PAKISTAN: Minorías religiosas se unen ante las urnas

Representantes de las minorías religiosas de Pakistán, país de mayoría musulmana, se unieron para obtener representación parlamentaria en las elecciones generales del 10 de octubre, con la finalidad de defender sus derechos políticos y sociales.

Líderes cristianos, hindúes, sijs, parsis, bheels, balmeeks, mainwals, bahais y kelashis formaron una alianza para defender sus derechos y presentarse en los comicios convocados por el presidente Pervez Musharraf como parte de un plan de transición hacia la democracia.

Las minorías acusan al gobierno del general Musharraf de violar sus derechos desde el sangriento golpe de Estado en que accedió al poder en 1999. El mandatario eliminó el año pasado del sistema electoral las disposiciones que aseguraban a esas comunidades escaños en los parlamentos nacional y locales.

Los pakistaníes no musulmanes representan menos de cinco por ciento de los 135 millones de habitantes, y la gran mayoría son analfabetos y víctimas de constantes ataques por parte de extremistas islámicos. Las principales minorías son la cristiana y la hindú.

”Esperamos que nuestra unión política y social nos dé mejores posibilidades en las urnas”, dijo el líder cristiano y presidente de la Alianza de Todas las Minorías de Pakistán, Shahbaz Bhatti.

La Alianza no planifica presentar candidatos, sino presionar a los partidos políticos para que incluyan en sus listas a representantes de las minorías.

”Ya comenzamos a conversar con los principales partidos políticos para asegurar nuestra participación y representación en las elecciones. También trabajaremos juntos para reformar las leyes electorales y defender los intereses de las miniorías”, explicó Bhatti.

La estrategia de la Alianza es realizar dos campañas paralelas. Mientras se propone respaldar a los candidatos de las minorías hacia las próximas elecciones, pide al gobierno que restaure las cuotas parlamentarias.

Por el antiguo sistema de electorados separados, adoptado por la dictadura del general Zia ul Haq a comienzos de los años 80 con la intención de ”islamizar” la política, las minorías tenían reservados 10 escaños en la Asamblea Nacional y otros en los parlamentos provinciales.

El antiguo sistema, que permitía a los no musulmanes votar en forma separada a los candidatos de sus respectivas comunidades, tenía el supuesto objetivo de garantizarles una mejor representación política.

Sin embargo, organizaciones locales e internacionales de derechos humanos calificaban el sistema de discriminatorio y antidemocrático, pues separaba a los no musulmanes del resto de la población y fomentaba la división religiosa.

Representantes de las minorías también criticaban el sistema porque, si bien les garantizaba representación, fortalecía la posición de los extremistas musulmanes, que las consideran fuera de la sociedad pakistaní.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional afirmó en mayo que el régimen de Musharraf no daba adecuada protección a las minorías religiosas frente a los ataques de extremistas islámicos, a los que les permitía adquirir mayor influencia política.

El presidente de la Asociación Sij, Bhajan Das Takwani, dijo que, además de restaurar el sistema de escaños especiales para las minorías, se debería establecer una cuota de representación parlamentaria para las mujeres no musulmanas.

Analistas políticos observan que hay pocas posibilidades de que los principales partidos políticos apoyen a la Alianza, pues en las últimas cinco elecciones realizadas bajo el sistema de electorado separado éstos se volvieron más dependientes de los votantes musulmanes.

”A excepción de un distrito en la meridional provincia de Sindh, que limita con India y donde los hindúes son mayoría, los principales partidos políticos no encontrarán estímulos para poner un candidato no musulmán”, sostuvo un investigador del gubernamental Instituto de Estudios Estratégicos.

Algunos dirigentes de la Alianza consideran que, al carecer de posibilidades de competir en las elecciones de octubre de forma independiente, los integrantes de las minorías deben apoyar a cualquier partido que se comprometa a separar la religión de la política.

”La política basada sobre la religión ha dividido a Pakistán en sectas y aumentó la intolerancia contra los no musulmanes, que son tan patriotas como cualquier otro. Buscamos socios políticos que piensen como nosotros y que estén dispuestos a compartir los cargos con las minorías”, dijo la dirigente de la Alianza Emma Noel.

Pero mientras incursiona en la política con miras a octubre, la Alianza también lucha para cambiar una serie de leyes que considera discriminatorias, fomentadas por partidos islámicos extremistas.

”Lanzaremos una campaña contra las leyes discriminatorias, en particular la ley contra la blasfemia, de la cual han sido víctimas muchos no musulmanes”, anunció Bhatti.

La blasfemia contra el Islam es castigada en Pakistán con la pena de muerte aunque el condenado no sea musulmán. Algunos informes no oficiales señalan que los acusados suelen ser víctimas de linchamiento y que los sentenciados a prisión son golpeados con frecuencia en las cárceles.

Hace dos años, el gobierno de Musharraf intentó reformar el procedimiento judicial para los procesos por blasfemia y evitar así abusos, pero los partidos islámicos extremistas lo obligaron a dar marcha atrás. (FIN/IPS/tra-eng/mr/aag/js/rp-mj/ip/02

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