaciones públicas. Hacer un informe social es tratar llanamente todos los asuntos vinculados con nuestros productos”, afirmó el presidente de la tabacalera, Martin Broughton, al presentar el estudio.

Pero el informe estuvo rodeado de controversia aun durante su preparación, cuando los técnicos de la empresa se reunieron con ”interesados” en salud y ciencia de 14 mercados selectos para ”explorar su opinión”.

BAT afirmó que su ”responsabilidad social” fue demostrada con la adopción voluntaria en septiembre de una política publicitaria ”que va de acuerdo con las pautas internacionales de publicidad” sobre tabaco, que advierten sobre los riesgos del hábito de fumar para la salud.

En Malasia, los ”interesados” de BAT recomendaron que la compañía ”considerara el eventual cese de toda publicidad de cigarrillos, incluso para adultos”. Pero la empresa rechazó la idea de plano.

”La sugerencia de suspender la publicidad directa a los consumidores está más allá de nuestros objetivos de mercado”, dijo Broughton al presentar el informe.

”Lo que están diciendo es que no van a cambiar”, señaló Assunta.

Un memorándum de un analista de la industria tabacalera del grupo financiero Credit Suisse señala que la iniciativa de BAT ”es parte de una política para mejorar la imagen de la industria”.

El memorándum indica que ”al adoptar las pautas publicitarias internacionales, la multinacional podría intentar contrarrestar varias propuestas hechas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reducir el consumo de cigarrillos”.

Mientras BAT intenta evitar que su informe aparezca como un simple intento de mejorar su reputación, las críticas de los activistas van en aumento.

”Las amenazas de largo plazo contra la industria del tabaco”, alentadas por la OMS e incluso por el Banco Mundial, podrán contrarrestarse con publicidad sobre la reputación de las empresas y de sus acciones dirigidas a la comunidad, indica el memorándum.

Activistas de la salud creen que BAT es cada vez más desalentado por su incapacidad de detener la caída de las ventas en los países industrializados. ”Es una de las últimas tiradas de dados para BAT”, dijo el profesor de salud pública y medicina comunitaria de la Universidad de Sydney, Simon Chapman.

El experto australiano tiene poca compasión por BAT y por otras empresas tabacaleras. ”Una industria tabacalera saludable es incompatible con una salud pública robusta”, afirmó Chapman.

La maquinaria de relaciones públicas de BAT suministra a los medios de comunicación datos sobre la salud y la seguridad laboral de sus empleados, pero evita presentar la información requerida por los periodistas sobre las consecuencias de sus productos en la salud de los consumidores.

BAT vendió el año pasado más de 800.000 millones de cigarrillos, equivalente a 15 por ciento del mercado mundial. La OMS, que impulsa una convención mundial para reducir el consumo de tabaco, calculó que las muertes relacionadas con el vicio aumentarían de los actuales cuatro millones anuales a siete millones en 2030.

Sobre la base de estas cantidades, la no gubernamental Acción sobre Tabaco y Salud (ASH), radicada en Londres, estimó que los cigarrillos vendidos por BAT causarían un millón de muertes al año en las próximas tres décadas.

”Este es el impacto más importante de la producción de BAT y debería ser incluido en sus informes”, escribió el director de ASH, Clive Bates. (FIN/IPS/tra-eng/bb/js/rp-mj/he/02

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