/REPETICION/ ECONOMIA-BRASIL: En el espejo de Argentina

Brasil, la mayor economía de América Latina, podría seguir los pasos de Argentina y declarar el cese de pagos de su deuda pública hacia fines de 2003, pronosticaron economistas estadounidenses.

El temor de que una crisis financiera sumerja a amplios sectores de la población en la pobreza aumenta, mientras las encuestas adjudican gran ventaja al candidato presidencial del centroizquierdista Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, hacia las elecciones generales del 6 de octubre.

Pero la turbulencia política no es el único problema con que se enfrenta este país, advierten economistas.

”Más allá de la incertidumbre política, hay 70 por ciento de probabilidades de que Brasil se vea obligado a reestructurar ampliamente su deuda a fines de 2003”, dijo el investigador Morris Goldstein, del Instituto para la Economía Internacional (IEE), organización académica con sede en Washington.

Sin embargo, ”las probabilidades podrían ser mayores si gana Lula”, agregó Goldstein, quien se ha dedicado a elaborar un mecanismo de detección anticipada de crisis económicas mundiales y fue uno de los pocos expertos que pronosticó la actual crisis financiera en Argentina.

La última salva de declaraciones de respaldo a Brasil disparada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y por el Grupo de los Siete países más industrializados (G-7) oculta una creciente ansiedad, afirmó el experto.

El director del IEE, C. Fred Bergsten, respaldó el pronóstico de Goldstein, sobre la base del gran aumento de la tasa de interés de los bonos de Brasil.

La deuda externa brasileña cuadruplica las exportaciones del país y la deuda pública neta equivale a 45 por ciento del producto interno bruto, datos que recuerdan a la situación argentina poco antes de que el gobierno de ese país declarara en diciembre el cese de pagos de la deuda pública.

La economía brasileña creció 4,5 por ciento en 2000 y 1,5 por ciento en 2001. Para este año, los pronósticos apuntan a un aumento de dos por ciento, insuficiente ”para la sustentabiliidad de la deuda” pública, según Goldstein.

Brasil mantendrá en 2002 el déficit de cuenta corriente de 2000, alrededor de cuatro por ciento del producto interno bruto, pero sólo recibirá la mitad de los casi 33.000 millones de dólares de inversión extranjera directa que obtuvo en aquel año, afirmó el experto.

El volumen de las exportaciones brasileñas aumentó en los últimos años, pero la caída de los precios de los productos básicos impidió el incremento de su valor, lo cual redujo la capacidad de pago de deudas en dólares.

Por otra parte, las exportaciones continúan representando apenas entre 10 y 11 por ciento del producto interno bruto.

Pero lo más importante, según Goldstein, es que Brasil necesita entre 45.000 y 50.000 millones de dólares para financiar su deuda externa en 2003 y 2004. ”No está nada claro de dónde vendrá la financiación”, afirmó.

El real, la moneda brasileña —creada en 1994 en el marco de un plan de reformas para poner fin a tres decenios de inflación elevada— se ubica ahora 20 por ciento por debajo de su cotización de 2001. El mercado bursátil nacional también cayó 21 por ciento desde diciembre.

El FMI sostiene que Brasil está sujeto al contagio de la crisis argentina, al igual que otras naciones de América del Sur, como Chile, Paraguay y Uruguay. Venezuela y Ecuador también atraviesan situaciones difíciles.

Una señal de los problemas inminentes, según observadores, fue la solicitud de Brasil al FMI de un desembolso de 10.000 millones de dólares, al que el organismo multilateral accedió el mes pasado.

La situación parece tan volátil que incluso el izquierdista Lula prometió respetar las obligaciones exteriores y los acuerdos alcanzados con el FMI y cumplir con las estrictas metas fiscales fijadas por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso.

Otro economista del IIE, William Cline, no está de acuerdo con el escenario pesimista de Goldstein, pues percibe grandes diferencias entre Argentina y Brasil.

El sistema monetario de cambio flotante le da a la economía brasileña una fortaleza económica considerable respecto del régimen de convertibilidad que rigió en Argentina desde 1991 al 1 de enero de este año y que fijó la paridad del peso argentino con el dólar, alegó Cline.

Además, el control de la inflación ejercido por el gobierno de Cardoso a través del régimen monetario impedirá, según Cline, un descontrol de los precios, a diferencia de lo sucedido en Argentina.

El experto en asuntos monetarios Riordan Roett, de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la estadounidense Universidad Johns Hopkins, dijo que los inversores están excesivamente preocupados por un posible triunfo electoral de Lula, quien fue candidato cuatro veces desde 1989.

”Las personas están dando demasiada importancia a la eventual victoria de Lula y muy poca a la capacidad de (el candidato presidencial oficialista José) Serra de ganar las elecciones”, dijo Roett.

Goldstein admitió que Brasil ha mantenido una política monetaria estable que hasta ahora impidió una fuga de capitales significativa o quiebras importantes.

Pero, si bien Brasil ”ha actuado muy bien bajo el programa del FMI, lo cual fortalece su credibilidad”, las condiciones económicas internacionales no lo favorecen.

”Es posible que los inversores” del Norte industrial interesados en los mercados emergentes ”prefieran dirigirse a China, Corea del Sur, México y Rusia, donde las posibilidades de crisis son, por ahora, menores” que en Brasil, señaló Goldstein. (FIN/IPS/tra-en/em/ml/lp/mj/if/02

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