Organizaciones sociales y políticas de Guatemala interrumpirán durante poco más de un día su enfrentamiento con el gobierno, para recibir al papa Juan Pablo II.
El Papa, de 82 años, inició este lunes su gira número 18 por América Latina, esta vez por Guatemala y México, donde se propone declarar santos a un indígena y a un misionero español que asistió a indígenas y a otros pobres.
La visita a Guatemala durará 25 horas, y Juan Pablo II oficiará este martes una misa ante más de medio millón de personas de la región, entre ellas ocho mandatarios.
Las autoridades movilizaron a 20.000 policías para rodear al Papa en el país, donde aduanas y hoteles registran una inusitada saturación, y se produjo una transitoria tregua en conflictos entre el gobierno y diversos sectores sociales.
Me gustaría decirle al Papa que se quede un año y medio para que yo pueda estar tranquilo, comentó en público el presidente guatemalteco Alfonso Portillo.
El gobierno afronta reclamos de política agraria por parte de sindicatos campesinos, acusaciones de organizaciones defensoras de los derechos humanos y escandalosas denuncias de corrupción.
Pero el temporal alivio de esas tensiones no oculta el panorama de pobreza y hambre que afecta a más de 70 por ciento de los 12 millones de habitantes del país.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo difundió la semana pasada su anual Informe de Desarrollo Humano, en el cual Guatemala ocupa el lugar 120 entre 173 países, y es la nación de América Central peor ubicada.
El líder de la Iglesia Católica canonizará en Guatemala al Hermano Pedro (Pedro San José de Betancur), misionero nacido en la isla española de Tenerife en 1626, que dedicó su vida a obras de caridad para indígenas y otros pobres en Antigua, unos 25 kilómetros al sudoeste de la capital.
Luego declarará santo en México al indígena Juan Diego, a quien se habría aparecido en 1531 la Virgen de Guadalupe.
La canonización del Hermano Pedro es para unir más al mundo indígena con el mundo ladino (blancos o mestizos de cultura española), dijo a IPS Oscar Lobo, portavoz de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, que reúne a los obispos católicos de ese país.
Guatemala vive una convulsión social interna que hace temer conflictos armados como los de 1960-1996, con participación del ejército, insurgentes de izquierda y paramilitares de derecha, que causaron 150.000 muertes, entre ellas las de 45.000 víctimas de desaparición forzada, afirmó Lobo.
Es por eso que el Papa va a hablarles de paz y amor, del ejemplo del Hermano Pedro, para que no renazca la guerra y para que disminuyan las diferencias entre los indígenas y los ladinos, agregó.
El Vaticano se refiere a ese misionero, fallecido a los 41 años, como el apóstol de los indígenas y los esclavos de la cultura maya quiché, y lo destaca como ejemplo por sus esfuerzos para educar a niños y asistir a enfermos.
Junto con Portillo asistirán a la ceremonia de canonización los presidentes Abel Pacheco, de Costa Rica, Francisco Flores, de El Salvador, Ricardo Maduro, de Honduras, Enrique Bolaños, de Nicaragua, Hipólito Mejía, de República Dominicana, y Mireya Moscoso, de Panamá.
También estarán el primer ministro de Belice, Said Musa, y obispos, sacerdotes y religiosos de toda América Central, y miles de habitantes de la región que llegaron a Guatemala por tierra y por aire.
La ceremonia comenzará a las 09:00 hora local (15 GMT) en el Hipódromo del Sur de la capital, y habrá numerosas actividades religiosas simultáneas en Antigua, en cuya iglesia de San Francisco está sepultado el futuro santo.
Según autoridades católicas, uno de los objetivos del Papa es unificar a América Central en tiempos de gran división interna y conflictos diplomáticos.
Juan Pablo II tiene un carisma que no han tenido otros pontífices, y él se ha percatado de la dimensión internacional de la Iglesia, dijo a IPS el sociólogo costarricense Jorge Hidalgo.
Cuando la gente se siente insegura por motivos sociales, económicos o políticos, busca refugios como las religiones, sostuvo.
La llegada del Papa a tierras guatemaltecas ha generado un intenso comercio de artículos alusivos a Juan Pablo II y al Hermano Pedro, entre ellos tazas, platos, toallas, banderas, camisetas y trozos de madera tallada.
Entre más se empobrece el ser humano, más se enriquecen sus ídolos, como dijo Erich Fromm, psicoanalista y escritor estadounidense de origen alemán, aseveró Hidalgo.
La salud del Papa es frágil, y el gobierno decidió mantener a su disposición seis médicos, un helicóptero y una habitación de hospital, por si se produce una emergencia.
La gira de Juan Pablo II es su viaje número 97 en 23 años a la cabeza de la Iglesia Católica, y la visita a Guatemala terminará este martes a las 16 horas locales (22 GMT), cuando el Papa parta en avión hacia México. (FIN/IPS/nms/mp/cr/02
