SALUD: Alerta mundial contra el sida

La lucha contra el sida y en especial la prevención mundial de esa enfermedad no admiten más dilaciones ni excusas, según la opinión predominante entre los 15.000 asistentes a la XIV Conferencia Internacional sobre el Sida, reunida en esta oriental ciudad española.

Dos hechos se destacaron este lunes, al comenzar los trabajos de la reunión convocada por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el Sida (ONUSIDA), que terminará el viernes y en la cual participan representantes de gobiernos, funcionarios internacionales, expertos y cooperantes.

Uno fue el anuncio de que se producirán dos nuevos medicamentos de gran efectividad contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y el otro la demanda de que los países del Norte industrializado cumplan sus compromisos de aportar fondos suficientes para combatir la enfermedad.

El sida es causado por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que destruye linfocitos T, células sanguíneas con función inmunitaria. Eso hace que los infectados sean muy vulnerables a infecciones secundarias causadas por virus o bacterias.

La enfermedad se descubrió en 1981, y desde entonces ha causado la muerte de más de 20 millones de personas. La previsión cuantitativa de su impacto fatal en los próximos años se duplicó desde la anterior Conferencia Internacional, realizada en 2000 en la oriental ciudad sudafricana de Durban.

En la actualidad hay 40 millones de personas infectadas por el VIH, pero sólo 730.000 (menos de dos por ciento) reciben tratamiento médico, y 500.000 de ellas residen en países industrializados, informó el ONUSIDA.

Los científicos Bonaventura Clotet y Jacob Lalezari, español y estadounidense, respectivamente, anunciaron este lunes que a fines de 2002 se comercializará un nuevo fármaco llamado T-20, que frena el avance del VIH de manera significativa y está indicado para pacientes con resistencia a la medicación disponible en la actualidad.

Clotet y Lalezari participaron en los ensayos de este nuevo medicamento, que involucraron a 1.000 pacientes de 112 hospitales en América del Norte, Brasil y varios países de Europa, entre ellos España.

El T-20 es el primer representante de un nuevo grupo de fármacos antirretrovirales (que frenan el desarrollo de la enfermedad en los infectados) llamados inhibidores de fusión. Su función es evitar que el VIH se adhiera a las células del infectado y penetre en ellas.

”El VIH se clava como una jeringuilla en la membrana de la célula para penetrar y fusionarse, pero el T-20 impide que pueda pegarse”, explicó Clotet, quien aseguró que los resultados obtenidos en los ensayos han sido ”espectaculares” e ”impensables” cuando comenzó el estudio.

Los dos investigadores informaron que en 37 por ciento de los pacientes tratados con T-20 la presencia de VIH en sangre quedó por debajo del mínimo detectable (400 copias del virus por mililitro), un resultado logrado en sólo 16 por ciento de los casos con los fármacos utilizados hasta ahora.

Africa es la región del mundo más afectada por el VIH/sida, pero el nuevo medicamento no será de uso prioritario en ese continente, indicó David Reddy, representante de la transnacional farmacéutica Roche, con sede en Suiza, uno de los dos laboratorios que producirán el T-20.

Reddy explicó que el T-20 es un tratamiento de rescate para pacientes que ya están medicados, y que la mayor parte de los enfermos africanos no lo están, por lo cual su tratamiento debe comenzar con otros fármacos ya disponibles.

Además, el T-20 debe almacenarse refrigerado, y eso no es posible en la actualidad en algunas zonas de Africa, por carencias de infraestructura sanitaria, indicó.

Reddy fue consultado sobre el costo del nuevo medicamento, pero eludió responder.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud se comprometió a brindar tratamiento antirretroviral a la mitad de los infectados con el VIH antes de 2005, según anunció este lunes el director del departamento de VIH/sida de esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas, Bernhard Schwartländer.

El funcionario destacó que 94 por ciento de los infectados viven en el mundo en desarrollo, y calificó de muy preocupante la actual situación de países de Medio Oriente, Asia y Europa del Este donde la epidemia ha empezado a crecer.

Schwartländer advirtió que en 2010 habrá 45 millones de nuevos infectados por el VIH, si los países ricos no cumplen con sus compromisos de ayuda para luchar contra la epidemia, y aseguró que el aumento se reduciría a 16 millones si esos compromisos se cumplieran.

”Este problema se puede enfrentar, pero no hay tiempo para excusas”, enfatizó.

Ante este panorama, representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) piden que se permita a los países del Sur en desarrollo producir medicamentos genéricos contra el sida, sin depender de patentes internacionales ni de transnacionales del sector.

Los medicamentos genéricos, identificados por el nombre de su principio activo, tienen un costo mucho menor que sus equivalentes con marca registrada.

El avance en la materia de India, Cuba y Brasil, entre otros países, es resistido por las grandes firmas farmacéuticas, con el argumento de que es un acto de piratería intelectual y las priva de recursos necesarios para desarrollar nuevos medicamentos.

El precio de fármacos patentados contra el sida ha bajado hasta 50 dólares, pero muchas personas ganan menos de un dólar al día”, comentó Irene Fernández, cooperante de una ONG en Malasia.

Representantes de la compañía estadounidense VaxGen dijeron que una posible vacuna contra el sida con la cual experimenta podría estar disponible dentro de cinco años, y no en 10 como se había anunciado antes.

El organismo que promueve esa investigación, Iniciativa Internacional pro Vacuna contra el sida, subrayó que desde ya hay que adoptar medidas a fin de que esa vacuna sea accesible en el mundo entero.

El principal punto en la agenda de la conferencia es un informe de ONUSIDA, según el cual la epidemia se propaga con rapidez y se encuentra aún en sus etapas iniciales.

El director de ONUSIDA, Peter Piot, indicó en el acto inaugural que son necesarios unos 10.000 millones de dólares para dar una respuesta mínima y creíble a la epidemia.

”Si tenemos en cuenta que cada día mueren en el mundo más de 8.000 personas por no recibir tratamiento y que, pese a ello, la comunidad internacional rechaza financiar una respuesta global, estamos nada más y nada menos que frente a un crimen contra la hyumanidad”, afirmó Morten Rotrup, presidente de la ONG Médicos Sin Fronteras.

Michael Weinstein, director de la Fundación de Asistencia Sanitaria del Sida de Estados Unidos, destacó que unas 50.000 personas más morirán debido al sida mientras se desarrolla la reunión, de seis días. (FIN/IPS/af/mp/he/02

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